Capítulo 15

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Muchísimas gracias a las personas que me seguís/votáis/comentáis/añadís la historia a la lista de lectura y leéis. ¡Ayudáis muchísimo! \(^-^)/

CAPÍTULO 15

-¿Y bien? -me preguntó el líder cuando llegué- ¿Dónde está esa información TAN IMPORTANTE que tenías que averiguar?
-Pues... Esto... Sasuke tartamudea.
-¿Y?
-Y... Emmm... Están haciendo los exámenes ninja y por eso hay mucha gente en Konoha.
-Eso ya lo sabía.
-Bueno... También... Gaara sigue vivo...
-¿Cómo? ¿VIVO? ¡Le quité al bijuu no puede ser que siga con vida!
-Pues yo lo vi vivito y coleando.
-No puede ser... ¡Mañana volverás! Averigua como narices se ha curado. Si es lo que creo que es... Tenemos una mina de oro en casa. Vamos.
-¿Una mina de oro? ¿De qué hablas?
-Un verdadero tesoro. La cura para TODO. Asegúrate de recopilar pistas y si hace falta te quedas allí a dormir.
-¿Pero dónde?
-Me da igual. Búscate la vida. Haz amigos. No me importa lo que hagas pero trata de volver con ALGO, ¿entiendes?
-Sí...
-Así me gusta. Descansa un rato, que te los has merecido. Por cierto, ¿has visto a Konan?
-Pues... No... Pero igual está en el jardín. Mira a ver.
-Vale. Y ahora no te quedes parada. Muévete.
-¡S... Sí!
El líder parecía contento de saber que Gaara estaba vivo porque podía significar que él tenía la cura de todo, lo cual nos haría casi invencibles. Suspiré cansada. Había estado de aquí para allá todo el día y necesitaba sentarme un rato y relajarme. Pero parecía que ese no era mi día de relax. Itachi interrumpió mi siesta con una pregunta algo extraña.
-¿Dijiste que Sasuke tartamudea?
-Ajá.
-Cosa rara en él. Aunque yo siempre pensé que era un subnormal, no pensé que llegaría a ese extremo.
-Ya... Oye, necesito descansar...
Itachi me ignoró, se sentó encima de mis piernas y prendió el televisor.
-¡Oh por favor! Baja el volumen -exclamé tapándome los oídos.
-Están haciendo The Walking Ninja, no me lo puedo perder.
-¡Por lo menos levanta tu culo!
-No sé que narices ven mi hermano y Deidara en ti -suspiró mientras se levantaba- Eres como un camionero. O lo que es peor, te pareces a TSUNADE. Sólo que TÚ eres más plana que una tabla de planchar.
-Buh, no le digas eso -exclamó Deidara.
Acababa de entrar en el salón y, como de costumbre, iba haciendo muñequitos de arcilla y los tiraba por ahí.
-Menos mal que yo mañana me voy y no volveré en días -exclamé sonriendo.
Deidara me miró estupefacto e Itachi no pareció inmutarse.
-¿A dónde te vas? -preguntó Deidara.
-A Konoha. Y dormiré allí.
-¿Con quién?
-Eso a ti no te importa.
-Oye, ¿las peleas de pareja podéis hacerlas fuera? Estoy viendo la tele.
Así que la pelea la continuamos en el jardín a petición de Itachi.
-¿No será que te vas con el marica ese?
-Si te refieres a ti, no estarás conmigo en la villa.
-Obviamente me refiero a Ishō. Puto gilipollas mal parido.
-Cuida esas boquitas. No me voy a dormir con él. No sé quién es de todas formas. Seguramente dormiré con mi hermana y Sasuke. O con Naruto y Hinata. En cualquier caso estate tranquilo, ambos tienen novia.
-No, si yo estoy tranquilo. ¿Qué te hace pensar que me preocupo por ti? Hum. Tan sólo quiero... Que vuelvas pronto. Que te entretienes con una mosca y que aquí te echaré mucho de menos.
-Bueno... Son... Órdenes del líder... Pero no te preocupes por mí, ¿vale? Todo irá bien.
Esa noche no pegué ojo. Estaba siendo muy egoísta con Deidara. Él me trataba muy bien, se preocupaba por mí... Y yo le pagaba yéndome a dormir a casa de otro. Y luego las cartas del admirador. Sabía que no le gustaba que las recibiese, pero no era mi culpa. Debía encontrarlo pronto para así poder contarle mi situación y que dejara de enviarme cosas. Por esa razón partí temprano hacia Konoha. Necesitaba muchas respuestas. Demasiadas. Y parecía que iba a tener que quedarme allí durante una temporada. Me sorprendió que por la mañana la villa estuviera tan llena de gente. Me abrí paso entre la multitud como pude y poco a poco iba viendo la luz.
-¡Gah! ¡V... Veo la luz! -exclamé.
Y vi la luz. Con tan mala suerte que tropecé y caí encima de un chico. El chaval llevaba un bloc de dibujo que salió volando y acabó rebotando encima de mi cabeza.
-¡Au!
-¿Estás bien? -me preguntó cogiéndome de la mano y levantándome.
-Supongo. Ja ja que torta me he dado. Lo siento.
Recogí el bloc del suelo y vi los dibujos. Eran muy bonitos y dibujaba muy bien.
-Wow dibujas genial. ¿Cómo te llamas?
-Gracias. Y me llamo Sai.
-¿Sai? Bonito nombre. Yo soy Car... Digo, Cintia.
Uf, de poco meto la pata, pensé.
-¡Ah, claro! Ino me habló de ti. Tú eres la que ganó la competición con Sasuke.
-Vaya, ya veo que las noticias vuelan.
Le entregué sus dibujos y me quité el polvo del kimono. Suspiré. ¿Por qué narices conozco a todos los chicos guapos tropezándome con ellos?
-¿Te gustaría venir conmigo? Ino y las demás están en la escuela para chicas de Konoha, acaban de salir.
-¿Escuela para chicas?
-Sí. Nos separan -dijo encogiéndose de hombros- Aunque yo no creo que sea necesario. Tampoco son TAN guapas como para entretenernos.
-Pues a mí me parecen todas guapas y estupendas. No deberías criticarlas de esa forma.
En esos momentos Sai me recordó a Deidara. Se había comportado como él al criticarlas. Deidara no paraba de hacerlo. Le echaba mucho de menos.
-¿Te ocurre algo?
-¿Eh? No, nada. Estaba pensando -respondí.
Por suerte para mí no tuve que estar mucho tiempo soportando sus críticas "artísticas", ya que llegamos pronto a la escuela. Ellas estaban todas fuera, sentadas en un pilón, y nos acercamos a paso rápido.
-¡Vaya Cintia! -exclamó Ino alegre- ¡Has vuelto!
Allí estaban Sakura, Hinata y Ten Ten con ella. Todas me saludaron alegres y me acogieron cariñosas. Pronto llegaron los chicos: Neji, Naruto, Sasuke y Shikamaru. Me extrañó no ver a Sara y por eso pregunté por ella. No tardaron en responderme el porqué.
-Sara se ha vuelto a su villa con su familia. Ya sabes... Desde lo de su hermana sus padres no levantan cabeza...
Una aguja se clavó en mi corazón. Mis padres... Se acordaban de mí... Siempre pensé que no les había importado nunca. Hacían mucho más caso a mi hermana que a mí y me ignoraban la mayoría de veces. Nunca recordaban mi cumpleaños y no tenía regalos, a diferencia de mi hermana. Yo normalmente pasaba el día de mi cumpleaños sentada en la calle, sin paraguas, lloviendo. Y ahí era cuando lloraba. Las lágrimas se disimulan mejor con lluvia.
-Cambiando de tema -interrumpió Sakura- Podríamos ir a pasear y a ver tiendas. ¿Qué os parece?
-Yo ahora no puedo... -me excusé- Quizás otra vez será.
Necesitaba investigar y no tenía tiempo para bobadas de ese tipo.
-Yo tampoco puedo ir -respondió Sasuke- Tengo... Que hacer deberes.
-Pero si no mandaron tarea... -dijo Naruto.
Sasuke le tapó la boca antes de que terminara la frase y esperó a que las chicas se alejaran para echarle la bronca. Yo decidí alejarme pero pude escuchar a Shikamaru decir:
-¿No os parece rara? Esta chica me da mala espina. Deberíais andaros con cuidado.
-Pero que tonterías dices, Shikamaru... -replicó Neji.
Shikamaru era muy inteligente y desde luego no me extrañaron sus sospechas. Decidí andarme con más cuidado y procurar no llamar mucho la atención. En ese momento un escalofrío recorrió mi espalda. Ese escalofrío lo había notado más veces. Y creía saber lo que significaba. Había alguien observándome.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora