Cuando partieron lo hicieron exactamente a las siete de la mañana, Harumin, conservando adecuadamente la comida para el viaje encontró desagradable lidiar con Matsuri que no para de molestarle. Himeko discutía mucho con Yuzu al verle tan cerca de Mei y no era de extrañarse ya que buscaba conocer a su señor, los celos eran divertidos hasta que retaba a duelo a Yuzu y esta aceptaba como todo un caballero. No estaba otro resultado que el esperado y Himeko terminaba en el suelo con cortadas de espada y un ego roto mientras se sentaba del otro extremo cruzada de brazos.
-Vamos Himeko, eso te ganas por retar a un mago. –decía Harumin muerta de la risa. –Esta entrenada en todos ámbitos para servirle a la princesa. Yo diría que es un maestro completo.
-¿Quieres callarte? –gruño de malhumor y con una mueca despectiva le dijo. –Te has enamorado de él, ¿no?
Harumin parecía sorprendida por ese cebo y tras considerarlo divertido lo tomo.
-Es guapo, simpático e inteligente. ¿Qué mujer no se enamoraría de él? Incluso podría apostar que la princesa ya le tiene el ojo.
La broma broto como una inocua duda y, al ver como Mei parecía muy a gusto al lado de Yuzu, comenzaron a ponderarse aquello. Aihara parecía realmente interesada en Yuzu, tanto que buscaba conversar de cualquier cosa. Era de pensar calmadamente, recién se conocían y era de esperarse aquello.
Zarparon con algo de sueño en aquella barca sencilla y Yuzu saco de un cofre esmeralda una terrorífica mascara de calavera. Himeko había estudiado la historia del mundo a la perfección como Mei y ambas reconocieron aquel casco de guerrero de los que se hacían llamar vikingos. Los vikingos fueron un pueblo salvaje y belicoso que rivalizo una vez con los hunos y que los borro de la faz de la tierra. Ellos fueron los primeros ancestros del imperio Pirineos y al parecer también el pueblo que dio a nacer al primer mago de la historia. Hizo uso del muedin tie cubriéndose todo el cuerpo con sumo cuidado, tallo una enorme espada de dos metros de largo con un ancho de treinta centímetros que perdía grosor hasta la punta, dos lanzas del tamaño de espadas, varios cuchillos y una espada normal. Aun con el sobrante le fabrico a Mei su propia armadura y un casco encantado que se volvía invisible en el día.
-Tétrico. –dijo Harumin manoseando la calavera y luego miro la armadura. –Aunque bien elegida, tienes movilidad extrema y poderosa, ¿los cuchillos te parecen bien sin fusionarlos con la plata del norte?
-La plata muta la función del muedin tie, así que prefiero mantenerlo como esta. Además pierde su maleabilidad por aumentar su resistencia. –dijo pensativo.
Harumin asintió. Matsuri parecía indignada por no poseer ese metal extraño pero no al punto de ponerse molesta, incluso dio a entender que le gustaba más su propio disfraz.
-¿Qué nombre te pondrás, Yuzu-nee? –le cuestiono haciendo piruetas en el suelo como si fuera un acróbata de circo.
Yuzu miro a Mei y, poniéndose de rodillas frente a ella le dio su espada.
-Usted es mi señora. Póngame un nuevo nombre si desea ya que mi vida le pertenece hasta que cumpla su destino y yo deje de serle útil.
Mei le miro dudosa y tomo la espada. Era difícil pensar aquello; el nombre significa la esencia de la persona, su identidad, alma, destino y mente. Quitárselo significaba borrar eso y crear algo nuevo o por el contrario si se le era retirado simbolizaba que el individuo era repudiado por su pueblo y era nada. Miro a su soldado y tras pensarlo bien clavo la espada en la arena de la playa y saco una daga dorada de su cinto y lo recargo en su palma.
-¿Mi señora? –dijo confundido.
-Si tú me perteneces también tu nombre. Nadie podrá llamarte "Yuzu" y te conocerán como el leal sirviente de Aihara. –sonrió y le indico pararse mientras se cortaba la palma en una línea perpendicular. –Cuando yo te requiera susurrare tu nombre al viento y este te avisara volver a mi lado. Serás parte de mi alma y carne así que tendremos un vínculo tan fuerte que nadie más que la muerte podrá romperlo. Y, una vez cumpla mi cometido, podrás si lo deseas terminar este pacto.
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HERO (CITRUS)
FanfictionUna historia llena de suspenso, terror, demonología, mitología y temática para adultos. Ilustrando que en la guerra siempre se pedirá un héroe y que cualquiera podrá ser llamado así mereciéndolo o no.