Enfermero personal

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Venecia.

¡Adiós habitación no! 133!
¡No espero volver a verte en muchos años!
Dos de las semanas más monótonas y tediosas de mi memoria, claro, si no contamos claramente a Phoenix o a Jean.
Todos los días fueron casi lo mismo, despertar cansada en la mañana, sentirme bien en la tarde y tener una crisis en la noche.

Mis compañeras de habitación o Elanna no me visitaron mucho más en persona, yo se los había pedido, sabía que no les era fácil movilizarse hasta aquí y luego salir corriendo para llegar a tiempo a clases, prefería solo hablar por videollamada.
Phoenix por otra parte fue absolutamente todos los días con algo en mano, siempre llegaba una hora antes y era el último en irse, me parecía más radiante estos días y resultaba extraño, desde que le conté mi teoría sobre el inicio de mi enfermedad sonríe más, me trata con dulzura, y en especial me ha dado muchos regalos, demasiado mejor dicho, bufanda, guantes y gorro nuevos a juego, siempre me llevaba mi café favorito, un juego de lápices de dibujo, block de páginas blancas, adornos para el cabello, una cadena de collar, flores sin aroma, etc.
Además de que me habla con demasiada suavidad y me cuida como si en cualquier momento me fuera a morir.
Se está pasando.

Hace una hora me dieron el alta, me dijeron que estaba lo suficientemente bien para estar en casa pero que al menos no fuera a clases por otra semana, era mejor que nada.
Phoenix estaba aquí ayudando a guardar todas mis cosas.

- ¿No deberías estar en clases?

-Te recuerdo que es sábado, no te desharás de mi fácilmente.

-Se que no lo hare, ya me quiero ir- todo listo y empacado, luego la silla de ruedas, no me gusta, me hace parecer invalida- ¿en serio tengo que ir en ella?

-Hija, yo no tengo la misma espalda que hace 20 años y dudo que los musculitos de Williams duren más de 10 gradas, solo será hasta que lleguemos al auto.

-Bien- realmente si me podía parar, pero tenía que apoyarme en las paredes e iba a una velocidad sumamente lenta para no agotarme- vámonos.

Por fin veo todos los pasillos del hospital, como entre inconsciente no recordaba más que la habitación, es igual a todos los hospitales, increíblemente blanco, batas por todos lados, enfermeras yendo de un lugar a otro, nada interesante.

Me ataviaron en un suéter antes de salir y Phoenix insistió en que usara las cosas que me dio, aun no hace mucho frio, pero parece calmarlo, soy un malvavisco gordo y azul.
Por fin salimos y soy libre.

¡ADIOS HOSPITAL REAL DE CHESTERFIELD!

Phoenix viene a mi lado, sonríe suavemente, papá conduce y mamá duerme, llevas días en vela, debe estar muy cansada.

***

Hogar dulce hogar, parecen haber pasado años desde la última vez que estuve aquí.
papa me lleva en brazos hasta mi habitación con Phoenix atrás trayendo mis maletas, el cuarto se ve más limpio y ordenado, las sabanas ahora eran rosadas con hojas blancas.
Mi armario en perfecto orden, el escritorio limpio, cortinas lavadas, en general, lista para recibir a la paciente.

-Bien Venecia, ya está ¿te sientes bien? - asentí- bien, tu mamá se fue a dormir, tu hermana aún tiene trabajo...-reviso su reloj- por 2 horas más, y yo iré a comprar medicinas que faltan, Williams ¿la cuidas mientras?

-Con gusto.

-Bien, vuelvo en un rato- papá se fue.

-Entonces palillo chino ¿qué quieres hacer que implique menos de tu 20% de energía? deberías cambiarte la ropa.

El Tiempo Lo Cura Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora