Recuerdame Camz...Soy tu Lolo

Sorpresa!!

Pasaron varios minutos en completo silencio, Lauren recargada en la puerta de la camioneta observando a Camila quien en su cara reflejaba una gran alegría combinada con sorpresa. A Lauren le parecía algo increíble que Camila, su Camz, estuviera con ella, no lo podía creer, que después de tanto tiempo en el hospital ahora se encontraban de nuevo en su hogar, ambas, las dos juntas.

-¿Entramos? - Preguntó la pelinegra

-¿Cómo?! , Dijo Camila que no salía de su asombro y no comprendía lo que la ojiverde le decía.

-A la casa! , dijo Lauren regalándole una sonrisa comprensiva.

–Ah, disculpa, claro entremos. Respondió la castaña.

Lauren llego al lado de la puerta donde Camila se encontraba, y de igual manera que lo hiciera en el hospital le abrió la puerta de la camioneta para que ella bajara. Le ofreció su mano para que la tomara y ayudarla a salir del vehículo, la castaña miro la mano que se extendía ante ella vacilante estaba en si tomarla o no, alzo su rostro y su mirada se cruzo con los ojos verdes de Lauren, esa duda se perdió en el tiempo ya que sus pensamientos desaparecieron al ver la mirada que le regalaba la ojiverde, al final su cuerpo actuó por sí solo y tomo la mano que se le ofrecía. Al entrar en contacto ambas pieles una pequeña descarga eléctrica, las dos sintieron y sus corazones comenzaron a latir a toda prisa. Ambas se perdieron en los ojos de la otra, a su alrededor no existía nada mas, no importaban los autos que pasaban, las luces de la ciudad, los transeúntes, nada mas, solo ellas.

–Gracias. Respondió finalmente la castaña.

Seria por el miedo que esta acción le provoco, lo sorpresa de su latir o la suma de ambas Camila fue la primera en soltar la mano de Lauren y terminar con ese momento mágico. Poco a poco soltó la mano que sostenía la de ella, para terminar juntando sus dos manos y bajando el rostro. Por su parte Lauren aún tenía la mano en la misma posición y miraba a Camila con un profundo amor. Reacciono a los pocos segundos al no sentir ya el cálido tacto de Camila y de igual manera al perder su mirada.

–De nada. Respondió con una sonrisa la ojiverde.

Camila se sentía nerviosa, las anécdotas que Lauren le relatara habían logrado que los latidos de su corazón se aceleraran a tal punto que creía que la ojiverde los escuchaba y que la velocidad a la que palpitaba su corazón lograra que en cualquier descuido su corazón saliera de su pecho. También sentía miedo, pánico por lo que pasó cuando sus manos se tocaron y sentía aún más pánico por lo que sucedería después al entrar a la casa. Dentro de su cabeza se comenzaron a formular mil preguntas ¿me gustara? ¿Será igual de linda por dentro que por fuera? En fin muchas preguntas y dudas que pronto tendrían respuesta, pero la cuestión que mas la atormentaba era ¿dormiremos juntas?...

Lauren cerró la puerta y dejo a Camila un momento con sus divagaciones, la cara que tenía era de total confusión y nervios, no era para menos, la energía que sus cuerpos compartieron estaba segura que ella también la había sentido. Metió la camioneta al garaje y se apresuro al encuentro de su aún esposa, que aún seguía con sus dudas. Le ofreció su hombro para que lo tomara pero Camila no lo hizo y a Lauren no le quedo más remedio que hacer el ademán con su mano para que caminara al interior de su hogar.

-Por aquí! , Lauren abrió la puertecilla del jardín y Camila se encontró con un caminito de piedrecillas que conducía a la puerta principal, al caminar por el observo la gran variedad de flores que en el jardín crecían. Muchas las reconoció como sus flores favoritas pero otras no y antes de que comentara algo Lauren se le adelanto.

–Son nuestras flores favoritas, digo la ojiverde las que seguramente no reconoces.

–Oh! , están muy lindas. ¿Tú las cuidas? Preguntó Camila.