Capítulo 20. Wen II.

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Lan WangJi observaba como los pocos barcos Wen que quedaban habían formado una barrera, pero esta barrera no era para impedir el paso al territorio Wen, al contrario, parecían querer evitar que Chenqing abandonara el área.

Los estaban acorralando.

A pesar de que se habían usado cañones en realidad el gran navío del Patriarca Yiling apenas si había recibido daño, ahora comprendía que las verdaderas intenciones del enemigo sólo serán impedir que Chenqing se fuera.

—Wei Ying, el barco —dijo el Lan para que WuXian viera como el gran navío negro empezaba a ser rodeado.

Los ojos grises se abrieron sorprendidos, pues se había encontrado tan exhorto en la pelea que ignoró por completo lo que sucedía con Chenqing.

Lan WangJi enfocó sus ojos en Wen Chao, este seguía contra el mástil, su cuerpo temblaba y su mirada estaba llena de pánico al verse acorralado. El Lan tomó al Wen y lo acercó a la orilla del barco, si no fuera por el fuerte agarre en las ropas del Wen esta hubiera caído a las revoltosas aguas.

—Habla —sentenció Lan WangJi.

—¡Es-Espera! —Wen Chao trataba de aferrarse al brazo del Lan para no caer—. ¡Les diré todo lo que sé! ¡No me dejes caer!

Wei Ying suspiró frustrado. —Deja de llorar y habla de una buena vez —demandó apuntándole con la filosa espada.

Wen Chao cerró los ojos con fuerza y entre balbuceos habló. —¡Tienes razón! ¡Es Chenqing, siempre fue Chenqing el objetivo!

—¿Por qué? —preguntó Wei Ying acercando más la afilada hoja de la espada.

El Wen negó con rapidez—¡N-No lo sé!

Lan WangJi aflojó su agarre, sólo eso bastó para que Wen Chao soltara un grito y empezara a hablar nuevamente.

—¡Mi padre quiere a Chenqing! ¡Está obsesionado con poseer ese barco! ¡Juro que es lo único que sé!

Lan WangJi miró cómo el cuerpo de Wei Ying parecía temblar. —Wen Ying —le llamó con notoria preocupación en su voz.

Los ojos grises le miraron, la mirada de WuXian lucía algo aturdida, como si pasaran demasiadas cosas alrededor pero fuera incapaz de procesar todo.

—Volvamos a Chenqing —sentenció Wei WuXian.

El Lan asintió mientras se debatía en si llevar con ellos al Wen.

—Déjalo caer —dijo Wei Ying mirando fríamente a Wen Chao.

WuXian sabía que el Wen había estado involucrado en la muerte de sus amigos, pero también era consciente que sólo era un títere en las manos de Rouhan. Realmente no le importaba la vida de Wen, no se ensuciaba las manos con una basura como esa, por lo que dejarlo caer al agua parecía ser la mejor opción.

Sin embargo, Lan WangJi no aflojó su agarre, en lugar de dejarlo caer lo arrinconó nuevamente contra el mástil.

—Aún puede darnos información —habían cosas que faltaban de encajar, así que para Lan WangJi la vida de Wen Chao podía ser de utilidad aún.

—Como quieras —Wei Ying se alejó para tomar el timón del barco y diseccionarlo rumbo a el gran navío negro.

Lan WangJi analizaba cada acción y palabra que Wei Ying realizaba, esta era una nueva faceta tan desconocida para él. Suponía que este era el verdadero Patriarca Yiling, el que tanto se escuchaba en las historias y que todos temían. Este Wei Ying no dudaba en matar a alguien, sus ojos fríos destilaban peligro. Lan WangJi debía estar cerca de él si quería prevenir algún accidente, sabía que cuando esto acabara Wei Ying podría arrepentirse de ciertas cosas, por lo que el Lan se había jurado a sí mismo evitar algo como eso. Su única prioridad era Wei WuXian.

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora