Capítulo 14

1.3K 95 5
                                    

Espero que os guste mucho este capítulo. Muchas gracias a las personas que me seguís/votáis/añadís mi historia a la lista de lectura/comentáis y leéis la historia. Espero que os sea de mucho agrado. Apoyáis mucho de verdad me hacéis feliz >.<

CAPÍTULO 14

-¿Que has hecho qué?
Itachi me golpeó la frente con dos dedos.
-¿Estás loca o qué?
-Lo siento -sollocé- Sólo quería ver a mi hermana. Además no me han reconocido. Iba disfrazada.
-Más te vale que no lo hayan hecho. Esta vez te has salvado, no se lo diré al líder. Pero procura no dar problemas.
-¿Entonces no podré volver a verla?
Itachi pareció pensárselo mientras me golpeaba la frente una y otra vez.
-A ver, no digo que no puedas ver a tu hermana. Lo único que digo es que no traigas problemas.
-¿Así que si no causo molestias puedo...?
-Sí. Pero ya sabes.
-¡Muchas gracias! -exclamé abrazando a Itachi.
-N... No me toques, ¿quieres?
Me apartó algo sonrojado y se fue presuroso. Estaba muy feliz de poder volver a verla y de ser aceptada por la sociedad. Eso sí, siempre siendo Cintia y no Carla. Itachi me ayudó a mentirle al líder y así pude librarme del castigo. Regresé alegre a la habitación y me encontré con Deidara.
-¡Hola Dei Dei!
-¿Eh? Ah, sí. Hola.
-¿Te ocurre algo?
-No, nada -dijo mientras me cogía la mano- Te eché de menos durante este tiempo. Quiero decir... No pienses mal... Sé que a ti te gusta Ishō, hum... ¡Y no digo que tú a mí me gustes! Tan sólo... Esto... Bueno, pensé que te habías ido con él, pero por lo que ha dicho Itachi...
-Mira que eres bobo -sonreí.
Le levanté la cara cogiéndola suavemente y le di un beso. Pero me aparté rápido cuando me di cuenta de lo que había hecho. Deidara tenía los ojos como platos y las mejillas ardiendo. A pesar de mi "rechazo", Deidara volvió a poner morritos y le di un bofetón.
-Que conste que esto ha sido por tu culpa -murmuré- Te... Acercaste demasiado a mí.
-Ey tortolitos -murmuró Sasori asomándose por la puerta- Ya está la cena hecha. Deberíais venir, que los besos no alimentan tanto como la comida.
-Sería lo mejor.

Después de cenar, fui a dar una vuelta por el jardín. Mi vida había cambiado tanto desde mi escapada de casa... Mis padres, mi hermana... El mundo entero pensaba que estaba muerta. Y nadie se había interesado en buscarme aún así. Entonces fue cuando me di cuenta de que mi hogar era este y mi familia era Akatsuki. Me prometí que jamás les traicionaría y que lucharía por y con ellos hasta el final. Sin importar las consecuencias. Me senté al lado del parterre de violetas y no pude evitar acordarme de Ishō. Suspiré y observé que una pequeña paloma se acercaba a mí. Dejó caer un sobre entre las flores. Cuando lo cogí y me giré para seguirla, ya había desaparecido. Me encogí de hombros un poco decepcionada y fijé mi vista en el sobre. Lo abrí y leí la carta.

"Vaya, no sabía que necesitabas una falsa identidad para presentarte en la villa. Creo que eres mucho más hermosa castaña que rubia. Pero aún así estabas muy guapa. Y en la competición lo hiciste genial. Estoy muy orgulloso de ti. Por cierto, te llamé cuando te ibas pero parece que no me escuchaste. Estaré siempre en la villa, esperándote, por si decides volver. De momento no te voy a dar ninguna pista de quién soy, pero seguramente lo averiguarás, eres muy inteligente. Y no te preocupes por tu hermana, está muy segura en la villa y sabe defenderse bien.
Te quiero.
Ishō"

-¿QUÉ? ¿He estado a un paso de conocerle? ¿He compartido momentos con él sin darme cuenta? ¡Dios soy IDIOTA!
Me golpeé la cabeza varias veces con la mano. ¡Qué tonta había sido! No había hecho caso a esa voz que me pareció producto de mi imaginación y había perdido una oportunidad única de conocerle
-¡Genial! A veces parezco estúpida.
Me incorporé y me guardé la nota en un bolsillo de la capa. Era hora de irse a dormir y descansar. Tenía que olvidarme por un momento de todo. Esa noche volví a dormir con Deidara. Me sentía mal cuando él me abrazó para que me durmiera. Me sentía así porque pensaba que le estaba haciendo daño recibiendo esas cartas. Pero no era mi culpa después de todo. Tenía que volver a la villa y averiguar quien era Ishō. Así podría decirle que me dejara de enviar cartas porque estaba interesada en otro chico.

A la mañana siguiente, y esta vez con el permiso del líder, fui a la villa disfrazada de Cintia gracias a mi jutsu de transformación. Por suerte para mí, Sara y Sasuke estaban allí aún y cuando me vieron me saludaron contentos. Al lado de ellos estaban dos personas a las que no esperaba ver... Gaara y Karina. Me acerqué y abracé a todos.
-Me alegra que estés bien -le dije a Gaara.
-Ya... Hmpf.
No parecía de muy buen humor, y por eso Karina lo disculpó y me dio las gracias por preocuparme. Me di cuenta de que, siendo la misma persona, cuando llevaba una capa de Akatsuki me trataban de una forma y cuando no la llevaba de otra. Eso demostraba que los Akatsuki no son tan malos como creían los de la villa.
-¿Queréis que vayamos a comer? Invito yo -ofreció Sasuke.
Ninguno nos negamos y fuimos todos a un puesto de ramen donde se encontraba Naruto.
-¿No está Hinata contigo? -preguntó Sara.
-Está con Neji entrenando. Wow has vuelto -exclamó Naruto al verme- Me alegra volver a verte.
-Gracias. Yo también me alegro de veros.
Me senté y pedimos todos, aunque Karina y Gaara se fueron temprano porque tenían que volver a la villa de la Arena, pero prometieron regresar algún día para verme. En ese momento me sentía como si fuera una más.
-Oye, ¿tú de que villa eres? -me preguntó Sara.
¡Mierda! No sabía que decir, así que dije una villa cualquiera.
-De la... Emmm... Villa del Fuego. Pero vengo aquí siempre.
-Oh, eso es genial. Sasuke y yo venimos casi todos los días porque ahora estamos estudiando para los exámenes ninja.
-¿De veras? Mucha suerte.
-Oye Cintia, tu debes haberlos pasado ya, ¿no? Eres buenísima luchando -dijo Sasuke.
-Bueno... La verdad es que no. Tampoco me interesa mucho.
Se quedaron todos patidifusos mirándome.
-¿Vas en serio? Bueno... Hay que respetar la opinión de cada uno... -suspiró Naruto.
-Bueno, cambiemos de tema. ¿Tienes novio? Seguro que sí. Eres muy guapa -sonrió Sara.
-Novio... Tengo un admirador, se hace llamar Ishō. ¿Sabéis algo de este nombre o algo de esa persona?
-¿Ishō? Mmm... Déjame pensar. El caso es que me suena muchísimo -respondió Sara.
-Pues a mí no me suena -dijo Sasuke.
-A mí tampoco -acabó Naruto.
-Si encontráis algo de él... Por favor, decídmelo. Intentaré venir lo máximo que pueda aquí.
-No te preocupes Cintia. Te lo diremos.
-Oye chicos, salgo un momento -dijo Sara levantándose- Hinata está ahí afuera.
-Espera, salgo yo también -añadió Naruto.
Ambos salieron del puesto de ramen y nos quedamos Sasuke y yo solos. Al principio había un silencio incómodo entre nosotros. Se me hacía difícil hablar por miedo a soltar algo que no debía. Noté que algo me rozaba la mano y la aparté de forma instintiva.
-Lo... Lo siento... No quería molestarte -se disculpó Sasuke. Había sido él al acercar su mano a la mía. Seguramente por accidente- De verdad... Por favor no le digas nada a Sara...
-No pasa nada. Fue un accidente ¿no? Esas cosas pasan.
-¿S... Sabes? Tienes unos ojos hermosos.
-Muchas gracias también los tuyos son bonitos.
-No... Pero los tuyos... Se parecen mucho a los de Sara. De hecho me recuerdas a su hermana Carla. Eres muy parecida a ella. Ella era muy bonita, la verdad. Pero Sara es muy linda también.
-Ya lo sé. Sara es guapísima. Cuídala mucho, ¿de acuerdo? No creo que encuentres nunca a alguien mejor que ella. Es muy inteligente también.
-Oye... ¿Volverás por aquí pronto?
-Tan pronto como me sea posible.
-D... De acuerdo... Yo vivo aquí así que te estaré esperando, ¿vale? Que sepas que aquí tienes a un amigo con el que contar siempre.
-Muchas gracias, de verdad.
En ese mismo instante, Sasuke se acercó poco a poco a mí... Cada vez estaba más cerca... Su rostro estaba a un centímetro del mío cuando Sara lo llamó desde fuera.
-¡Sasuke amor! ¡Nos tenemos que ir ya! ¡Dile a Cintia que salga y nos despedimos!
-¡S... Sí! -exclamó sobresaltado.
No sabía que hacer en esos momentos. ¿De qué iba Sasuke? Estaba muy confusa. Me despedí de ellos y regresé a la guarida con nuevos sentimientos y pensamientos extraños.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora