CAPÍTULO IX: VISTA DENTRO DE SÍ.

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Cuando volvieron con la cena Yuzu y Mei estaban en la misma posición en la que se fueron y discutían algo. Al verlos interrumpieron la conversación y Yuzu ayudo a la preparación de la cena. Mei había llamado a Cadmo para conversar y Setesh estaba con Matsuri discutiendo sobre armas por lo cual Flora se quedó con Yuzu, ambos estaban coordinados en la tarea e incluso el rubio pareció sorprenderse de eso.

-Maestro. –lo llamo tímidamente. –Yo... quiero conocer su nombre... ¿está bien que lo haga? –cuestiono viéndolo a los ojos.

Yuzu pareció buscar algo dentro de ella y se sintió desnuda ante él, como si fuera una entrega del todo por la razón que sabía en el fondo que buscaba.

-En la misión de mañana, si demuestras ser de ayuda a mi señora, podría ser posible. –dijo sonriéndole.

-¿De verdad? –estaba emocionada.

-Nuestros destinos están cruzados de una forma profunda y creo que debemos conocernos de forma correcta, ¿no te parece?

-Yo quiero saber tu nombre porque te amo, no por otra cosa. –aclaro con valor.

-Lo sé, así como sabes que no puedo corresponderte. –le acaricio la cabeza. –Aun así parece ser que quieres insistir en estar conmigo. Al menos sino puedo amarte quiero ofrecerte algo que te proteja.

Se fue para llamarlos a cenar. Flora sonrió y convencida de que podría logar más que eso se les unió. Durmieron en las carpas; los hermanos en una, Matsuri y Harmonía en otra y Mei en la última. Yuzu se quedó a hacer guardia toda la noche mientras miraba las estrellas que tintineaban débilmente.

"NUNCA ACABARA ESTO Y LO SABES... ERES SOLO UN CASCARON QUE SE ROMPERÁ PRONTO, SI QUIERES SEGUIR SIENDO YUZU DEBES PROTEGER LO QUE AMAS O TERMINARAS COMO YO; CONDENADO EN EL FUEGO DEL ARREPENTIMIENTO Y ODIO"

La voz de samael desaparecía poco a poco, como si estuviera durmiendo por lo pronto en espera de algo. Yuzu tenía miedo de eso pero no podía permitirse sentirse así.




A las cinco de la mañana despertaron y se alistaron para ir a York. Cruzaron por las aguas como lo hicieron los chicos y se encaminaron a caballo. Harmonía esperaba del otro lado del rio así no estaría en peligro. Cuando llegaron a las puertas Matsuri y Yuzu entraron primero, listos con la armadura y armas listas para luchar. Mei seguía sobre el caballo con los hermanos detrás de ella y les ordeno quedarse así mientras analizaba todo.

Hacia más frio de lo usual y la neblina permitía solo ver un poco, Mei permitió que Matsuri avanzara luego de Yuzu. Así comenzó el registro del lugar por media hora y nada se encontró. Llegaron a la capilla donde los niños dejaron el pergamino y Mei entro con algunas cosas en una bolsa vieja y con un símbolo extraño. Matsuri tomo como compañero a Setesh así que ambos estarían en la retaguardia mientras Yuzu y Flora irían por delante. Cadmo, que aún no podía manejar bien ni su nuevo cuerpo y poderes se quedó al lado de Mei como consejero.

-Subamos a la montaña, mientras más rápido vayamos y acabemos esto podremos saber que sucede. –dijo Mei con tono severo.

Flora la miraba con una expresión recelosa y reacia a seguir sus órdenes, Yuzu se aclaró la garganta para traerla de vuelta a la misión. No podía creer que estuviese Yuzu de su lado a pesar de tratarla mal.

-Concéntrate en la misión, Flora. Solo importa eso.

-Pero Maestro, usted-

-Por ahora eso importa. –termino de hablar guiñándole el ojo.

HERO (CITRUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora