Capítulo 23

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La imagen de este capítulo y de muchos otros va a ser de internet porque el programa que usaba para hacer los muñequitos no me va :(

CAPÍTULO 23

Desperté tumbada en una camilla que se encontraba en una habitación de lo que parecía un hospital. Traté de levantarme pero un dolor punzante me lo impidió. Me agarré el estómago. Tenía esa parte vendada. Miré mi brazo derecho, el cual estaba conectado a un gotero. Todo lo que había pasado antes de desmayarme pasó por mi mente rápidamente. Volví a escuchar de nuevo la pelea de Sasuke y Deidara y volví a sentir mi cuerpo caer al suelo. Suspiré cansada y traté de deshacerme del molesto gotero. Lo conseguí al tercer intento y entonces me puse en pie. Me mordí los labios al sentir un dolor horrible en el estómago, pero decidí continuar. Salí al pasillo del hospital. Para mi sorpresa, estaba vacío. Las paredes estaban llenas de humedad y la pintura caía, dejando al descubierto los ladrillos. Aquello no parecía un hospital. No siquiera parecía un lugar donde pudiera haber gente. Decidí aumentar la velocidad para salir de allí lo antes posible cuando, al girar una esquina, me choqué con alguien. Ambos caímos al suelo, pero yo me levanté rápidamente para ver quién era.
-¿Naruto?
-Dattebayo, ¿quién eres? ¿Cómo sabes mi nombre?
Al principio pensé que no se acordaba de mí, pero luego caí en la cuenta. Él conocía a Cintia, pero no a Carla.
-Yo soy Carla. Es una larga historia. ¿Qué ha pasado aquí?
-También es una larga historia. Y no hay tiempo. Será mejor que vengas conmigo.
Me cogió del brazo y me llevó con él fuera del hospital. Todo estaba desierto y las casas estaban con la luz apagada. ¿Qué había pasado en mi ausencia? ¿Cuánto tiempo había permanecido en esa camilla inconsciente? Naruto llamó a una pequeña cabaña y murmuró una contraseña para que le dejaran pasar.
-¿Otra más? -preguntó Sakura mientras cerraba la puerta detrás de nosotros.
-Sí. Pensé que ya no quedaba nadie en ese hospital.
Naruto me ayudó a sentarme y llamó a los demás para que me conocieran. Allí se encontraba una persona que no esperaba ver. Mi hermana.
-¿Carla? ¿Estás viva? -dijo con lágrimas en los ojos.
-¿La conoces? -preguntó Naruto sorprendido.
-Sí. Es mi hermana.
Tras varios minutos de expectación, les expliqué todo lo que me había pasado (sin mencionar, claro está, los detalles amorosos). Todo el mundo se quedó de piedra y no supieron decir nada hasta que Sara rompió el silencio.
-Lo que importa ahora es acabar con Orochimaru.
-¿Qué ha pasado? -pregunté.
Shikamaru me miró a los ojos y me respondió.
-Orochimaru ha soltado a las bestias y han decidido evacuar Konoha hasta que acaben con ellas.
-¿Sus bestias? ¿Te refieres a...?
-Sus experimentos. Seres deformes y asesinos psicópatas.
-¿Y ahora qué?
-De momento esto sólo ha afectado a Konoha y a alrededores. Pero creemos que se va a extender. Por eso hay que detenerlo cuanto antes. Somos los únicos que quedamos de esta villa. Y los únicos que sabemos a qué nos enfrentamos.
-¿Cómo?
-Tú has dicho que Orochimaru te tuvo retenida durante un tiempo -dijo Shikamaru- Así que has tenido que ver a esos seres y algo sabrás de ellos.
-Pues la verdad, no sé nada. Estuve muy poco tiempo encerrada en una celda. Me sacó enseguida.
-Genial -suspiró Shikamaru- Los senseis han ido a pelear con Orochimaru. Con nosotros se ha quedado el Hokage para protegernos.
-¿Minato?
-Sí. Ahora ha salido a buscar provisiones. Volverá a la noche.
Shikamaru se dio la vuelta y salió de la habitación. El resto le siguieron hasta que sólo quedó mi hermana. Ella me abrazó con lágrimas en los ojos. Me había echado de menos. Me sentía culpable por lo que había sentido con Sasuke. Por lo que había pasado.
-Lo siento.

-Ya estoy de vuelta chicos. ¿Qué tal todo? -preguntó Minato nada más entrar.
-Naruto-kun ha encontrado a otra que no evacuó y se quedó en Konoha -respondió Hinata.
Le tuve que contar de nuevo mi historia y cuando acabé se quedó pensativo. Sacudió la cabeza para alejar sus pensamientos y sonrió.
-Bienvenida al grupo -dijo dándome una palmadita amistosa en la espalda.
El Hokage... Le había visto antes pero no me había dado cuenta de la sonrisa tan bonita que tenía. Abrió la boca y continuó hablando, pero yo ya no escuchaba. No podía dejar de mirarle a los ojos, esos ojos azules tan bonitos y profundos. Su cabello rubio era parecido al de Naruto, pero sin duda el del Hokage era mucho más hermoso. Sus perfectos labios me pedían a gritos un beso... Un beso...
-...Bien, ¿habéis entendido todos? -acabó de hablar Minato.
-¿Eh? -solté despistada.
-¿No estabas escuchando? -rió Minato- No importa. Os he dicho, de forma resumida, que voy a entrenaros para que vayamos a ayudar a los senseis en la tarea de acabar con Orochimaru.
-Ah, sí. De acuerdo -respondí- Lo siento.
-No pasa nada.
-Tengo hambre -interrumpió Chōji.
-Ja ja. Tienes razón Chōji -sonrió Minato- Tendré que ir haciendo la cena. Que lástima que Kushina se haya ido con los evacuados. Ella cocina mucho mejor que yo.
-¡Yo puedo ayudarte Hokage! -exclamaron Sakura e Ino a la vez.
-¡Y yo también! -se ofreció Naruto.
-Yo voy a ir poniendo la mesa.
-Y yo te ayudo.
-Esperad, que yo también.
Poco a poco se fue ofreciendo la gente para todas las tareas y a mí me sentaron en la mesa para que descansara. Me sentí inútil y pensé que tan sólo sería una carga para ellos. Una carga... Como había sido toda mi vida.

A la mañana siguiente despertamos pronto y Minato nos llevó a un área protegida de Konoha para entrenar. Una vez allí pude ver la habilidad y la fuerza de muchos de ellos que jamás me habría imaginado que tenían. Minato se dirigió a mí y me dijo sonriendo:
-Bien, te voy a entrenar. Me voy a centrar en ti, ¿te parece bien?
-Sí.
-Verás, Orochimaru pone sellos a sus experimentos para poder llegar a sus fines y limitar sus poderes en algunos casos. Es por eso que voy a empezar quitándote el sello. No te nuevas y no tengas miedo, ¿vale?
Cerré los ojos fuertemente esperando sentir dolor, pero no noté nada.
-Ya puedes abrir los ojos.
-¿Y ahora?
-Ahora podrás controlar plenamente tus poderes.
-¿Acaso no podía antes?
-No. Y vas a comprobarlo. Vas a combatir contra mí. No te cortes en usar todo tu potencial.
-¿Qué?
Y sin esperarlo, todo el mundo nos rodeó expectantes y Minato se puso frente a mí con el kunai en la mano. Observé que el kunai era extraño y me alerté. Dios mío me va a dar una paliza, pensé.

"No te preocupes, yo te voy a ayudar"

Una voz sonó en el interior de mi cabeza. ¿Qué era eso?

"Minato me ha liberado al quitar el sello. Sólo déjame el trabajo a mí"

Y entonces, al acabar de escuchar esa voz, mi cuerpo se movió velozmente hacia Minato. En mi mano se fueron acumulando mariposas oscuras hasta que se convirtieron en metal, formando una espada. Fui a clavársela pero él fue muy rápido y lo esquivó, poniéndose detrás de mí y golpeándome. Pero mi cuerpo se convirtió en mariposas que volaron hasta un extremo del lugar y volvieron a materializarme una vez allí. Minato se dirigió veloz hacia mí y apoyé una rodilla en el suelo, puse mi mano derecha en la tierra e hice un sello. Miles de pinchos salieron del suelo y uno de ellos rozó a Minato. Él los esquivó rápido y se colocó justo detrás mío. Me giré y le miré a los ojos. Minato se quedó paralizado sin poder moverse. Mis ojos... Me miré reflejada en el kunai de Minato. Mis ojos habían cambiado. Pero no al color negro que tenía cuando me salían las llamas negras. Mis pupilas se habían vuelto amarillas y tenían rasgos salvajes. Minato aprovechó mi despiste y acabó con la pelea colocándome un kunai en el cuello.
-Fin de la pelea -dijo sonriente- Eres muy fuerte.
-Gracias.
Todos aplaudieron y me felicitaron pero yo no era la que había luchado contra Minato. La que había luchado era esa voz interna. Lo que fuera que emitía esa voz.

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Una aclaración: Naruto no es el hijo de Minato. Los padres de Naruto murieron y Minato se hizo cargo de él pero NO ES SU PADRE (en mi historia, claro). Eso explica que Minato aquí tenga 20 años y Naruto tenga 16.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora