『18』

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[🌑]

NARRA ___

¡Jueves! Un día más para que sea viernes y así pueda quedarme en casa todo el día. 

Los días anteriores Soonhye no se acercó ni un poco a mí, se dedicó a mirarme desde la distancia y algunas otras veces me enseñaba sonrisas hipócritas. En cuanto a Haneun; siempre que ella me veía cerca caminaba más rápido y también evitaba tener contacto visual conmigo. 

Hoseok seguía sin dirigirme palabra alguna, ciertamente de vez en cuando intercambiábamos algunas palabras cuando Jimin venía a buscarme o cuando él me decía si volvería o no volvería a casa, pero siempre hablaba con palabras cortantes y secas. Me sigue doliendo, pero tengo la esperanza de que, como me dijo Jimin, se le pasará tarde o temprano.

Y hablando de Jimin; después de aquella noche bajo las estrellas me llevó a casa y al despedirnos me dio un abrazo muy fuerte. Los días siguientes pasamos las tardes juntos, y cuando no podía quedarse mucho rato conmigo se limitaba a acompañarme a casa, sus conversaciones me distraían un poco de la situación y su compañía me indicaba que al menos no estaba del todo sola. 

La estancia de mamá en casa de los abuelos se alargó debido a que la salud del abuelo empeoró, y ya nos tenía avisados de que alguno de estos días iríamos a visitarle.

— ¿Y qué tal el día? — le pregunté a Jimin mientras comía mis deliciosas galletas rellenas de chocolate.

— Nada especial. Ha sido bastante aburrido, sinceramente. — contestó mascando su chicle y encogiendo los hombros sin importancia. 

Durante el camino hacia a casa seguimos hablando y riendo de nuestras ocurrencias sin sentido.
Sin importar los pocos días que llevásemos hablando; no me costaba admitir que, sin duda alguna, le había tomado mucho cariño a Jimin. 

— ¡Bueno! Adiós ___. — me guiñó el ojo mientras levantaba su mano para despedirse, le imité y abrí la puerta de casa después de encontrar la llave en el bolsillo de mi pantalón. 

Cerré la puerta y me senté en una silla del comedor dispuesta a descansar, pero pocos segundos después el timbre sonó y me levanté perezosamente para abrir la puerta pensando que el que estaría ahí sería Jimin.

— Jimin, no tengo tu perfume. — dije con sorna, pues a veces le robaba su pequeño frasco de perfume ya que olía increíblemente bien. 

Mi expresión cambió totalmente cuando no le vi en la puerta, la calle estaba completamente desierta.

— Oh... — me sorprendí al ver una gran rosa en el felpudo de mi entrada, me agaché y sonreí en mis interiores.

— Muy bonito por parte tuya, Jimin... — «mira que guardarse una rosa para dejarla aquí en vez de dármela él mismo», la agarré con cuidado y volví a entrar a casa cerrando la puerta detrás de mí. Después de observarla por un rato la acerqué a mi nariz y la olí, el aroma que desprendía era igual o muy parecido al de la rosa que había en mi habitación. Desgraciadamente, esa se había comenzado a marchitar y no me daban ganas de volver al jardín para robar otra rosa.

— Ahora que lo pienso... Hace mucho que no voy a ese jardín, tal vez... ¿tres días? — murmuré en voz baja. Suspiré y subí a mi habitación con la intención de escribirle a Jimin para agradecerle por aquél detalle. Dejé la rosa en el jarrón, junto a la otra, y saqué el móvil.

Gracias Jimin, no hacía falta, de verdad.

"Uhm, ¿de qué hablas? "

De la rosa, ¿de qué sería?

your shadow † kth [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora