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Mi pulso se acelera al ver la pantalla e intento tapar mis ojos con mis manos, pero Melissa lo impide riendo.
—No puedo creer que te den miedo esta clase de películas. —dice soltando una carcajada para luego comer unas palomitas.
—Lo siento, señora a mi no me da miedo nada. —ruedo mis ojos mirando la escena de la película y odiando internamente el haber aceptado dejar que la castaña hiciera la elección de esta—. Quizás deberíamos ver otra cosa.
—Pero si esta está buena.
—Solo es otra película llena de screamers.
—Eso es lo que la hace divertida.
—No para mi. —digo un poco irritada, no me gusta sentir miedo, me trae malos recuerdos.
Cruzo mis brazos sobre mi estómago mientras me acomodo en la cama de la castaña para luego tomar mi celular y ver un mensaje de mi madre, ella recientemente ha aprendido a mandarlos y ahora se pasa todo el tiempo envidiándome mensajes, no es algo que me molestase, ya que aprecio su preocupación, aunque para ser sincera, hay momentos en los que me gustaría que confiase más en mi.
Realmente entiendo a mis padres, estuve dos años prácticamente encerrada en mi casa y solo saliendo en pocas ocasiones, y de la nada tomé la decisión de venir a la universidad, una a horas de viaje por cierto, por lo que si, su preocupación y falta de confianza están totalmente justificadas, pero me dejaron venir, eso es lo que importa y este fin de semana les demostraré que de verdad estoy mejorando y que ya estoy dejando atrás a la vieja Kate.
Aunque ciertamente aún queda mucho camino por delante, todo tiene que partir por mi.
Los grandes cambios siempre parten de unos pequeños
—Sabes... creo que ahora mismo me comería un pastel. —digo en un intento de no prestar atención a la escena de la pantalla—. En especial uno de chocolate, con mucha crema y chispas.
—Debes dejar tu obsesión por los dulces. —me reprende Melissa para luego pellizcar un lado de mi estómago haciendo que me queje y me aleje un poco de ella—. Engordarás.
—¿Por qué fue eso? —me quejo sobando con mi mano el lugar en el que siento un pequeño dolor—. Además, no me importa engordar, engordaría felizmente si fuera por comer miles de pasteles.
Aún recuerdo cuando era pequeña y mi padre siempre traía dulces para mi y mi hermano, Peter, ambos éramos iguales, nos llevábamos de maravilla aun cuando él era tres años mayor que yo, pero luego, cuando todo pasó, nos distanciamos hasta el punto en que casi no hablamos, sólo sé noticias de él mediante mamá. Supongo que para mi hermano también fue difícil toda la situación.
No lo culpo por alejarse.
—Sí y luego no podrás ponerte ese bonito vestido para sorprender a Jonas.
Sé que Melissa solo quiere molestarme, pero de todas maneras siento mis mejillas enrojecer. La chica últimamente siempre se burla de mi y Jonas. Por lo mismo, como venganza por molestarme tomo una de las almohadas para luego lanzársela haciendo que esta le llegue directo es su cara.
—¡Oye! —grita la chica riendo y tirando la almohada hacia mi.
Luego de unos momentos estamos tan absortas mirando la película que ambas nos asustamos cuando el celular de Melissa suena, además, en ese mismo instante, un grito suena desde la pantalla, lo que ocasiona que mi corazón comience a latir rápidamente.
Odio las películas de terror.
Cuando Melissa contesta ya me estoy imaginando que la persona al otro lado de la línea es la chica del aro y en cualquier momento dirá que moriremos en siete días. Alejo ese pensamiento rápidamente divertida de mis ocurrencias.
—¿Aló? —escucho a Melissa decir para luego comenzar a hablar.
Me acomodo en la cama mientras pauso la película y hago un intento de no escuchar a la castaña, pero no me sorprendo cuando la persona detrás de la línea es Harper. Aún no he hablado con la pelirroja y por lo que veo no lo haré jamás, no es como si me importara.
—Harper te envía saludos. —dice mi amiga haciendo que solo sonría falsamente.
No puedo creer la hipocresía de la chica, ¿Un día esta hablando mal de mi y al otro quiere ser mi amiga? La mejor decisión que he hecho es alejarme de ella.
Antes solía tener muchas amigas, me encantaba cuando era verano y estas me invitaban a sus casas para bañarnos en su piscina o cuando hacíamos pijamadas y hablábamos sobre chicos. Aún recuerdo las risas por las noches y los sabrosos pasteles de la señora Harrison. Pero todo eso se esfumó y nada volvió a ser igual, no es como si guardara rencor hacia ellas, incluso ahora sé que yo misma las aleje. Me pregunto cómo estarán ellas.
Miro mi celular en busca de algo que hacer, pero no me sorprende ver un mensaje de Jonas, esto me hace sonreír. Paso muy buenos momentos con el chico y sé que mis padres se sorprenderán cuando hable sobre él, ya me puedo imaginar la cara de felicidad de mi madre cuando se entere que hablo con un chico.
Recuerda que tenemos planes esta tarde. Leo su mensaje y muerdo un poco mi labio con una pequeña sonrisa.
Para ser sincera no me emociona mucho el aprender a jugar, pero me gusta la ilusión en los ojos de Jonas cada vez que habla sobre partidos o cuando me dijo que me podía enseñar y explicar más sobre el fútbol americano. Al final, sólo acepté porque él me invitó.
Tengo que comenzar a ser sincera conmigo misma, por lo que admitiré, que si Melissa me hubiera invitado, habría dicho que no.
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Aleteo de mariposa
Teen Fiction"Me gustaría ser como una mariposa, ¿Sabes? Sentirme libre y hermosa, pero las cosas no son así. Soy prisionera de mi mente, sufriendo día a día al pensar en el pasado." Un nuevo comienzo. Eso era todo lo que Kate quería. Al fin ha encontrado el val...