En las grandes ciudades el amor también se hace presente y aunque es mal veloz, no significa que sea menos profundo y que no se ame como en las grandes literaturas...
Esta es una historia, como cualquier otra, que empezó con dos personas enamoradas...
El gran salón de hotel estaba repleto, tampoco era un gran número de personas, solo 75 invitados, lo que Naruto y Hinata querían, algo pequeño y familiar, y sobretodo, sin la presencia de la prensa. Los guardias del hotel, habían tenido, uno que otro problema o inconveniente, con algunos astutos periodistas, que se trataban de hacer pasar por invitados. Pero la crema innata esperaba impaciente el gran momento; Karin, como la organizadora oficial del evento, se paseaba de allá para acá, o más bien corría por todos lados, pidiendo que la gente se ubicara en sus puestos, porque en breves minutos empezaría la ceremonia. Al final de una gran alfombra, se encontraba un inquieto novio junto a un sacerdote, quien oficiaría la misa; su madre, arreglaba el pelo de su hijo por enésima vez, aunque este ya era un hombre, con un gran trabajo y apunto de contraer matrimonio, antes sus ojos, seguía siendo ese niñito pequeño que corría lleno de barro y gusanos. No pudo evitar verlo por último minuto y sonreír tan feliz, que una pequeña lágrima escapo de su ojo; al otro lado, el padre sonreía con gran orgullo a su hijo, y reía de todas las indicaciones, algunas veces, algo escandalosas de su esposa, al parecer, ella estaba más nerviosa que el novio. En la primera fila, su hermano lo observaba más bien en silencio, no podía creer que rápido pasaba el tiempo, si parecía que ayer, este maravilloso hombre, lo acepto en su vida y lo convirtió en su hermano sin siquiera titubear, le debía tanto a Naruto, él era su felicidad.
Al otro lado del salón, en un cuarto cerrado y apartado, una ansiosa pelirosa daba los últimos detalles al velo de su amiga, cuando por fin se sintió satisfecha con su trabajo, se apartó unos metros para poder observarla, y no pudo evitar ponerse a llorar, trato de no demostrarlo, y más porque se arruinaría el maquillaje, pero fue imposible. Su amiga, se observaba en el espejo, incrédula de quien estuviera en el reflejo era ella, se veía tan hermosa, que dudaba si en verdad estaba soñando o era la realidad; había soñado tantos años con este momento. Giro a ver a su amiga pelirosa y noto que estaba trataba de ocultar sus lágrimas
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-No llores – le comento la novia – que me harás llorar a mi... - entre risas
- Perdón – secándose rápido las lágrimas – es que... definitivamente eres la mujer más hermosa de este mundo – mirándola con admiración
- No digas esas cosas... – sonrojándose
- Naruto tiene mucha suerte – sonriendo más que feliz – cuando te vea... - golpean la puerta – adelante
- Vengo a buscar a la novia – dice entrando Kizashi – espero que este... - Hinata se voltea hacia él y lo mira – Hinata... - sin aliento – te ves hermosa...
- Gracias... - sonriendo con los ojos llenos de lagrimas
- Te pareces tanto a tu madre... - acercándose a ella
- Gracias – las lágrimas caen por su rostro – cree que ella... - mirándolo
- Claro que estará orgullosa de ti – terminado la oración de Hinata – tú eras su vida y su fuerza... - le toma las manos – estoy seguro de que hoy estará con nosotros... a tu lado
