Capítulo 14. Central de Intercambios.

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Lan WangJi y Wei WuXian se veían fijamente a los ojos con una expresión indescifrable, esperando que uno cediera primero.

Nadie a bordo del barco se atrevía a interferir, los hombres del Patriarca estaban a una distancia considerable de la pareja, esperando que no empezara una pelea. Los más jóvenes podían sentir la tensión entre los dos mayores pero aún no terminaban de entender que sucedía.

—Ah Wen Ning... ¿Qué ocurre con el Capitán HanGuangJun y el mayor Wei?—preguntó en voz baja Lan SiZhui sin dejar de ver a la pareja.

Tenían poco que habían salido del camarote, pero sólo para ser recibidos con este pesado ambiente.

El Wen tragó duro—Es que... e-ellos... verás...

—¡Sólo dilo!—gritó JingYi desesperado por querer saber el motivo de la riña.

—El mayor Wei no quiere que nadie baje a la Central de Intercambios... pe-pero el Capitán HanGuangJun se niega a dejarlo ir solo...—explicó Wen Ning lo mejor que pudo.

Cuando parecía que ninguno de los dos daría su brazo a torcer Wei Ying ya no pudo seguir mirando los ojos dorados del Lan y explotó.

—¡Lan Zhan ya es suficiente! ¡Confía en mí! —gritó exasperado—. ¡No me pasará nada! Trato de arriesgar lo menos que se pueda la vida de todos en este barco.

Lan WangJi seguía con una mirada fría como el hielo. —No te digo que lleves a más personas, sólo yo te acompañaré.

El de ropas negras suspiró con fuerza. —También trato de no arriesgar tu vida. Si te llegan a ver ahí adentro junto a mi serás considerado un traidor, así que... ¡ah Lan Zhan!

Lan WangJi detuvo su parloteo aprisionándolo fuertemente contra el mástil. La tripulación empuñó sus armas enseguida, pero Wei Ying les lanzó una mirada deteniéndolos. El Lan no dijo nada, aunque no parecía tener intenciones de soltarle.

El trío de jóvenes junto a Wen Ning tenían el rostro al rojo vivo, Wen Qing desde el timón miraba la escena y sólo ponía los ojos en blanco por el drama de aquellos dos.

—Lan Zhan todos nos están mirando ¿Realmente quieres seguir con esto? —dijo ya más tranquilo Wei Ying. —Anda, suéltame.

—No... —respondió serio, esperaría hasta que el de ojos grises estuviera de acuerdo en que ambos bajarían a la isla donde estaba la Central de Intercambios.

Wei Ying sonrió de lado. —En ese caso...

El más bajo alzó sus brazos y envolvió el cuello del Lan para acercarse y besarle los labios.

Automáticamente todos en el barco desviaron la vista algo incómodos. Sólo alguien como Wei WuXian actuaba tan sin vergüenza delante de su tripulación.

Lan WangJi algo inseguro le regresó el beso, no era muy partidario de este tipo de espectáculos, pero le era imposible poder resistirse a Wei Ying. Sólo segundos después se alejó dejando una fuerte mordida que le sacó un quejido bajo a WuXian, el cual fue únicamente audible para Lan Zhan.

—Iré —sentenció Lan WangJi liberándolo.

Wei Ying estuvo a punto de comenzar de nuevo a discutir cuando Wen Qing rugió por todo el barco.

—¡Ya es suficiente! ¡No sólo tengo que soportarlos en las noches, ahora también tengo que mirar sus ridiculeces en el día! —con su espada señaló a Wei Ying—. ¡Wei WuXian no irás solo, Lan WangJi irá contigo quieras o no! ¡Ahora dejen de pelear que estamos a punto de llegar!

Todo el barco se quedó en silencio.

—Bueno, si lo dices así... —susurró Wei Ying con un escalofrío en el cuerpo. Algo que siempre trataba de evitar era el mal genio de Wen Qing.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora