Aun en tiempos de guerra a la gente le gusta el chisme y el rumor de que el capitán Toshio se acostaba con la maga nueva Flora, se extendió por todo el campamento. Aun cuando eran ahora diez mil hombres ya que unos se unieron a ellos en los pueblos por los que pasaban. Mei tenía que soportar los cuchicheos sobre que Mei no era la amante de Yuzu sino que era ahora la más joven flor de allí, como su nombre lo decía. No paraba de escuchar como alababan su hermosura y carácter amable y alegre, era como ser comparada una niña pendenciera contra una grácil.
También estaba enojada, la chiquilla ahora estaba no solo demostrando sus habilidades en magia y combate sino que también le estaba diciendo que sus encantos podían someter incluso el frio comportamiento de Yuzu para con las mujeres. No era secreto que se acostaba con alguna de vez en cuando y eso era para conseguir favores para Mei, pero el hacerlo para satisfacer su propio placer era tan hiriente para el ego de Mei.
-Mi señora, debemos detenernos. –dijo Yuzu interrumpiendo sus pensamientos.
-¿Por qué? –dijo fríamente, más de lo usual y Yuzu pareció notarlo con gesto humilde.
-Flora ha encontrado dos moribundos, dicen que en el pueblo de Agnar hay monstruos que beben sangre y comen humanos. –respondió señalando donde estaba concentrado un poco de atención.
Mei paro la marcha y se dirigió a donde estaban los testigos; eran dos hombres llenos de sangre y a ambos les faltaba algún miembro. Lucían pálidos y cansados y a la vez confortados por Flora que los calentaba con un poco de fuego, daba agua y escuchaba atentamente.
-¿Qué sucede? –dijo Mei bajando del caballo.
Los hombres respingaron ante su voz potente y gimieron con pánico.
-Ya están camino al reino de Amemiya. –dijo uno sujetando a Flora. –Monstruos enviados por Nagaakira para traer caos.
-¿Amemiya? –Mei se hinco para escuchar mejor y lo obligo a verla. -¿Cómo lo sabes?
-¡Drácula! –grito el otro. -¡Un vampiro que bebe sangre humana! ¡Él dijo que su objetivo era asesinar al príncipe y tomar por rehén a la princesa Aihara!
-¿Quién carajos es Drácula?
-¿Se referirán al príncipe Vlad de Valaquia? –dijo uno de los presentes. -¿Se apellidaba Drăculea, no?
Mei los miro para que se callaran un momento. Uno de los sobrevivientes ya estaba muerto y el otro temblaba.
-Hay otra bestia... se llamaba Licantros... era un mago que quería convertirse en hechicero, vivía a las afueras del pueblo, cerca de la montaña. –balbuceo. –Él quiso convertirse en un lobo ya que deseaba transfigurarse en un animal pero salió mal. –sonrió. –Era como ver un hombre lobo... era peligroso así que lo echamos del pueblo.
-Dijiste que uno de ellos buscaba a Aihara-
-Los dos van tras de esa princesa. –jadeo. –No podrá ganar... no con esos monstruos que han tomado el reino de Amemiya y han convertido a cientos de sus habitantes en los suyos.
El hombre murió con alivio por no tener que ver eso ni estar involucrado. Mei apretó los dientes y encargo que los sepultaran, Flora lloro por ellos y Yuzu la abrazo para brindarle consuelo. Reanudaron el camino alertas y Setesh parecía convencido de que algo los venía siguiendo oculto en los árboles.
Matsuri y Setesh viajaban en carretas cubriendo la mitad de la marcha mientras Yuzu y Flora cuidaban los flancos, Cadmo y Abaddona estaban al lado de Mei por si algún monstruo de esos aparecía.
El pueblo de Agnar, en sus inicios había sido la capital del reino de Dacia y, tras las batallas de aires, fue cambiado a lo que ahora era la capital que recibía el nombre del reino. Los pobladores se dedicaban exclusivamente a la minería; carbón, oro y diamantes. Sucedían explosiones al mes en las de carbón y, ahora con el nuevo descubrimiento estaban sacando lo que llamaban gas que poseía más capacidad de explosión y con lo cual se podrían beneficiar en lo que se estaba trabajando que eran las lámparas de gas; armas que se camuflajeaban como pequeñas lámparas y eran arrojadas al enemigo y estas explotaban al entrar en contacto con el fuego.
ESTÁS LEYENDO
HERO (CITRUS)
Hayran KurguUna historia llena de suspenso, terror, demonología, mitología y temática para adultos. Ilustrando que en la guerra siempre se pedirá un héroe y que cualquiera podrá ser llamado así mereciéndolo o no.