De vuelta en el auto, Karin llevaba a un risueño Boruto en sus brazos, la criatura estaba muy feliz, y eso llenaba el corazón de todos, ¿Cómo era posible que alguien tan indefenso y pequeño, pudiera ponerlos tan felices?
Sasuke seguía conduciendo, Karin había pedido que la llevaran a su departamento, aun no estaba lista para entrar a la casa de Naruto y Hinata, y además, estaba muy cansada, solo quería dormir una siesta, por su lado, Kizashi quería irse al departamento de Sakura, el policía que estaría a cargo de la protección del bebe ya los había llamado, y les había informado que solo Sasuke y Sakura podían entrar a la casa, al menos durante los primeros días, hasta que el juez dieras las autorizaciones para los demás. Kizashi se bajó en el departamento de su hija, y le prometió comenzar a juntarle un poco de ropa, poco a poco, tendrían que empezar el traslado oficial al hogar de los Uzumaki, era una solicitud legal para poder mantener la custodia del niño. El padre entro, y encaminaron al departamento de Karin, quien no se separó del bebe en ningún momento, quería tenerlo el mayor tiempo posible, y el miedo de que estuviera afuera del Hospital, comenzaba a dominarla, nuevamente. La joven se bajó en silencio, le dio un último beso al pequeño y se encamino a su hogar.
Sasuke emprendió camino hacia la casa de su hermano, era primera vez que entrarían en ella, desde lo ocurrido, y no sabía cómo reaccionaría, eran demasiados cambios, la empresa, la custodia, el vivir con Sakura, su cabeza buscaba ordenarlas todas, pero le era imposible, se sentía como una minúscula hormiga, y que alguien muy grande, lo estuviera quemando con una lupa. Cuando estacionaron, había una patrulla afuera, al parecer, el juzgado no se tomaba a medias las cosas.
-Buenas tardes – dijo un policía bajo un paraguas – ¿Es usted Uzumaki Sasuke? – apuntándolo con una linterna
- Si – algo enceguecido con la luz
- Identificación, por favor – Sasuke la saca algo nervioso mientras el hombre apunta la luz a Sakura en el asiento de atrás, la cual tapa a Boruto, no quiere que la luz lo moleste.
- Aquí esta – el hombre la revisa y luego vuelve a mirar a Sasuke
- ¿Y la suya? – mirando a Sakura
- Esta en mi cartera – agrega Sakura mirando a Sasuke
- Espera, yo lo hago – saca el bolso del suelo y busca la billetera de Sakura – aquí esta – pasándosela – el hombre repite la misma acción de recién
- Esta bien – bajando la linterna – me presento, mi nombre es Kai Gaito, soy el policía encargado para la protección – mirándolo – yo y mis dos hombres estaremos rondando el inmueble – le estira un papel a Sasuke – nuestras identificaciones y autorizaciones judiciales – el azabache asiente – síganme por favor, ustedes serán los primeros en entra al inmueble desde el deceso de los Sres. Uzumaki
Sasuke se baja del auto, abre el paraguas y lo extiende frente a la puerta de los asientos traseros, Sakura baja con cuidado con Boruto en sus brazos, Sasuke puede sentir como tiembla, y aunque pareciera que es por el frió, el nerviosismo se cola por sus poros; con el otro brazo, Sasuke saca el bolso de Boruto y demás, no quiere volver a salir y dejar a Sakura sola en la casa. Caminan por el ante jardín de la casa, incapaces de creer que entrarían sin ellos, Hinata siempre los recibía en la puerta, pero esta vez no sería así.
El Uzumaki saca las llaves del sobre, aún no había leído nada de lo que este contiene, y sujeta el juego de llaves por un buen rato, frente a la puerta, y no es, hasta que Sakura, que está detrás de él junto con el policía, coloca su mano en su hombro, que el joven toma valor. La puerta se abre y los tres entran, huele a encierro, huele a abandono, huele a nostalgia, Sakura camino por la sala, recordó como acompaño a Hinata a visitar la casa, y como se había enamorado al instante de esta. Sasuke dejo las cosas a un lado de la puerta y recorrió cada milímetro del lugar con la vista, el policía noto por el momento en que estaban pasando, así que despidió, especifico que estaría afuera y salió, debían estar solos.
ESTÁS LEYENDO
Cuanto Odio Amarte
FanficEn las grandes ciudades el amor también se hace presente y aunque es mal veloz, no significa que sea menos profundo y que no se ame como en las grandes literaturas... Esta es una historia, como cualquier otra, que empezó con dos personas enamoradas...