Harumin había vuelto acompañada de treinta hombres, algo dentro de ella le advertía que no debía alejarse mucho. De lejos vio la pelea de Yuzu con esa extraña cosa con mascara de serpiente y reconoció que le había dado un escalofrió grande el admirar cuanto poder tenia y la facilidad con la que derroto a Yuzu sin sudar. Como pudo derrotar semejante sol ardiente con mover las manos mientras quien parecía ser un inútil era el supuesto demonio del fuego.
Aun así tenían las esperanzas de que ganara Yuzu, como lo hacía a último momento siempre y esta vez no fue así, al ver como tosía y fue mandado al suelo para ser tragado por la tierra les hizo contener el aliento. Era como ver caer al héroe de la historia sin que pudiera hacer nada para defenderse... como ver caer al único que podía hacerlos ganar esa inútil guerra contra algo que no conocían y acababa con su espíritu.
Cuando ese... esa nueva divinidad salida de una leyenda magnifica se alejó Harumin dentro de sí sintió reconocer a ese ser. Una leyenda vieja que no comprendía como fue que no la hubiera recordado antes, solo sintió que la recordaba de pronto y lo primero que se pregunto fue:
Entonces ¿cuantos dioses o divinidades existían en verdad?
Si Yuzu había sido el arcángel de una divinidad de nombre dios y ese ser que lo derrotaba fue una divinidad para otra gente; ¿qué era entonces la verdad? Yuzu tuvo sueños sobre ese pasado que constantemente parecía contradecirse. Sentía cada ser humano que su realidad cambiaba, ya sus recuerdos y creencias no eran de fiar y pronto todo culminaría en el fin de ellos para borrarlos de esa nueva realidad que estaba alterándose constantemente.
-Vamos a buscar sobrevivientes. –dijo al fin no queriendo pensar en eso, no en ese momento.
Sus hombres asintieron con el mismo pensamiento contradictorio en su mente y cabalgaron en busca de alguien; dividiéndose en tres partieron y Hércules comandaba uno. Harumin llego a donde suponía que debió caer Yuzu y con ayuda de sus hombres comenzaron a escarbar con las manos desnudas sin importar que las piedras rompieran las uñas y rasguñara su piel, sabiendo que necesitarían usar magia Harumin cabalgo hasta Hércules quien encontró a Flora, Cadmo y Matsuri inconscientes.
Con su mano comenzó a abofetear a una Matsuri con sangre en el cuerpo. Lloraba desesperada intentando despertara, posiblemente estaba muerta y se negaba a aceptarlo.
-¡Despierta idiota de mierda! –le dijo.
-Capitana, si sigue así no-
-¡Yuzu te necesita! –dijo quitándose de encima a Hércules y consiguió sostener a Matsuri de los hombros para agitarla. -¡Yo te necesito ahora! ¡No está la princesa y tenemos muchas bajas, despierta y dinos que paso!
Matsuri no respondió hasta que Harumin la volvió a abofetear y le dijo algo que nadie estuvo listo para preguntar después; "Si te levantas te besare". Abrió sus ojos con una expresión adolorida y Harumin la abrazo desesperada y se levantó.
-Vamos, Yuzu, él está bajo tierra-
Matsuri escucho aquello y basto para poder recuperar por completo la conciencia y detuvo a Harumin.
-¿Dónde? –le pregunto sosteniéndose en pie, aun le dolía el cuerpo terriblemente a pesar de que Flora le diera de esa extraña medicina nueva.
-Allí por donde escavan ellos. –señalo al noreste. –No estoy segura pero es lo que puedo deducir.
Matsuri respiro hondo y controlando la respiración consiguió que el aire le elevara sobre los cielos junto a Harumin que la abrazo como reflejo al estar muy alto y su acrofobia comenzara a cobrarle factura.
-Aproximadamente cuales serían las dimensiones de su localización y dímelo rápido mi amor que no tengo las fuerzas para seguir volando ni para hacer un segundo hoyo en caso de equivocarte. –jadeo sintiendo el sabor de su sangre en la boca al soportar la tos.
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HERO (CITRUS)
Hayran KurguUna historia llena de suspenso, terror, demonología, mitología y temática para adultos. Ilustrando que en la guerra siempre se pedirá un héroe y que cualquiera podrá ser llamado así mereciéndolo o no.