『25』

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[🌖]

— ¿V? — me quitó el paquete en un movimiento rápido y asintió fulminante

— De acuerdo "V". — contesté con sorna él sacó una galleta y la dirigió a su boca, pero ésta chocó con la máscara, se le veía bastante desilusionado

— ¿Por qué no te quitas la máscara al menos para comer? — pregunté, él me miró y después miró a la bolsa de galletas, negó y se guardó el paquete en un bolsillo de su traje

— Con que no te quitarás la máscara por nada del mundo, ¿Eh? — volvió a negar y se encogió de hombros

— Por cierto... — me miró fijamente — ¿Por qué no contestaste a mis mensajes? Es de mala educación dejar en leído. — bromeé y sonrió

— Porque ya podemos hablar en persona, somos vecinos, ___. 

— Tiene lógica. — hubo un silencio incómodo

— Y bueno... ¿Qué haces para entretenerte aquí? — pregunté curiosa, él se levantó lentamente y me hizo un gesto para que me levantase y le siguiese, caminé tras él en guardia, pero me calmé al ver que me llevó al otro jardín escondido donde no volví a entrar desde lo sucedido con los aspersores.

Separó las enredaderas haciéndolas a un lado y entrando por el arco. Por desgracia mía soltó las enredaderas mientras pasaba yo y éstas se me abalanzaron encima. V soltó una sonora carcajada y me ayudó a quitar las plantas de encima mío

— No da gracia. — le fulminé con la mirada y éste hizo un intento de dejar de reír

— Ven. — me guio hasta un arbusto en medio del jardín, con las mismas flores cobalto que vi la otra vez donde me interrumpieron los aspersores

— Oh, si son rosas... — murmuré, eran rosas azules, nunca había visto algo parecido. V me miró y asintió sonriente

— ¡Hola! — saludó alegre 

— ¿Le estás hablando... A la flor? — lo miré bromista y algo pasmada

— No es una flor cualquiera. — soltó con firmeza, levanté las manos en son de paz

— De acuerdo... — suspiré — Uhm, hola, supongo...

— Kyungmi, ella es ___, la chica de la que te hablé. — se sentó en el césped, fruncí el entrecejo

¿Kyungmi? Me suena mucho ese nombre.

— Oh, hola Kyungmi, un gusto conocerte. — me reverencié desconcertada y V tomó mi brazo suavemente haciendo que me sentase en el césped

— ___ — llamó mi atención ya que me encontraba mirando con admiración la rosa azulada — Sé lo que piensas... — le miré confundida y él rio

— ¿Eres brujo o algo? — ambos reímos

— V... ¿Dónde están tus padres? — él levantó la mirada y después cabizbajo se encogió de hombros

— Oh... — no sabía qué decir, así que llevé mi mano despacio a su hombro y le di unos suaves golpecitos, volvió a alzar la mirada y me sonrió

— Siento hacer tantas preguntas... — reí nerviosa

— No pasa nada, también me gustaría conocerte, ___. — contestó jugando con sus manos tímido, sonreí

— Muy bien, entonces hagamos preguntas entre nosotros. — como un niño pequeño se levantó rápidamente y asintió enérgicamente — De acuerdo, tú primero. — me levanté

— Hmm... — se quedó pensando unos segundos — ¿Quién es Jimin? — abrí los ojos sorprendida debido a su pregunta inesperada

— Un amigo... ¿Por qué lo preguntas? — contesté obvia

— Nada. — contestó seco. Después de una larga pausa habló de nuevo — ¿Estás enamorada de Jimin? — le miré de golpe y éste rio

— ¿D-De qué te ríes? — dije avergonzada

— ¡Tu cara parece un tomate! — volvió a reír y yo me quedé callada, después se detuvo su risa y volvió su seriedad — Supongo que eso es un sí...

Parecía algo decepcionado, se dirigió a la salida con la cabeza gacha. Cuando reaccioné corrí a su lado y lo detuve poniéndome frente a éste

— ¡No estoy enamorada de J-Jimin! — grité algo indignada, V ladeó su cabeza — Espera, ¿De qué conoces a Jimin? — puso sus manos en mis hombros y me apartó de delante suyo con delicadeza, después se fue murmurando cosas, como un niño pequeño

Suspiré agotada y miré la hora 

13:47 pm

Seguí a V y ambos entramos de nuevo a la casa. Como nadie hablaba decidí hacerlo yo.

— ¿Estás celoso? — me burlé

— Tal vez... — musitó cabizbajo, reí por su tono, a pesar de tener una voz profunda de alguien de cincuenta años y parecer maduro, tenía la mentalidad un niño de siete años

— ¿No comes? — me levanté y me dirigí a su cocina, muy bonita por cierto

— Sigo vivo, ___. — contestó evidente, miré sus estanterías y éstas estaban con la comida necesaria

— ¿Cómo consigues todo esto sin salir de casa? — hablé curiosa

— Comprando online. — lo miré desconcertada y él rio

— ¿Sabes cocinar? 

— Sí... 

— ¿Te importa si hoy como contigo? — pregunté algo emocionada, hacía bastante que comía sola y no estaría mal comer con compañía de alguien. Abrió los ojos como platos y asintió varias veces, después comenzó a dar varios saltitos de emoción — ¿Hace cuánto que comes solo? 

— 4 años... — contestó algo apenado

— Eh... No pasa nada. — ladeó la cabeza — Digo, cuando te sientas solo llámame y te hago compañía ¿Sí? — volvió a asentir tiernamente y solté una risilla

— Cocinaré yo. — afirmé, pero antes de que pudiese sacar los alimentos me detuvo tomando mi mano

— Quiero ayudar. — habló con tono seguro

— Quiero que sea una sorpresa. — contesté con el mismo tono, soltó mi mano algo dudoso y se dirigió a la sala dejándome a solas con la cocina. 

Ojeé entre los varios tarros y variedades de alimentos que había en la despensa. ¿Cómo que compró todo esto online y ni me enteré? Decidí preparar un plato que mi abuela me enseñó y desde entonces era uno de mis platos favoritos.

Me puse manos a la obra recordando a la perfección todo el procedimiento.

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- R.




your shadow † kth [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora