Capítulo 3. Información valiosa.

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—¿Para qué lo buscas?—el de ojos grises siguió bebiendo de la jarra mientras le lanzaba una pequeña mirada.

Lan WangJi respondió indiferente.

—Asuntos.

La fuerte carcajada del chico llamó la atención de varios comensales. El Lan se tuvo que contener para no reñirle por todo el escándalo y mejor le dejó ser. Tratando de calmarse Wei Ying habló por fin.

—¿Asuntos? ¿Qué clase de asuntos podría tener un hombre tan apuesto como usted Capitán HanGuangJun con esa persona? —apoyó su brazo en la mesa mientras recargaba su mentón en la palma de su mano. Su mirada se había tornado entre seria y burlesca. —Supongo que deben ser asuntos importantes para que barcos de varios capitanes estén justo ahora en el puerto ¿no?

En definitiva, mientras Lan WangJi pasaba tiempo con ese sujeto deducía que sabía más de lo que demostraba.

—¿Dirás algo o no?— la paciencia de WangJi se agotaba.

—¿Qué es lo que te interesa saber? Tal vez puedo saber algo o tal vez no. No prometo nada —su sonrisa ladina seguía sin desaparecer.

—¿Conoces su ubicación?—cuestionó HanGuangJun, dudaba que supiera la respuesta, pero ya no estaba tan seguro de nada cuando se trataba del hombre de enfrente.

—Pregunta difícil, el Patriarca Yiling se mueve mucho, es difícil saber —contestó mientras ponía su jarra boca abajo, mostrando que el contenido ya se había vaciado.

—Eso es un no —afirmó Lan WangJi, Wei Ying sólo se encogió de hombros—. ¿Realmente viene seguido aquí?

—¡Claro! El alcohol de aquí es genial, yo personalmente cruzaría todo el mundo por tomar una jarra si estuviera en su lugar, aunque nunca he probado el vino de GusuLan, dicen que es una delicia, debería de conseguirme un poco —con eso destapó una nueva vasija para sorberla con maestría.

—¿Sabes por qué roba?

Eso sorprendió al de ropa negra, esperaba que siguiera preguntando cosas sobre su físico o si poseía alguna debilidad, no eso, que para muchos la respuesta era mas que obvia, y es que... ¡Era el Patriarca Yiling, que más se podía esperar!

—Con todo respeto Capitán, allá en el mar, son varios los que roban. Así que por gusto no es, pero no importa el porqué, solo lo hace y está mal. Aunque algo le puedo asegurar, tiene reconocimientos que no le pertenecen.

Eso dejó pensando al hombre de túnica blanca.

—Como si alguien lo inculpara...—no era una pregunta. En realidad Lan WangJi tenían dudas sobre todos los ataques que según el famoso Patriarca Yiling realizaba.

—Ya le dije que no es el único ladrón. ¿Quién asegura que todas las víctimas fueron a causa de él? La gente simplemente asume que fue él en cuanto una mercancía desaparece.— Lan WangJi se le quedó viendo. Pero silenciosamente le daba la razón.— No lo defiendo, sin duda ha lastimado a gente. Pero las demás personas tampoco son tan buenas como aparentan. No todos son tan honrados como usted Capitán.

—Así lo haces ver como si tuviera un poco de principios —mencionó acercándose al hombre que ya iba por su tercera jarra de alcohol.

—Creo que alguien como él no buscaría pleito por mero gusto, o tal vez sí, pero en definitiva no mataría a alguien... sólo a la gente que se lo merece—. Los ojos grises se oscurecieron, pero rápidamente volvieron a la normalidad. —Por eso digo que me extraña verlo a aquí, dudo que ese hombre le deba algo —más tranquilo empezó a beber su licor.

—Pues según los informes el Patriarca Yiling ha saqueado barcos de GusuLan, incluso han habido bajas.

En cuanto dijo eso Wei Ying dejó de beber y lo miró. Parecía confundido. Su rostro dejó de sonreír y se volvió serio.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora