Ocho; risas

512 85 9
                                    

Cuando llego al dormitorio me sorprendo al ver a Harper ahí y por como se encuentra Melissa, sé que estuvieron discutiendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando llego al dormitorio me sorprendo al ver a Harper ahí y por como se encuentra Melissa, sé que estuvieron discutiendo.

—Hola. —saluda la pelirroja sonriendo.

—Hola. —respondo mirando entre ella y Melissa, esta última se encuentra con los ojos rojos, por lo que veo con sospecha a la pelirroja—¿Qué pasó?

—Melissa dice que no dirás nada acerca de lo que viste. —dice con una sonrisa la pelirroja, aunque esta es mas bien una falsa, no como a las que estoy acostumbrada.

—No lo haré. —respondo para tranquilizarla.

—Eso espero.

Me quedo mirando a la pelirroja pensando en que sus palabras sonaban un poco a una amenaza. Asiento lentamente hacia ellas caminando a mi armario para sacar el suéter de Jonas.

Solo quiero alejarme de aquí y de esta chica que al parecer de un momento a otro me odia.

—Me iré por un rato. —digo caminando hacia la puerta —. Adiós.

~º~

—¿Qué te tomó tanto tiempo? —pregunta Jonas cuando me ve acercándome.

—Nada. —me encojo de hombros para luego tenderle su suéter—. Gracias por prestármelo, fue muy amable de tu parte. Adiós.

Cuando el chico lo recibe me doy media vuelta y camino hacia ningún lugar en específico. Probablemente mi pareja de amigas quería un tiempo a solas y no quiero ser yo quien lo estropease.

—¡Espera!— grita Jonas detrás de mi para luego llegar a mi lado, siempre con distancia—¿Tienes algo que hacer ahora?

—No.

—Bueno... ¿Quieres hacer algo? —el chico lo dice lentamente lo que me hace sonreír, pero luego rápidamente pongo cara seria.

—Lo siento, pero no te conozco, no iré a ningún lugar con un desconocido. —respondo. El que él me haya ayudado antes no significa nada, ¡No hemos hablado desde aquella fiesta! y eso fue hace casi un mes.

—¿Lo dices en serio? —pregunta incrédulo, asiento.—. Bueno, entiendo. De todas maneras quiero que sepas que no soy un psicopata o algo parecido.

—Que lo digas te hace aún más raro.

—No soy raro, pero bueno... si algún día quieres salir conmigo me avisas.

—¿Por qué querría salir contigo?— me sorprendía el nivel de su ego, desearía que el mío fuera así.

—Porque soy yo. —dice señalándose y sonriendo para luego mover su mano en forma de desdén —. Solo bromeo.

Suelto una pequeña risa por sus palabras para luego mover mi mano en forma de despedida.

—Adiós. —digo tímidamente, toda mi confianza se había ido —. Nos vemos... por ahí.

—Adiós. —sonríe y lentamente se aleja.

~º~

—¿Entonces arreglaron las cosas? —pregunto pausadamente intentando entender lo que Melissa me dice.

—Sí, sólo que dijo que necesitaba tiempo para hacer lo nuestro público. —dice la castaña feliz —. Aunque me siento mejor ahora que lo sabes. Eres mi única amiga aquí por lo que era muy importante para mi que lo supieras, aunque muy dentro de mi temía que te alejaras.

—Melissa, tu no eres diferente a nadie, solo eres una persona que ama a otra persona y si alguien no puede entender eso entonces que se pudra.

—¡Que se pudran! —grita felizmente Melissa.

Ambas reímos mientras nos tiramos a mi cama. Nunca había experimentado algo así y me encanta.

—¿Algún día me dirás tu secreto, Kate? —susurra dándose la vuelta para mirarme.

—¿Cuál secreto? —mi corazón comienza a latir y siento como si se fuera a salir de mi pecho.

—El por qué te pones incómoda cuando alguien se te acerca o toca.

Asiento intentando retener mis lágrimas.

—Quizás algún día lo pueda contar— susurro con la voz entrecortada.

Algún día,cuando sea lo suficiente fuerte.

~°~

El fin de semana no paro de pensar en lo que había dicho Melissa y cuando se lo cuento a mi psicólogo este me aconsejó en que quizás me sacaría un peso de encima si le contaba lo que me había pasado, pero la verdad era que de solo pensar en narrarlo, comenzaba a fallarme la respiración. Además, ella siempre me había tratado como a cualquier otra persona y me gustaba que fuera así, temía que eso cambiara y comenzara a mirarme o tratarme diferente.

Mi familia siempre me ha tratado como si en cualquier momento me fuera a romper y aunque era así, necesitaba momentos de normalidad y no actitudes que me recordaran siempre que era débil.

—Compramos un boleto para ir a verte, hija. —dice mi madre emocionada desde la otra línea haciendo que yo quedara sorprendida.

—Pero mamá, ¿pueden permitírselo? —pregunto triste de que gasten sus ahorros en mi. Siempre ha sido así, comenzaron con el hospital luego con el abogado, con el psicólogo y podría seguir todo el día con la lista.

—Por eso no te preocupes, nosotros te dijimos que intentaríamos ir a verte seguido. —me recuerda y ahora sonando triste dice —¿no te encuentras feliz?

—Por supuesto que sí, los he extrañado mucho. Tengo muchas cosas que contarles.

Luego de un tiempo y con un "te amo" corto la llamada. En realidad me encanta la idea de ver a mis padres, ya que, aunque hablaba con ellos todos lo días esto no era suficiente.

Ese día pude dormir profundamente, como hace mucho tiempo no lo hacía.

Ese día pude dormir profundamente, como hace mucho tiempo no lo hacía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aleteo de mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora