[🌕]
¿Sería buena idea volver ahí y comprobar por última vez que hubiese alguien ahí? No perdía nada con intentarlo.
Salí de casa reflexionando si de verdad valía la pena entrar y salir de nuevo con las manos vacías, pero ya era demasiado tarde, me encontraba delante de la casa y no había vuelta atrás.
— ¿Qué? — el portal metálico se encontraba ligeramente abierto, pero aun así me resultó muy extraño porque no veía posibilidad alguna de que alguien la abriese para entrar o salir
— Uhm... Que yo recuerde cerré ésta puerta la última vez que entré. — confundida y temblorosa empujé la puerta para poder abrirla por completo, soltó su típico chirrido molesto.
Volví a caminar hacia a la puerta principal de madera sin prisa alguna, pero frené mis pasos al ver qué se encontraba en ésta, una rosa muy parecida o igual a la que intenté alcanzar en un intento fallido.
Estaba tendida en el suelo justo delante de la puerta, parecía haber sido extraída del mismo rosal con las propias manos, pues podía ver que el pedúnculo estaba imperfectamente arrancado.
Cuidadosamente, procurando no pincharme de nuevo, la sujeté por la parte de la flor y la guardé en una pequeña mochila vacía que traje conmigo.
Volví a tocar la puerta con una pizca de esperanza de que alguien abriese por fin, esperé varios segundos con nerviosismo y ansias,
Silencio.
En fin, todo lo que conseguí fue una bonita rosa y desilusionarme. Rodeé la casa y caminé hacia al jardín, rebuscando el mismo rosal del otro día de entre todos los arbustos que había y caí en la cuenta de que yo tenía razón, la rosa que intenté alcanzar era la misma que se hallaba ahora en mi mochila.
— ¿Quién lo habrá hecho? — me pregunté conmovida a la vez que aterrada, aun así no logré evitar formar una pequeña sonrisa por ese detalle. Volví a observar los alrededores del jardín, tan tenebroso como todas las pocas veces que vine anteriormente.
A lo lejos, en lo más frondoso del jardín, divisé una pequeña puerta apartada y cubierta por largas y verdosas enredaderas que cubrían las paredes y todo lo se encontrase a su paso. Se podría decir que el jardín tenía el doble del tamaño de la casa que lo ocupaba, y eso que la casa parecía ser enorme.
Me apresuré en ir hacia a esa puerta y retirar las enredaderas con las manos, y después de varios minutos de estar arrancando y arrancando sin parar, lo logré.
Con toda mi fuerza posible empuñé el pomo oxidado y tiré hacia a fuera para forcejear, consiguiendo abrir la puerta de par en par y caerme hacia atrás al perder el equilibrio, me sobé el trasero soltando quejidos y volví a levantarme para observar lo que se encontraba en el interior de ese cuarto.
Varios instrumentos de jardinería que no parecían ser usados con frecuencia, regaderas, palas, rastrillos ¡Y muchas más cosas! Caminé en busca de algún interruptor y después de palpar las paredes lo encontré detrás de una estantería metálica.
Al adentrarme más en la habitación un olor a humedad potente invadió mis fosas nasales ¿Cuánto hace que nadie entra aquí?
Respiré filtrando el aire con la manga de mi jersey y comencé a fisgonear entre las varias cosas que se encontraban ahí, investigando con profundidad como si me tratase de una detective.
Poco después, cuando me cansé de meter las narices ahí, volví a salir cerrando la oxidada puerta y me dirigí a mi casa.
⭒⭒⭒⭒⭒⭒
— No estaría mal tener un jardín personal secreto... — sonreí para mis adentros mientras veía otra película en la sala.
Desde que Hoseok iba a trabajar con Yoongi las tardes eran más aburridas y pasaban con más lentitud, he de admitir que echaba de menos las tardes donde nos las pasábamos haciendo tonterías pero supongo que ya es muy mayor para seguir jugando con su hermanita cuando tiene mejores cosas que hacer.
Hice un puchero inconsciente y me estiré en el sofá mientras agarraba una almohada para abrazarla. Miré al techo y se me ocurrió una grandiosa idea
— Está decidido ¡Voy a hacerme un jardín para mí misma! — en aquél momento decidí que todas las tardes a partir de mañana iría a ése jardín para cuidarlo correctamente, sin importar que tuviese dueño o no, a partir de mañana, ese jardín sería completamente mío.
Sí, mi aburrimiento es tan grande que sería capaz de ir a una casa aparentemente abandonada, robar el jardín y declararlo de mi propiedad. Pero no creo que a nadie le moleste ya que he llamado varias veces a la puerta de la casa y al parecer no había alguna persona, porque al contrario alguien me la hubiese abierto, supongo.
Me levanté de golpe cuando pensé en la gran rosa llamativa que seguía en mi mochila, llené un jarrón vacío con agua en la cocina y lo llevé a mi habitación para después introducir la rosa en ésta. Después de colocarla a un lado de mi mesa me senté en el escritorio para continuar con mi montaña de tarea, no tenía nada mejor que hacer y de paso podría terminar algunas hojas.
⭒⭒⭒⭒⭒⭒
Una hora después decidí darme una ducha para calmar el estrés que me había invadido. Me tomé mi tiempo para ducharme, seguramente estuve más de media hora remojándome con la mente en blanco. Decidí salir cuando noté que mis dedos se comenzaron a arrugar debido al agua.
Salí con el cuerpo envuelto en una toalla y secando mi cabello con otra más pequeña, cuando un olor dulce se hizo presente.
Extrañada comencé a buscar algún objeto que pudiese desprender aquél agradable olor, mi habitación nunca había tenido ese aroma tan peculiar
— ¿La rosa? — agarré el jarrón y acerqué los pétalos rojizos granate a mi nariz y lo confirmé, la rosa desprendía aquél atrayente olor, quedé hipnotizada ante su aroma y la volví a dejarlo en su sitio para vestirme.
Mamá me dijo que hoy llegaría mucho más tarde de lo normal por un problema en la empresa donde trabajaba y Hoseok todavía no llegaba cuando a esta hora solía llegar a casa sin excepción alguna. Me comencé a preocupar ya que éste no contestaba a mis llamadas y tampoco leía alguno de mis muchos mensajes.
Un par de horas después comenzó a oscurecer y seguía sin aparecer, así que decidí ir a buscarle por mi cuenta.
Enfurecida y angustiada me dirigí a la puerta principal con coraje, escuché las risas exageradas de Hoseok y las pisoteadas sus amigos aproximándose, abrí la puerta con el ceño fruncido y me los encontré a todos carcajeándose desequilibrados y oliendo a alcohol
— ¿Pero q/ — no me dejaron ni acabar mi frase ya que todos entraron azotando la puerta mientras se tambaleaban como gelatina. Éstos se estiraron en diferentes partes de la sala, ignorando mis gritos y llamados a ellos
— ¡Hermanitaah! — Hoseok se acercó a mí para palmearme el hombro, los fulminé a todos con la mirada y agarré el brazo de Hoseok para llevármelo de ahí
— ¿Qué crees que estás haciendo? — solté mientras reforzaba mi agarre en su brazo
— ¡Disfrutar la vida! — vaciló y cayó en mis brazos dormido, sin duda él no sabía la que le iba a caer cuando despertase mañana.
Lo arrastré por el suelo hasta llegar al sillón más cercano que había en la sala, lo apoyé ahí dejando caer todo su peso y haciendo que se golpease la cabeza con una mesa auxiliar que había a un lado del mueble, a pesar de eso, yo seguía siendo una buena hermana por haberle permitido dormir dentro de casa.
Les puse almohadas a todos en la cabeza, apagué las luces para dirigirme a mi habitación y lanzarme a mi cama, instantáneamente me dormí.
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- R.
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your shadow † kth [editando]
Fiksi PenggemarDe nuevo se abrió la cortina de la misma ventana. Oh, pero esta vez había algo diferente... ¿Una silueta humana? Imposible, cosas de mi estúpida imaginación. Se supone que esa casa está abandonada. ◇◆◇ ༄ completada/2da temporada disponible. ༄ lengu...