Capítulo 20

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Antes de empezar, os recomiendo que veáis el perfil de candiotis y si queréis la seguís. Es una persona a la que le gusta mucho leer nuevas historias y comentarte cosas así que si quieres opinión o que alguien más lea tu historia te la recomiendo.

Muchas gracias a las personas que me seguís/comentáis/votáis/añadís mi historia a la lista de lectura y leéis.

Siento mucho si este capítulo es más flojo u os gusta menos. Mis Navidades están siendo muy difíciles, ya que mis abuelos por parte de madre están los dos muy enfermos y mi abuelo por parte de padre acaba de sufrir un infarto y está también muy enfermo :( Así que siento mucho si este capítulo os gusta menos. Prometo esforzarme más en el próximo. Gracias por todo.

CAPÍTULO 20

Kabuto no tardó en regresar a la habitación y cuando vio la paliza que le estaba pegando a Suigetsu me apartó rápidamente de él.
-¡Es un monstruo! -gritó Suigetsu- ¡Es peor que Karin!
-Cálmate -me dijo Kabuto- Nadie va a hacerte daño. Sólo queremos saber como sigues viva. Después de eso te dejaremos libre.
Me tranquilicé un poco y Kabuto se dirigió entonces a Suigetsu.
-Y tú, ¿qué le has hecho para que se ponga así? Lord Orochimaru dijo que la mantuviésemos tranquila para que no diese más problemas.
-Yo no le he hecho nada.
-Puf, mejor llamaré a otra persona para que cuide de ella.
Y eso hizo. Llamó a la persona que menos quería ver en ese momento. A Sasuke. Kabuto nos dejó solos y Sasuke evitó acercarse a mí.
-Qué tal está Sara -dije.
-Bien. Te alegrará saber que ya no somos novios.
-¿Y eso?
-Digamos que ella... No era la persona adecuada para mí.
-¿Y no sería más bien que tú no le llegas ni a la suela de los zapatos a mi hermana? -exclamé enfadada.
Sasuke rió.
-Lo dudo. Tu hermana es una chica bastante normal y yo soy demasiado para ella -entonces me miró a los ojos y sonrió- En cambio tú... Eres perfecta. Me da pena que malgastes tu tiempo con ese estúpido Meitei...
-Un momento. ¿Tú sabías que yo era Cintia?
-Por supuesto. Desde un principio lo supe. Una belleza como la tuya no se olvida tan fácilmente y es única.
Me acurruqué tapándome la cara con la manta para disimular mis rojas mejillas. Estúpido Sasuke. Él y yo no habíamos tenido nada nunca. Y yo le dejé bastante claro que no me gustaba. ¿Por qué se emperraba entonces en intentar ligar conmigo?
-¡Sasuke! ¡Te he dicho un millón de veces que no! ¡Para ya! ¡Tírate a la pelirroja esa si estás tan necesitado!
-¿A Karin? Bah, ella es el segundo plato. Tú eres el plato principal.
-Como sigas así juro que te doy una patada en los huevos.
Sasuke, haciendo caso omiso de mis amenazas, se acercó a mí y me cogió los brazos para que no me moviera. Entonces fue a juntar sus labios con los míos y por suerte, nos interrumpió Kabuto.
-¡Sasuke! -gritó enfadado. Sasuke lo ignoró y Kabuto lo apartó de mí- ¿Pero qué te crees que estás haciendo? ¡Nada de relaciones amorosas! ¿Lo recuerdas?
-¿Qué clase de regla es esa? A mí no me ha dicho nada de eso Orochimaru.
-¡Pues lo digo yo ahora!
-Puto amargado. Como tú eres feo y no das pie con bola... -dijo Sasuke a regañadientes.
Kabuto le pegó en la cabeza y lo lanzó fuera de la habitación.
-Panda de inútiles. No saben ni cuidar de alguien. No sé porque cojones Orochimaru los eligió. YO soy muchísimo mejor y más útil que todos ellos -murmuró enfadado Kabuto. Entonces cambió el tono de voz y se dirigió a mí- En fin, ya casi es la hora de comer. Dame la mano y te ayudo a levantarte y arreglarte.
Definitivamente este tío es bipolar y no está bien de la cabeza, pensé.

Poco tiempo después me encontraba comiendo con Sasuke, Karin y Suigetsu. Orochimaru comía en otra habitación con la puerta cerrada y Kabuto custodiándola para que no pudiésemos entrar ni ver nada. Sinceramente, no sabía que era lo que no podíamos ver. ¿Cómo comía un hombre-serpiente? Venga ya. Eso creo que nos lo imaginábamos ya todos. ¿Qué escondería Orochimaru?
-Come -dijo Sasuke acercándome la cuchara a la boca- No me obligues a darte de comer como a un bebé. Necesitas alimento para poder superar las pruebas sanguíneas.
-¡Sasuke! -exclamó Karin indignada- ¿Por qué le das un trato de favor a ella cuando soy YO la que verdaderamente te quiere?
-Cállate bruja -soltó Sasuke.
Karin dio una patada al suelo y se levantó furiosa de la mesa para irse.
-Esta vez la has cabreado -murmuró Suigetsu- Y como siempre voy a acabar pagándolo yo.
-¿Qué acaso le tienes miedo? Dale una ostia. Se la merece de vez en cuando.
Mientras duraba la pelea, yo me había dedicado a observar detenidamente hacia la habitación donde se encontraba Orochimaru. Kabuto había entrado dentro hacía un rato y no salió hasta un rato después. Entonces se dirigió a mí y me dijo "Lord Orochimaru quiere hablar contigo". Lo dijo en un tono grave, como si lo que me fuera a decir fuera peor de lo que me estaba pasando ya. Me levanté y fui hacia la habitación donde se encontraba Orochimaru, aunque fui lentamente y con miedo y antes de entrar asomé la cabeza. Estaba todo oscuro, salvo el centro de la habitación, que estaba iluminado por una vela. Orochimaru estaba sentado al lado de la vela y al verme asomada dio unas palmadas al almohadón que estaba frente a él en señal de que me sentara. Entré temerosa y me senté. Entonces se cerró la puerta de golpe y me quedé encerrada allí, con él. Empecé a jugar nerviosa con un mechón de cabello a la espera de lo que me fuera a decir Orochimaru. Él se mantuvo en silencio observándome de cabeza a pies. Yo aparté la mirada y entonces me percaté de que en una esquina de la habitación había algo que parecía el cadáver de alguien... ¿Esa era la comida de Orochimaru? Escuché un leve gemido. ¿No era un cadáver? Pude oír que me pedía ayuda y yo me estremecí pero me dispuse a ayudarle. Orochimaru entonces reaccionó de forma brusca convirtiendo su brazo en serpiente y comiéndose así al pobre hombre. Yo grité desesperada. ¿Me iba a comer a mí también y por eso estaba ahí? Cuando vi que Orochimaru se acercaba aún más a mí me puse a llorar como una niña pequeña. Se me quedó mirando algo confuso y pude ver una sonrisa.
-¿Por qué lloras?
-N... No me comas... Por favor... -supliqué.
-No te voy a comer -sonrió- Sólo quería hablar contigo. Verás, no creo que puedas volver a ver a tus... Akatsuki.
-¿Qué? ¿Los has matado?
-No. Eres tú. No vas a poder irte de aquí. Las pruebas me han revelado algo muy interesante... Eres inmune. A todo.
-¿Cómo?
-Aunque te quedes sin chakra no morirás. Aunque te envenenen no morirás. Aunque te traspasen con algo no morirás.
-¿Y por qué me tengo que quedar aquí?
-Te necesito.
-¿Para qué?
-Serás mi esposa.
Me quedé en shock al escuchar eso. ¿Su esposa?
-Jo jo jo. No quiero que pienses mal ni nada de eso. Tú no me gustas. Lo que pasa es que eres la mujer idónea. Si tú engendras a mis hijos, ellos tendrán mis poderes... Y tu inmunidad. Serán casi invencibles.
-No quiero.
-A mí me da igual lo que tú quieras o dejes de querer. Vas a ser mi esposa. Y no se hable más -dijo furioso mientras me cogía fuertemente la muñeca.
Yo asentí llena de miedo. ¿Qué me iba a pasar entonces? ¿Mi destino era tener hijos-serpiente de un hombre-serpiente? Me estremecí. No. Ese no iba a ser mi destino. Me encargaría de evitarlo. Aunque Orochimaru no me lo iba a poner fácil.

Aquella noche iba a ser difícil. Lo sabía. Me encontraba tapada hasta el cuello en la cama de mi futuro "marido" esperándolo. Me imaginaba lo peor. A saber que me iba a hacer esa noche. Me acurruqué a un lado cuando lo vi entrar y tumbarse.
-Qué haces.
-¡No me hagas nada! -exclamé.
-Je, que sepas que vas a tener que hacerlo. Si no es hoy, será mañana. De todas formas -suspiró- no tenía planeado que fuera hoy. De momento no me apetece demasiado. Esperaré al momento idóneo y hasta entonces no pasará nada. Puedes dormir tranquila... -entonces se acercó a mí y susurró- ...de momento.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras veía como se alejaba de mí y una de sus serpientes se enroscaba alrededor de mi cuerpo para que no escapara.

Akatsuki Life's©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora