Capítulo 13. Patriarca Yiling.

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—¿En serio está ahí?—preguntó con incredulidad Wei Ying.

La expresión seria de Lan WangJi seguía inamovible. —Mn—Wei Ying estaba sentado sobre sus piernas mientras jugaba con uno de los extremos de la cinta blanca de HanGuangJun.

Desde la mañana que habían salido del camarote portaban un aura de romance como si de adolescentes se tratara. Además de que parecían estar pegados por una fuerza divina ya que en ningún momento se separaron, ni parecía que lo harían en un futuro.

—¿Cómo nunca se me ocurrió?—se preguntó a sí mismo. —Así que estuvo cerca de Yiling todo este tiempo...—dijo mirando el mapa que estaba en la mesa.

Los tres jóvenes que estaban ahí veían nerviosos en otra dirección, querían evitar lo más que pudieran interactuar con la pareja. Pero la curiosidad era más fuerte que su vergüenza en ese momento.

—¿Yiling? Pensé que ese era sólo su mote, no un lugar—comentó SiZhui algo sonrojado mirando a Wei WuXian quien parecía querer molestar a Lan WangJi pero fracasaba y terminaba siendo detenido por el mayor sin esfuerzo.

—Jamás he ido a ese puerto —dijo pensativo Jin Ling. Su padre siempre solía hablarle de lugares famosos y llevarlo a conocer grandes puertos. Así que se imaginó un lugar pequeño con pocos habitantes. Que no estaba tan alejado a lo que fue en realidad

—SiZhui—le llamó JingYi. —¿En la academia vimos ese puerto? ¿Sabes dónde está?

Lan SiZhui negó—No recuerdo haberlo visto en algún mapa.

—Es porque ese puerto ya no existe—. Wei Ying se levantó por fin de las piernas del Lan WangJi. —Como ya no existe nunca revisé cerca de la zona... ¿Así que siempre estuvo ahí la Central de Intercambios? De haber sabido no los hubiera involucrado en mis problemas —dijo sin pensar demasiado en sus palabras. Sintió una pesada mirada en su espalda y giró con un escalofrío recorriéndole la columna. Unos ojos dorados se veían enojados, por lo que Wei Ying rio bajo. —Pero no me arrepiento de que terminaran aquí, en especial tú, Lan Zhan —dijo guiñándole un ojo. De nuevo esa atmósfera extraña envolvió el ambiente.

—Si ya no existe ese puerto... ¿Cómo saben sobre Yiling? —preguntó JingYi.

Lan WangJi miró que Wei Ying se enserió en cuestión de segundos al oír la pregunta, así que decidió contestar él. —El puerto de Yiling desapareció hace bastante, en ese lugar se hacían tratos sucios, por lo que el resto de puertos optó por mantenerlo confidencial.

—¿Qué? —JingYi estaba incrédulo—. Me niego a pensar que no hubo personas que contaran el chisme, digo, la información.

—Eso es porque Jiang Cheng amenazó a todos si hablaban del tema—dijo Wei Ying con la vista baja.

—Wei Ying...—le llamó el Lan. Los ojos grises le miraron y por inercia sonrió.

Lan SiZhui tosió disimuladamente—Bueno se hace tarde, y aún nos queda un largo viaje.

—En efecto, llegaremos a la Central de Intercambio en un día y medio, si mis cálculos no me fallan. ¿Verdad Capitán HanGuangJun?

—Mn—asintió con la cabeza levantándose de su lugar. Miró al trío que seguían sentados—No se duerman tarde—con eso tomó la mano de Wei Ying y lo arrastró al camarote.

Cuando iban caminando Wei Ying estaba riendo fuerte, la actitud del Lan le parecía de lo más graciosa.

—¿Qué ocurre Lan Zhan? ¿Por qué tanta prisa? ¿Quieres repetir lo de anoche? Creo que deberías dejarme descansar unos días más—la verdad aún le dolían las caderas.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora