your shadow † kth [editando]

『33』

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Investigué más acerca sobre el joven Kim, no había prácticamente nada que me ayudase a encontrarle, tan solo noticias sobre sus padres, al parecer era una familia muy prestigiosa.

De nuevo busqué el audio donde salía la voz del desaparecido, al encontrarla, la reproduje varias veces hasta que la voz se me quedó grabada mentalmente.

Tal vez era cosa mía, pero ésa voz me sonaba demasiado.

Lo guardé todo y me dirigí a casa de V, mamá se había ido a trabajar y Hoseok seguía en su trabajo, no tenía nada mejor que hacer. Cuando llegué toqué la puerta y él la abrió para después saludarme con un movimiento de mano e invitarme a pasar.

— Hola de nuevo... — me adentré en la casa y él cerró la puerta tras mi, me senté en el gran sofá que tenía y lo examiné con la mirada, llevaba un atuendo bastante extraño — ¿Qué llevas puesto? — solté una carcajada, él miró su cuerpo y después volvió a mirarme, para encogerse de hombros

— ¿Ropa? — contestó con obviedad, reí de nuevo y él se sentó algo confuso

— ¿Te acuerdas de Haneun? — me estiré y él ladeó la cabeza, después asintió varias veces

— Tu amiga. — asentí mirando al techo

— Ella no se suicidó. 

— ¿Q-Qué? — contestó algo sorprendido

— La envenenaron... — abrió los ojos de sorpresa y después bajó su mirada sin decir nada más — ¿Conoces a Kim Taehyung? — volvió a levantar la cabeza en un movimiento rápido y negó repetidamente

— No. — suspiré profundamente

— Creo que él tiene algo que ver con la muerte de Han. — hablé sin quitar la mirada del techo

— ¿Por que piensas eso? — contestó algo curioso

— Porque Han dejó una nota, diciendo que lo encontrase. Y eso haré. — bajó la cabeza, se le veía bastante preocupado. Me volví a sentar y lo miré detenidamente — ¿Ocurre algo malo? — me miró de nuevo y negó, después se levantó y se dirigió hacia su jardín, así que lo seguí algo confusa por su repentino cambio de humor.

Entró al jardín donde se encontraba la flor Kyungmi y yo lo seguí desde atrás, se sentó en el césped y se estiró

— V, hagamos algo. — me observó de reojo

— ¿Hmm?

— Hay que podar los rosales, no hay que dejarlos descuidados porque volverán a crecer. — asintió y se reincorporó.

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— ¡No! ¡Detente! — comencé a correr por todo el jardín cuando él encendió la manguera y comenzó a lanzarme agua, él se reía a grandes carcajadas.

Cuando se detuvo corrí hacia a él y le quité la manguera para fulminarle con la mirada, por suerte solo me mojó parte de los pantalones, pero mi móvil estaba fuera de peligro, por si acaso  entré en casa de V y lo dejé sobre la mesa del comedor, después volví a salir al jardín.

V dejó de reírse cuando sonó un fuerte trueno, resonando en toda la ciudad. Corrió hacia a mi y se lanzó encima mío, abrazándome como un niño pequeño. Perdimos el equilibrio y caímos en la hierba, que amortiguó un poco la caída, pero aún así dolió.

Junto cuando pensé que la situación no podía empeorar, comenzaron a caer algunas gotas de lluvia, que después aumentaron en gran cantidad

— Levántate, vamos a enfermarnos. — me removí intentando zafarme del abrazo, pero él tenía mucha fuerza

— No quiero. — se quejó mientras me abrazaba más fuerte, suspiré y nos quedamos en esa posición por unos segundos más, cerré los ojos dejando que la lluvia mojase todo mi rostro, sonó otro trueno y V se sobresaltó

— Debemos entrar. — él se quedó callado unos segundos y después se levantó para ir corriendo hacia al interior de la casa, lo seguí con prisas y cerré la puerta.

Volví al comedor para agarrar mi móvil y me dirigí al salón donde V se encontraba sentado en el sofá, estaba estirado en éste, empapando la superficie

— Debería volver a casa... — se levantó en un movimiento y me tomó del brazo

— Quédate. — soltó con un tono rogante, suplicó poniendo ojos de perrito y suspiré rendida ante su acción

— Está bien... Déjame enviarle un mensaje a mamá. — se alejó de mi y se sentó en una butaca. Sequé mis manos con una cortina y él ladeó la cabeza, sonreí inocente. Llegó un mensaje de mamá

"Estoy atrapada en el trabajo, volveré cuando deje de llover."

Le contesté diciendo que me encontraba en una cafetería atrapada y después volví a guardar el móvil.

— ¿Tienes toallas? — pregunté mientras escurría mi jersey en el fregadero

— Sí, ahora vuelvo. — se fue por unos minutos y después volvió con dos toallas grandes, comenzó secándose el cabello y yo lo observé fijamente, por un momento se levantó su largo cabello ondulado y vi que tenía una cicatriz en la nuca

— Oye. — me miró con atención — ¿Por qué tienes esa cicatriz? — se tocó la nuca y después sonrió

— De pequeño me caí. — ¿Qué?

— Entiendo... — me giré de espaldas a él y sequé el cabello, intenté no reír ante lo que había dicho. Una de las cosas que más odiaba de mi era reírme en las situaciones serias, como ésta, así que suspiré tragándome mi risa.

Cuando caminé hacia la sala me resbalé con un charco de agua que había en el suelo, pero logré sujetarme a una pared antes de caer, V me miró confuso y yo rodé los ojos,

— Deberíamos limpiar el suelo antes de que alguien se caiga. — se encogió de hombros y abrió un pequeño armario, en éste habían varios utensilios de limpieza, así que agarré una fregona y él subió al segundo piso en busca de algo que prestarme de ropa.

Mientras fregaba el suelo, volví a ver esos papeles rotos de la otra vez, así que los tomé y los guardé en mi bolsillo, ya que los tiraría en la basura más tarde.

V bajó después de unos minutos, con una camisa blanca grande

— Gírate. — hablé con sorna recordando cuando él me dijo lo mismo, él se giró sin reprochar. Me cambié a la velocidad de la luz, me quité el jersey y la camiseta, para poner la gran camisa que me llegaba hasta las rodillas. — Bueno ¿Qué quieres hacer?

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- R.