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Jeongyeon después de ver la aldea en llamas y como mataban a los lobos de ese lugar, se sintió impotente, débil e inútil, por no poder hacer nada, no podía ayudar, solo podía estar escondida detrás de un árbol porque si intentaba ayudar estaría por el mismo camino, la muerte.

Cuando toda la masacre acabo y los cazadores se fueron, camino por ese lugar que era un hogar para ella, ahora destruido y con cadáveres siendo quemados.

Su pasos de volvían lentos porque sus piernas empezaron a temblar y sentirse débil, escucho su nombre siendo llamado por esa dulce voz que la crió, se acercó rápidamente y se arrodilló a su lado.

Jeong: Bebé mi sangre.

Sra,Son: No...

Jeong: ¿Por qué no? Te salvarás si lo haces.

Sra,Son: Este es mi destino.- dijo con una sonrisa.- Encuentra a Chaeyoung y cuídala por mi, estoy segura de que está bien, le dije que escapar y que vaya a la ciudad con las veces que la llevaste a pasear debe de conocer los lugares, búscala.

Jeong: La buscaremos juntas, así que por favor toma mi sangre, por lo que más quieras hazlo, no quiero que mueras.

Sra.Son: Jeongyeon no llores...- alzó su mano y seco la lagrima de la pelinegro.

Jeong: Odias a los vampiros ¿verdad? Me odias a mi por eso no lo haces.

Sra.Son: Claro que no pequeña, si lo hubiera hecho no te hubiera criado, siempre te he querido al igual que a Chaeyoung, las amo con todo mi corazón, eres mi hija sin importar lo que digan, yo nunca te odiaría pequeña, prométeme que encontrarás y cuidarás a tu hermana.

Jeong: Lo prometo...- agarró su mano.

Sra.Son: Las amo mucho, nunca lo olviden.- sus párpados se fueron bajando poco a poco hasta cubrir esos cálidos ojos avellanas.

La pelinegra empezó a llorar abrazando a la persona que fue como su madre, después del que el fuego consumiera casi todo borrando cada rastro de que hubo una aldea ahí, se alejó con el cuerpo de su madre adoptivos y le hizo una tumba.

Paso dos años en el bosque, sin tener excito de encontrar a Chaeyoung, vago por la carretera por días hasta que encontró la pulsera que le había regalado, regreso a la ciudad y la busco.

De las veces que la trajo a la ciudad nunca la llevo a su departamento ya que preferían estar explorando nuevos lugares, miró la hora en su reloj, las 3:51am, se sentó en una banca del parque y se quedó mirando a la nada, ya habían pasado dos años y cuatro meses.

Una chica se sentó a su lado, estaba tan lastimada, su pómulo morado, su nariz tenía una heridas y su labio también, tenía un pequeño corto y hematoma en la comisura.

Momo: La vida es dura no crees?.- preguntó con una sonrisa.

Jeong: Sí.

Momo: A veces prefiero morir, odió está vida.

Jeong: ¿Por qué?

Momo: Mi mamá murió cuando tenía doce años, mi papá se volvió un borracho que le gusta golpearme.

Jeong: Él te hizo toda esas heridas?

Momo: Sí, él me golpea sin piedad es como si no fuera su hija, porque salgo de casa y no quiere eso, es como si estuviera en una cárcel, no podía dormir tengo pesadillas así que aprovecho que el si lo está y salgo, mamá murió en un accidente de automóvil, yo iba con ella y me salve, desearía ser yo la que hubiera muerto. Lo siento por contarte todo esto es que no tengo a nadie y necesitaba hablar sobre esto con alguien.

Wolf - VampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora