Capítulo 12. Corrientes cruzadas.

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De un rápido movimiento Wei Ying terminó cayendo contra la cama.

—Ah no sabía que ibas a ser tan agresivo Lan Zhan—dijo coquetamente mientras miraba al Lan deshacerse con expresión seria de su blanca túnica.

Siguiéndole el juego Wei Ying también empezó a quitarse la ropa. En todo momento ambos se miraban directo a los ojos, sabían que no había marcha atrás.

—Debo confesar —comentó Wei Ying soltando la coleta de su cabello para que este cayera en forma de cascada—, después de la primera vez que te vi soñé contigo... Capitán.

Los ojos dorados parecían oscurecerse. —Silencio.

Lan WangJi no pudo esperar más, sin titubear se colocó encima de Wei Ying.

—¿Avergonzado HanGuangJun? —Wei Ying sonrió de lado—. ¿No quieres saber qué fue lo que soñé? ¿Qué es lo que hacíamos?

Las orejas de Lan WangJi adquirieron un tono rojo y por un momento sus cejas tuvieron un tic. —Desvergonzado.

—Pero aún no llego a la mejor parte... o tal vez quieres que te lo demuestre en vez de escucharlo —siguió provocándole Wei Ying.

—Suficiente—con eso el Lan se inclinó y empezó a besarle de forma demandante, dejando sin aliento al de ojos grises.

Lan WangJi se encargó de retirar el resto de ropa que aún quedaba. Algo embelesado se separó para admirar la figura que estaba debajo de él. Tal como imaginó, la piel cremosa lucía blanca y suave, tenía un aroma natural muy dulce, las piernas eran estilizadas y el abdomen lucía plano pero firme, en el pecho se veían dos pequeños botones rosados, subiendo un poco más el bello rostro de Wei Ying algo sonrojado con su boca entreabierta, labios rojos e hinchados de los besos pasados, pero lo más hipnotizante eran los brillantes ojos grises que también le veían.

—¿Te gusta lo que ves? Porque a mí sí me gusta lo que veo.

Lan WangJi aún tenía su rostro serio, pero ahora sus orejas y cuello eran de un tenue rojo, lucían un buen trabajado abdomen y sus piernas eran firmes. Pero lo que más nervioso ponía al menor era la notable excitación del Lan, sólo esperaba caminar bien mañana.

—Lan Zhan tienes que saber que nadie ha llegado tan lejos como tú, así que ten consideración ¿si?—con apuro jaló hacia abajo a Lan WangJi y comenzó a besarlo.

Lan Zhan no perdió tiempo y empezó a tocar el cuerpo más pequeño, amasaba sus glúteos dejando sus manos marcadas y recorría las blancas piernas con deleite. Entre besos comenzó a descender dejando besos y mordidas en el camino, cuando estuvo a la altura del pecho primero besó y lamió uno de los pezones.

Wei Ying se removió ante la sensación.

—Ahh—soltó un audible gemido cuando sintió los dientes del Lan morder su sensible pezón.

Pronto Lan WangJi descubrió que ese sonido le agradaba de sobremanera. Por lo que empezó tortura mas los sensibles botones, mientras con una mano acariciaba y estimulaba uno, con su boca succionaba y mordía el otro.

—Ngh n-no muerdas tan fuerte ahh—se quejó Wei Ying pero el Lan pareció ignorarle.

Con una de sus manos Lan WangJi tomó el miembro ya erecto de Wei Ying y comenzó a masturbarle. Los gemidos empezaron a salir de forma más fuerte y por inercia Wei Ying empujaba hacia arriba sus caderas en busca de más contacto.

Lan Zhan dio una fuerte mordida en el cuello mientras apretaba con fuerza su mano y agilizaba sus movimientos.

—¡Ahh!

Contra Los Siete MaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora