Capítulo 7. Chenqing I.

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—¿Te gusta? —preguntó Wei Ying señalando la pared de su colección privada—. Las he estado recolectando por un largo tiempo.

Lan WangJi no contestó, en cambio se quedó observando a la figura esbelta que estaba parada en medio de la habitación.

Wei Ying sintió los ojos dorados mirándole en todo momento, le gustaba tener la total atención del hombre.

—Oye Lan Zhan ¿Qué te parece si bebemos unas copas?— el de ojos grises puso su mejor sonrisa tratando de ser convincente.

—No bebo—dijo WangJi rechazándolo rotundamente.

Ya esperaba esa respuesta, pero debía intentarlo.

—En ese caso iré a la cubierta para beber solo, puedes ponerte cómodo—agitó su mano en forma de despedida y salió de la habitación.

Como de costumbre Wei Ying tomó dos jarras de vino y las cargó con él, subió por uno de los mástiles hasta llegar a la cofa y observó el cielo oscuro que ya estaba despejado.

—¡Salud!—extendió su brazo hacia el cielo alzando su jarra de vino.

Sin esperar algo bebió grandes tragos de la vasija, sentía el fresco viento golpearle la cara y el olor salino que había en el ambiente. Era lo mejor, esta era su vida y no le desagradaba en lo absoluto. Si bien hubiera preferido no hacer ciertas cosas en el pasado, sabía que gracias a todo eso era el hombre de ahora.

Sumergido en sus pensamientos terminó por acabarse los dos contenedores de alcohol, pero no sentía ni un poco de ebriedad.

Todo en el barco estaba tranquilo, se veía normal, pero una pequeña figura se encontraba en la proa de la nave, recargada en una orilla sujetándose con fuerza de la madera.

Con sigilo Wei Ying se acercó y notó que se trataba de uno de los tres chicos que acompañaban a HanGuangJun. Si su memoria no le fallaba ese era Lan SiZhui.
El muchacho tenía mala pinta en el rostro, y miraba con detenimiento un pequeño collar que parecía ser de plata.

Sin soportarlo más el de ojos grises abrió la boca.

—¿Estás mareado?—preguntó haciendo que se sobresaltara el menor al no haberlo escuchado llegar en ningún momento.

—Un poco —admitió con algo de vergüenza—, suele pasarme de vez en cuando, aunque debería superarlo si es que quiero pertenecer a un barco —había algo de tristeza en su confesión. Nunca llegaría a ser capitán de una embarcación si se mareaba por estar tanto tiempo en el mar abierto.

—Tranquilo tengo una solución, dame tu mano —pidió con una sonrisa.

El menor dudó por un momento pero terminó aceptando. Wei Ying presionó un punto exacto en su muñeca y casi por obra de magia sus mareos desaparecieron. Los ojos de SiZhui parecían brillar.

—¡Gracias!—hizo una pequeña reverencia al mayor.

—Hazlo cada que te sientas mal—tocó con ternura la cabeza del joven.—Y... dime SiZhui ese lindo collar que veías hace un rato... ¿Es como una reliquia familiar?

—¿Por qué lo piensa?—SiZhui ponía una sonrisa nerviosa en su rostro.

—Por la forma en cómo mirabas el objeto, usualmente cuando algo tiene valor emocional nuestra mirada nos delata. Y ese tipo de cosas suele dárseles a la familia o amantes... pero dudo mucho que sea un amante en tu caso—una sonrisa burlesca apareció en el de ropas negras—¿O me equivoco?

SiZhui sintió caliente la cara ¡Era obvio que no era de un amante ni nada por el estilo!

—¡Cl-claro que no es de un amante!—se defendió en seguida—Y se podría decir que es una reliquia de mi familia... pero no le guardo aprecio por eso...—volvió a mirar el pequeño objeto, ahora de más cerca Wei Ying podía notar que tenía grabado del nombre "Yuan"

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora