Estuvo encerrado desde que nació, torturado y maltratado sin elección a nada. 236 lo único que lo diferenciaba al resto solo un simple número.
Todos lo llamaban bestia, monstruo, animal solo una persona un humano se apiadó de él, no se supo el porque.
Jhon un vigilante, lo cuido lo más que pudo contándole sobre el exterior y sobre los nuevas especies el pueblo donde pertenecía 236.
- Se fuerte y no pierdas la esperanza - fue lo única palabra dicha por Jhon antes de desaparecer y nunca más volver.
Pasaron tres meses dónde las torturas fueron mayor le aplicaban diversos medicamentos y lo golpeaban para ver su regeneración.
Ahora estaba en su celda tratando de recuperarse después de la tortura recibida, ellos se habían divertido realizandole diversos cortes en todo el cuerpo. El cansancio estaba sediendo cuando se escuchó una fuerte detonación.
236 se encontraba asustado y alterado por los diferentes sucesos ocurriendo a su alrededor.
De la nada cerca a su celda se escucharon varias pisadas se puso alerta, preparándose para atacar.
Se abrió su celda, comenzó a gruñir a las dos personas frente a él, comenzó a analizarlos estaban vestidos de negro totalmente lo único que resaltaba eran unas grandes letras en blanco ONE, esas letras le provocaban algo pero no recordaba el que - tranquilo cachorro vinimos a liberarte - esas palabras iluminaron su mente recordando el significado de esa abreviatura, su pueblo.
Se derrumbó sin más el cansancio había vencido - gracias - fue la única palabra que pudo pronunciar antes de caer en la total oscuridad.
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HOPE
Random236 vivió las peores cosas mientras estaba en Mercile dejar el dolor de lado no es fácil, pero todo se quedó atrás al conocer la libertad. Pero encontrar a su compañera y dejarla ir fue aún más doloroso.