Prólogo

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En el famoso embarcadero de GusuLan un hombre miraba la puesta del sol. Los colores naranjos y el olor salado de las corrientes marítimas lo hacían sentir en paz.

—Capitán ZeWuJun ha llegado un recado de Yunmeng.

Los ojos del capitán desviaron la vista para fijarse por primera vez en el recién llegado. —Me encargaré de leerlo más tarde —respondió con una gentil sonrisa.

El hombre nervioso vuelve hablar. —C-creo que es de suma importancia Capitán.

Resignado el hombre toma la carta y empieza a leerla con calma. Su rostro luce tranquilo, pero lo que lee no son precisamente buenas noticias. Con voz neutral da una última orden. —Busca a mi hermano, dile que venga.

—¡Sí Capitán! —El otro hombre se retira lo más rápido que puede.

Lan XiChen vuelve a dirigir su vista al horizonte. Las aguas lucen tranquilas pero sabe que justo ahora los mares no están pasando por una buena situación. Piensa en cómo solucionar el problema sin involucrar a tanta gente, ya que varias vidas se han perdido. Sabe que es arriesgado, pero las cosas no pueden continuar así.

Sin percatarse de cómo el tiempo pasa, ahora el sol se ha desvanecido y poco a poco el azul profundo del cielo se empieza a mezclar con el mar.

—Hermano ¿Me llamabas?— un hombre un poco más joven llega con postura firme y mirada estoica.

Lan XiChen sonríe al verlo. —WangJi que bueno que llegas—Su sonrisa desaparece y ahora solo hay preocupación en su mirada. —Yunmeng ha mandado otro aviso. Una nueva nave de Gusu ha sido saqueada. La carga se dirigía para acá, por lo que los pedidos de este mes no llegarán.

—¿Cómo terminó la embarcación? ¿Hubo bajas?—preguntó con seriedad el menor de los Lan.

—Tal como los casos pasados el barco está irreparable y tres de los hombres han caído—la mirada de preocupación era notoria, lo que menos quería es que más personas perecieran.

Lan WangJi se quedó en silencio, parecía perdido en sus pensamientos.

—¿En qué piensas?—con una sola mirada Lan XiChen podía saber que algo atormentaba a su hermano.

—Con este ya van tres en las últimas dos semana—contesta Lan WangJi con el entrecejo fruncido. —A este paso nuestro mercado empezará a caer.

—Justo por eso Jiang FengMian ha pedido una reunión con algunos capitanes. Ya que todos nos estamos viendo afectados debemos tomar cartas en el asunto. Pero pide la mayor discreción posible—ZeWuJun le miró serio—Es arriesgado, sólo los capitanes de alto rango conocen puntos importantes como la central de intercambios, así que el enemigo podría aprovechar está reunión y saber su localización. No hay que precipitarnos.

WangJi respiró profundo cerrando los ojos, entendía lo que significaba juntar a varios Capitanes de alto rango. Y eso se debía a que no había tiempo. Extrañamente los pequeños puertos independientes aún se encontraban bien, pero aquellos que estaban ubicados en prestigiosos embarcaderos casi llegaban a la quiebra. Al principio solo algunos tenían dificultades, GusuLan seguía en orden, pero desde que su tío trató de ayudar al clan LanlingJin empezaron los problemas. Y ahora ellos comenzaban a tener saqueos y demás. —Entonces mañana mismo partiremos.

El Capitán ZeWuJun miró fijamente a su hermano. Lo conocía mejor que nadie. Podía ver la determinación en los ojos dorados del menor, sabía que haría lo imposible por terminar con esto. —Ya verás que todo se resolverá.

—Mn—Lan WangJi asintió con la cabeza pero seguía pensando en cada desenlace que podría tener.

Por un momento se perdió en sus pensamientos, hasta que la voz de su hermano lo trajo de vuelta.

—Es increíble lo que puede causar un hombre ¿no crees? El Patriarca Yiling debe ser una persona inteligente. Después de todo nos ha causado muchos problemas y aún no han podido atraparlo.

—Yo lo haré. Yo lo atraparé—contestó decidido el menor de los hermanos.

—Debe ser una persona interesante. Dime WangJi ¿sientes intriga por ese sujeto?— aunque no lo dijera Lan XiChen podía ver un enorme interés que tenía su hermano en alguien que ni siquiera conocía, pero que ya le había dado demasiados dolores de cabeza.

Lan WangJi solo se giró dándole la espalda. —Ridículo—Y con eso se marchó.

En el rostro de XiChen apareció una sonrisa y empezó a negar con la cabeza. Notaba la emoción en su hermanito. Solo esperaba que las cosas no se salieran de control.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora