『13』

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[🌕]

— ¡No!¡Detente, por favor! — grité rogando que me devolviese el móvil, chasqueé la lengua y fruncí el ceño con irritación; Jungkook tenía la tapa de la basura abierta y el dispositivo en sus manos balanceándolo y a punto de dejarlo caer.

— ¡Tú te lo has buscado por llamarme caníbal mientras comía galletas! — intenté abalanzarme contra él para arrancarle el móvil de las manos, pero había un pequeño problemilla: me sacaba unas pocas cabezas de altura.

— ¡Yah, Kook esto ya no da gracia! — me puse de puntillas pero él extendió su brazo levantándolo aún más, él reía mientras yo me quejaba como una niña pequeña, hasta que le di un golpe en el estómago y se rindió mientras gimoteaba y tosía algo aturdido.

Los domingos por la mañana siempre eran soleados, días perfectos para salir a algún lugar para disfrutar del buen tiempo que hacía, pero hoy los chicos se negaron a salir porque estaban "demasiado cansados". Llamé a Haneun y me contestó después de varias llamadas, cosa que por unos instantes me alegró hasta que escuché su voz.

☎️

H: ¡Deja de llamarme!

No logré contestar porque que me colgó en cuestión de unos segundos que me dejaron confusa, volví a llamarla ignorando lo que me había dicho antes, le pregunté qué le pasaba enviándole un par de decenas de mensajes pero no los contestó, prácticamente ni los leyó. Opté por preguntarle mañana, nos veríamos en clases y ahí tal vez podría recibir una mejor explicación.

⭒⭒⭒⭒⭒⭒

Volví al jardín con un nuevo paquete de galletas medio vacío, no me pude contener y engullí unas cuántas aprovechando que era el penúltimo paquete que quedaba. El lugar estaba igual de silencioso que de costumbre y las galletas que dejé la última vez volvieron a desaparecer.

Silbé, chasqueé la lengua y los dedos varias veces esperando que saliese algún animal de ahí, después reí al ver lo patética que parecía, pero después recordé que nadie me estaba viendo y que no debía sentirme avergonzada a excepción de si me estaba viendo algún fantasma, así que continué por unos minutos, rebuscando entre los arbustos y analizando cada mínimo lugar hasta que llegó el punto en el que me cansé y tiré la toalla.

Un pequeño jadeo se hizo presente detrás de mí y me estremecí al sentir un toque húmedo en mi pantorrilla: era un pequeño perrito peludo y jadeante, inclinando su cabeza y mirándome con ojos curiosos. Me emocioné al ver lo tierno que era y me arrodillé para poder acariciarle la nuca, ahí me di cuenta de que tenía un collar rojizo con unas letras escritas en un tono más oscuro.

— ¿Yeontan? ¿Así te llamas? — el animal ladró y movió su cola alegremente, me lo tomé como un "sí" y sonreí — Con que tú eres el que roba las galletas ¿No es así? Pequeño travieso... — le ofrecí una galleta del paquete sin dejar de acariciarlo, pero la olió indiferente y pasó de largo después de menearse.

— Uhm... ¿Ya no te gustan? — el perrito se zafó de mis caricias y desapareció entre los arbustos, por lo que olí la galleta pensando que tal justamente esa sería diferente a las anteriores, sin embargo no noté nada extraño y pensé en que tal vez Yeontan no tenía hambre. 

Dejé el paquete de nuevo en el césped y me senté después de soltar un profundo suspiro de orgullo, el jardín había cambiado mucho desde hace un par de semanas y se notaba mucho las diferencias que tenía, ahora se veía más iluminado: antes los grandes rosales daban sombra al jardín y aquella sombra se sentía terriblemente intimidante, como si estuviese consumiendo la verdadera belleza del paisaje.

your shadow † kth [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora