Capítulo 32

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Parte 3/3 del maratón.

Gracias a las personas que me seguís/votáis/añadís mi historia a la lista de lectura/comentáis y leéis. Muchas gracias :3

CAPÍTULO 32

A la mañana siguiente me despertaron los gritos ilusionados de Konan.
-Dios, ¿es que aquí no se puede dormir tranquila? -me quejé.
Me levanté algo perezosa y estiré los brazos para desperezarme. Me puse mis pantuflas y fui directa al comedor, en pijama, con ojeras y con pelos de loca. Nada más llegar, me recibieron todos alegres.
-¡BUENOS DÍAS!
-Qué energía.
-¡Carla! -exclamó ilusionado Sasori- ¡Mira en tu silla!
Miré en la silla y había una pequeña cajita encima.
-¿Y esto?
-Feliz San Valentín -sonrió.
-Maestro... Te odio -murmuró Deidara.
Abrí la cajita y dentro habían unos pendientes hermosos con forma de la nube de Akatsuki.
-¡OH! ¡Muchas gracias! ¡Me encanta! ¡Nunca me habían regalado nada en San Valentín! -exclamé feliz abrazando a Sasori.
-¡Mira Carla! -sonrió Konan mostrándome un bello vestido- ¡Me lo ha regalado Pain!
-¡Oh! ¡Es muy bonito!
-A ver, calma -carraspeó el líder- Quiero que sepáis que hoy es un día como cualquier otro y no quiero que os empanéis, ¿vale? Hoy toca TRABAJAR. Como siempre.
-Puto amargado -soltó Hidan.
-A callar -ordenó el líder.
Todos callamos de repente y el líder continuó.
-A ver, hoy tenemos que aprovechar que es San Valentín y que los balnearios estarán llenos para hacer una explosión que se lleve por delante a todo el mundo. ¿Entendido? Y quiero que Deidara y Carla se dirijan a la villa de la Arena para hacerlo. Konan y yo nos encargaremos de Konoha y el resto os repartís como podáis entre la villa de Fuego y la villa de la Nube.
-¡De acuerdo!
-Pues ya podemos empezar.

-Ah, que calor. Hum.
-Deja de quejarte, Deidara.
-¿Queda agua?
-Ya te la has bebido toda. La que queda es para mí.
-¿Qué? ¿Vas a dejar que me muera de sed?
-Te jodes. No haber bebido tanto.
-Estás loca, hum.
Llevábamos un buen trozo del camino peleando porque no paraba de molestarme y de quejarse. De todas formas, ya quedaba poco para llegar. Era gracioso vernos a Deidara y a mí. Íbamos muy cambiados. Como según el líder Deidara parece una chica y yo un chico, nos habían vestido así. Deidara iba con vestido y yo con ropa holgada.
-Me siento gay, hum.
-Ja ja. Estás guapísima.
-Tú a callar que pareces un vagabundo con esa ropa -dijo Deidara.
-Mira ya hemos llegado.
Una mujer muy guapa nos atendió en la entrada del balneario. Deidara se quedó embobado mirándola y yo le cogí del brazo para entrar rápidos.
-Era muy guapa.
-Ya, tan "guapa" como tú -bromeé algo cabreada.
-¿Estás celosa?
-¿Yo? No. Además, hay que centrarse en lo que tenemos que hacer.
Deidara metió la mano en el bolso y sacó las mini-bombas de arcilla. Las fue esparciendo por todo el balneario mientras yo le cubría. Pero allí había alguien con quién no contábamos. Alguien que se dio cuenta de lo que hacíamos. Era Gaara. Se dirigió a nosotros y me cogió por el cuello.
-Os he visto. ¿Creéis que soy tonto?
-Suéltala -amenazó Deidara- O vuelo esto por los aires, hum.
Gaara me dejó caer al suelo y Deidara se puso delante de mí para protegerme y entonces empezó un combate en el balneario. Deidara mató a muchos ninjas de la arena que vinieron a ayudar al Kazekage y causó una gran masacre. La gente salió de allí histérica y tan sólo quedamos Gaara, Karina, Deidara y yo. Gaara preparó la arena e intentó apresar a Deidara. Pero Deidara esquivaba los ataques aunque con dificultad. Mientras, Karina sacó su gran espada y se lanzó hacia mí. Yo salté a un lado y ella clavó la espada en la pared, causando un gran destrozo. La sacó sin problemas del cemento y me golpeó con fuerza, enviándome contra la pared. Caí al suelo pero me levanté rápidamente e hice un jutsu de fuego. Una gran llamarada recorrió la sala y Karina trató de pararla con un jutsu de agua. Al chocar se formó vapor que nos complicó la batalla a Deidara y a mí. Aunque Deidara lo tenía más fácil gracias a su ojo biónico. Pero yo no tenía casi campo de visión. Me venían golpes de Karina por todas partes y yo era incapaz de esquivarlos. Intenta recordar algo útil, pensé. Un puñetazo de Karina me dio en la mejilla y me hizo escupir sangre. Me envió de nuevo contra la pared pero esta vez yo ya tenía una idea. Convertí mi cuerpo en llamas y avancé rápida hacia ella. Aunque me golpeó con la espada, está atravesó el fuego y no me hizo daño. La cogí del cuello y en ese momento algo salió de mi interior y se metió dentro de ella. Ella cayó al suelo y empezó a revolverse de dolor. Escupió mucha sangre y Gaara, al darse cuenta, abandonó la batalla con Deidara y fue hacia ella. Yo estaba muy asustada. No sabía que le pasaba. No quería hacerle daño. Cuando dejó de escupir sangre, vi que algo salía de su boca y se metía en mi interior de nuevo. Era... ¿Ikari? ¿Pero él podía salir de mi cuerpo y meterse en el de los demás? Me estremecí de miedo y retrocedí.
-Vámonos -murmuré.

Era ya de noche y paramos en el desierto para descansar y contemplar las estrellas.
-Es una noche hermosa -dije.
-Casi tanto como tú.
Deidara se acercó a mí y sacó una cajita de un bolsillo. Me la dio.
-Ábrela. Es tu regalo.
La abrí muy ilusionada. Dentro había un collar con un rubí en forma de corazón. Me emocioné mucho cuando vi que el corazón se abría y dentro había una foto suya y una mía.
-Dios mío. Es hermoso. Pero yo... No te he comprado nada.
-No hace falta. Tan sólo dame un beso.
Y bajo el cielo estrellado, y en la soledad del desierto, Deidara y yo nos besamos.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora