Capítulo 2. Encuentro.

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Una vez en el puerto los jóvenes descendieron. Como SiZhui y JingYi ya habían sido reprendidos por HanGuangJun prácticamente ya habían pasado por lo peor. ZeWuJun no les diría nada, simplemente negó divertido al escuchar los sucesos. Sabía que cuando volvieran a GusuLan su hermano WangJi les pondría un castigo y su tío los regañaría severamente, así que por ahora los dejaría disfrutar el momento.

En esta ocasión el que más gritos recibió fue Jin Ling. Pues no sólo su padre, sino también su tío Jiang WanYin lo amenazaba. Le decía que si volvía a hacer algo como eso le rompería las piernas. El chico sólo quería ser tragado por la tierra, podía ver la sonrisa disimulada de SiZhui y que decir de la burlesca risa de JingYi.

Sólo cuando le dejaron ir se fue junto a los otros dos para explorar el pequeño pero entretenido puerto. La gente lucía animada, aunque también algo cansada, no había locales tan lujosos como en GusuLan o en LanlingJin, pero de igual forma era confortable el lugar. Por mientras los capitanes se preparaban de nueva cuenta para partir.

Después de unas horas notaron como el barco con las porcelanas que seguirían estaba listo para zarpar. Sabían que la hora había llegado. Todos subieron a las naves, dejando a los más jóvenes en un lugar para que pudieran descansar y estar a salvo en lo que regresaban.

Apenas salió el sol, y con la marea a su favor, el movimiento fue relativamente rápido. Las horas pasaron y todo estaba con normalidad. La tranquilidad del lugar era tan pacífica que los ponía nerviosos, en este punto los capitanes empezaron a tensarse, deberían de haberse topado con otra nave ya. Navegando con inclinación al este HanGuangJun miraba al frente, esperando algo, lo que fuera. Su hermano iba navegando justo a su lado y por detrás la nave de Jiang WanYin se abría paso. Todos iban en silencio... un pesado silencio.

Las horas pasaron y nada.

—¡Ahh! ¡No aparecerá ese imbécil!— gritó frustrado Jiang Cheng.

—Tranquilo Capitán, aún es muy pronto para decirlo—. Lan XiChen como siempre trataba de calmar las aguas.

—¡Usted no entiende! ¡El idiota realmente no aparecerá! Después de este punto dudo mucho que lo haga, él suele atacar a mitad de camino. ¡Y ya estamos por llegar!

Después de eso los tres barcos que estaban en el otro extremo se fueron acercando.

FengMian comenzó a hablar en voz alta. —¡Señores temo que hoy no lograremos cumplir nuestro objetivo! ¡En este punto dudo mucho que el Patriarca aparezca! ¡Tendremos que regresar y pensar en algo nuevo!

Sin más comentarios navegaron de regreso. Extrañamente Lan WangJi sentía un inexplicable alivio pero al mismo tiempo una sensación desagradable.

Una vez sus barcos llegaron al puerto, tres jóvenes se acercaron a gran velocidad, trataban de buscar algo pero no lo encontraron. Estaba seguros de que regresarían con el Patriarca Yiling, pero en vez de eso todos los capitanes lucían molesto y sus manos estaban vacías. No sabían qué estaba pasando, los barcos no tenían signos de haber estado en una lucha, se veían intactos.

Lan WangJi aunque parecía estar normal se encontraba muy molesto. Y su hermano lo podía ver.

—Ya vendrán más oportunidades.

El Capitán HanGuangJun sólo asintió con la cabeza. —Iré a caminar por un rato.

Algo alejado del puerto, donde la gente era poca y el espacio era apto para avanzar libremente, Lan WangJi miraba sin interés los pequeños botes amarrados al muelle. Hacía un escaneo rápido, pero sus ojos se pararon en un montón de jarras, estas estaban apiladas en forma de torre y parecía tambalearse. No se podía ver a la persona que se encontraba por detrás ya que la montaña de licor cubría su rostro. Sólo observaba como la torre se movía de un lado a otro.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora