『07』

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[🌗]

Llegué a casa dando un portazo y subiendo rápidamente las escaleras procurando no resbalar con los escurridizos escalones.

Me cambié de ropa y sequé mi cabello con una toalla de mala gana, de todos modos volvería después ya que dejé mis cosas personales en el jardín. Me hice una cola despeinada y bajé al primer piso para comer algo, opté por algo ligero: unas tostadas y un jugo de manzana.

Recordé que también dejé mi móvil en la mochila, suspiré con alivio ya que al menos lo dejé ahí evitando que se mojase junto a mí. Salí rápidamente de la casa con la boca todavía llena de pan y jamón, pero antes agarré otro clip ya que el otro seguramente se me cayó sin darme cuenta o simplemente lo dejé junto al móvil.

— ¿Pero qué? Juraría que lo cerré... — el portal estaba abierto cuando yo recordaba haberlo cerrado de un golpe lo suficientemente fuerte para que se cerrase al instante

— Se habrá roto el cerrojo... — lo más posible era eso, seguramente no había calculado mi fuerza y acabé rompiéndola. Pasé de largo y entré en busca de mi mochila.

La busqué con la mirada y estaba justo donde la dejé, obviamente, pues las mochilas no tienen patas para andar por sí solas. Me la coloqué en la espalda pasando las correas por ambos hombros y volví a trabajar en el jardín tenebroso sin preocuparme en volver al otro jardín. 

¿Mojarme entera de nuevo? Por supuesto que no.

Cubrí mis manos con unos guantes anchos y me dispuse a podar los rosales mientras me deshacía de algunas de las puntiagudas espinas, pero eso me costaría mucho más ya que habían demasiados rosales inmensos y frondosos. Al parecer nadie cuidó de éste jardín en mucho tiempo y yo tampoco tenía la intención de cambiarlo de un día a otro.

Volví a casa tras una media hora de trabajo sin cesar, esperé a Hoseok y de mientras aproveché para descansar ya que llevaba trabajando más de un par de horas en todo el día. 

Llegó a casa más temprano de lo normal, diciendo que le dieron el día libre debido a que estaban reformando el local donde él y Yoongi trabajaban, no tenían nada que hacer ahí así que los mandaron a sus casas.

Decidimos intentar hacer un pastel porque no se nos ocurrió algo mejor para matar el tiempo, sería como matar a dos pájaros de un tiro ya que también ambos estábamos hambrientos. Salió mejor de lo esperado, un completo milagro. 

También bailamos toda la tarde hasta no poder movernos del sofá y así poder ver algunas de nuestras películas favoritas a la vez que nos poníamos hasta arriba de palomitas.

Carcajadas salían continuamente de nuestras bocas y ahí fue cuando me di cuenta de algo: extrañaba éste tipo de tardes. Las tardes en las que éramos sólo mi hermano y yo, sin preocupaciones y disfrutando de nuestra juventud sin preocupación alguna por lo que nos esperaba en el futuro, así que decidí quitar todos los temas que rondaban por mi cabeza y disfruté cada segundo que pasaba. Pero era inevitable pensar en eso; ¿Qué pasará si dejo de existir para él?

Posiblemente Hoseok se dio cuenta de la mueca entristecida que había en mi rostro ya que pausó la película y me miró preocupado, correspondí a su mirada y le sonreí nostálgicamente

— Hey... ¿Qué ocurre? — se acercó más a mi y dejó a un lado el cubo de palomitas que había entre nosotros

— Nada sólo pensaba... — intenté hablar lo más calmado posible, pero como dije antes, era inevitable

— Hermanita te conozco perfectamente y a ti te pasa algo. — reí amarga y negué con la cabeza mientras apoyaba ésta en el respaldo del sofá

your shadow † kth [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora