Capítulo 30

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Parte 1/3 del maratón de capítulos que me ha dicho que hiciera candiotis.

Antes de nada gracias a las personas que comentáis/me seguís/leéis/votáis y añadís a la lista de lectura. ¡Gracias!

Os recomiendo que leáis los poemas de colddayss. Ha hecho uno de mi ídolo (Portgas D. Ace) que es ÉPICO.

CAPÍTULO 30

Aquella misma noche Deidara me ofreció su habitación para dormir. Akatsuki había cambiado de guarida, ahora las habitaciones eran muy pequeñas y Deidara se había ofrecido a dormir en el suelo dejándome a mí la cama. Me pareció un gesto muy hermoso por su parte y no pude evitar sentirme mal por lo que les había hecho.
-¿Estás seguro? Te vas a resfriar en el suelo. Ven, te hago un hueco.
-La cama es muy estrecha, hum. Dormirás incómoda.
-Que no... Mira, ¿ves? Hay sitio de sobra.
-Que no, de verdad, yo...
-¡Eres gilipollas! -exclamé lanzándole una almohada a la cara- ¿No te das cuenta de que son excusas para poder estar contigo? ¿O sigues demasiado borracho y por eso estás atontado?
-¿Eso eran excusas? Pero bueno, haber empezado por ahí.
-No. Ahora ya no. Ahora dormirás en el suelo. Te lo mereces por bobo.
De un manotazo lo devolví a su sitio y volví a ocupar toda la cama con mi cuerpo.
-Está bien. Como quieras, hum.
Él se tumbó en el suelo helado y se durmió a los pocos segundos. Fui a llevarlo a la cama conmigo pero al ver el charco gigante de babas que habían expulsado sus bocas por el suelo se me quitaron las ganas de acercarme a él.

A la mañana siguiente me despertó un fuerte ruido. Era Sasori, que había resbalado con las babas de Deidara y se había dado contra la mesita, rebotando y acabando justo encima de mí. Escuché sus gemidos de dolor y Deidara despertó alarmado. Al ver la escena se puso histérico.
-¡MAESTRO! ¡Pero qué haces! (Ay, que dolor de cabeza, hum. Maldita resaca). ¡DEJA SUS PECHOS EN PAZ!
-¿Pero qué pechos? Si es plana, ¿no lo ves? -respondió Sasori mientras se incorporaba.
-¡MAESTRO! Yo... ¡TE ODIO! ¡Ahora me enfado y no respiro, hum!
-Haz lo que quieras. Por mí como si quieres morir asfixiado. Me da igual -dijo Sasori- A mí la líder me ha mandado aquí a informaros de que hay un evento muy importante dentro de nada.
-¿Konan? ¿Y qué puede haber? -preguntó Deidara.
-¿No lo sabes? -exclamó Sasori.
-Bueno, a mí no me importa. Yo me voy ya a desayunar -dije.
Me levanté y me fui, dejando a los chicos hablando a solas. Cuando llegué al comedor, todos los hombres estaban muy raros y hablaban con eufemismos y se reían todo el rato.
-¿Aún os dura la borrachera de anoche? -pregunté mientras me bebía mi tazón de leche.
-¿No sabes qué día es mañana? -preguntó Konan.
-Mañana es martes.
-Es San Valentín -dijo emocionada.
-¿Y qué? Para mí es un día como cualquier otro. Nunca he celebrado San Valentín -respondí.
-¡Así se habla! -me animó el líder- ¡POR FIN UNA NORMAL!
-Oye, que yo tampoco estoy a favor de celebrarlo -comentó Kakuzu- Es un gasto inútil de dinero.
-¡PUTO KAKUZU! ¡A Jashin Sama le gusta ese día y por mis santos cojones que lo vamos a celebrar! -gritó Hidan.
-A este le va a durar la resaca -amenazó Kakuzu sacando el puño.
-Por favor, basta ya de peleas. Hoy no es San Valentín, así que es un día NORMAL -ordenó el líder- Y ya tenía planes para nosotros hoy así que los regalos los compráis mañana por la mañana o esta noche.
-¿Y qué planes son?
-No podemos dejar que los Anbu ataquen primero. Por eso vamos a ir al campamento que tienen montado cerca de aquí... Y vamos a matarlos. A todos. ¿Entendido?
-¿Matarlos? Pero no nos han hecho nada -dije.
-No, no han hecho nada... Aún. Hay que atacar antes de ser atacado. Bien, Carla. Tú irás con Hidan y Kakuzu. El resto iremos como siempre, ¿vale?
-Vale.

Comenzamos nuestro camino hacia Konoha en pocos minutos. Hidan no paraba de decir palabrotas y Kakuzu andaba silencioso.
-Putos monjes de mierda. No hacen más que joder. No son verdaderos creyentes de Jashin. Son unos capullos y no saben hacer una mierda de ritual en condiciones. No se manchan las manos de sangre, ¿eso dónde se ha visto? Estoy jodidamente indignado porque...
-Cállate ya, Hidan. Llevas dando por culo desde que salimos de la guarida -dijo Kakuzu.
-Eres un gilipollas. Menos mal que aún me queda ella -exclamó Hidan agarrándome del brazo.
-Eso, moléstale a ella. Pero a mí déjame en paz.
-Pues lo que te decía -me dijo Hidan- Hay gente que es aún más idiota que Kakuzu, y eso ya es decir. No hacen bien los rituales de Jashin. ¿Tan difícil es clavarse una estaca en el corazón? Pues una cosa tan simple como esa no la saben hacer los puñeteros monjes.
-Calla Hidan. Me ha parecido escuchar algo -susurró Kakuzu.
Estuvimos en silencio durante unos minutos y cuando Hidan iba a retomar el monólogo, una especie de cuerda negra salió de entre los árboles y traspasó el corazón de Hidan. La cuerda negra era un jutsu de sombra que había hecho Shikamaru, el cual salió y se puso frente a nosotros junto con su Sensei, Asuma. Para sorpresa de los de Konoha, Hidan no había muerto y sacó su guadaña para pelear. Asuma se colocó frente a Shikamaru para protegerlo y a petición de Hidan, Kakuzu y yo nos apartamos del combate. Hidan cogió su guadaña con una mano y velozmente golpeó a Asuma. Asuma se protegió y devolvió el golpe. Hidan retrocedió y justo entonces una sombra de Shikamaru le cogió por la espalda y lo ató al suelo, dejándolo inmóvil. Iba a ayudarle pero Kakuzu me lo impidió. Mientras tanto, Asuma le clavó el kunai en el cuello y... Le cortó la cabeza. Ahogué un grito mientras veía como la cabeza de Hidan caía al suelo en un charco de sangre. Se hizo un repentino silencio en el que Kakuzu se dirigió a la cabeza de Hidan y la cogió del cabello.
-¡MALDITOS BASTARDOS! -gritó Hidan.
Todos se quedaron asombrados de que no estuviera muerto.
-¡Kakuzu! ¡Mueve tu puto culo y cóseme la cabeza al cuerpo!
Kakuzu le dio una patada a la entrepierna de Hidan y la cabeza de Hidan gritó.
-¡HIJO DE PUTA! ¡Que eso duele! ¡Aunque no esté unido a mi cuerpo lo noto!
Kakuzu sonrió y cosió la cabeza de Hidan en su lugar. Asuma aprovechó esos momentos para intentar llevarme con ellos pero me di cuenta y reaccioné apartándome.
-¡EH, EH! -gritó Hidan interponiendo su guadaña entre Asuma y yo- A ella déjala en paz. Tu oponente soy yo.
Kakuzu me cogió del brazo y me llevó con él mientras Hidan y Asuma peleaban. En uno de los tantos golpes lanzados por Hidan, la guadaña rozó la mejilla de Asuma y un hilo de sangre salió de su rostro. Hidan entonces se retiró y lamió la sangre de la guadaña. Su cuerpo se volvió negro y unas líneas blancas se dibujaron en su cuerpo haciendo un dibujo de esqueleto. Asuma reaccionó y le lanzó un jutsu de fuego. El fuego quemó la piel de Hidan pero también quemó a Asuma. Justo entonces me acordé. Hidan, al estar en modo ritual, todo el daño que sufría lo devolvía a la persona a la que pertenecía la sangre que había lamido. Pero eso sólo pasaba si estaba dentro del símbolo de Jashin que había dibujado con sangre en el suelo. Shikamaru, al comprender lo mismo que yo, se lanzó hacia su Sensei pero entonces Kakuzu reaccionó y su brazo se separó del cuerpo mediante hilos y se dirigió hacia Shikamaru, lo cogió del cuello y lo estampó contra el suelo. Shikamaru gritó de dolor e intentó deshacerse de Kakuzu, pero no podía. Kakuzu lo levantó del suelo y lo puso frente a su maestro.
-Contempla sus últimos segundos de vida. JAJAJAJAJA -rió Hidan de forma macabra.
-¡NOOOOOO! ¡ASUMA! -gritó Shikamaru con lágrimas en los ojos.
Pero ya era demasiado tarde. Hidan se clavó la estaca en el corazón y Asuma sufrió los efectos. Escupió sangre por la boca y se encogió de dolor en el suelo. Hidan se sacó la estaca del corazón y sonrió.
-Vámonos Kakuzu. No vale la pena seguir.
-Espera. Nos darán una recompensa por él -dijo Kakuzu cogiendo a Asuma del cuello.
-¡NO! ¡POR LO MENOS DEJAD QUE LO ENTERREMOS DIGNAMENTE! -chilló Shikamaru llorando.
-Ja, eres patético -soltó Hidan.
-Kakuzu -susurré- Por favor. Al menos dejadle enterrar a su maestro. Ya bastante ha sufrido viéndolo morir.
Kakuzu me miró con desprecio pero al final dejó caer el cadáver de Asuma al suelo.
-No creo que valga nada -dijo- Hidan, vámonos.
-Shikamaru... -murmuré- Lo siento.
-Traidora. Vete de aquí y no vuelvas -gritó con lágrimas en los ojos.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora