Este ha sido un día lleno de desastres.
Primero, me di cuenta demasiado tarde que a mi maleta le hacía falta una rueda. Luego, a medio camino hacia el aeropuerto, recordé el no haber guardado mis documentos por lo que tuve que devolverme a la residencia a buscarlos.
Ahora estoy sola en medio de toda la gente del aeropuerto de modo que camino rápidamente hacia mi asiento cuando llaman a mi vuelo. Y como si mi día no pudiera empeorar, mi asiento no se encuentra junto a la ventana como yo esperaba, además, a mi lado se encuentra una señora demasiado cerca de mi, ¿Lo peor? Se ha llevado todo el viaje roncando y rozando su brazo con el mío, incluso en una oportunidad quizo apoyar su cabeza en mi hombro, por lo cual, rápidamente me levanté de mi asiento y fui al baño. Por suerte el viaje no es largo.
Camino por el aeropuerto en busca de algún rostro conocido y a lo lejos puedo ver a mi padre, este se encuentra solo, lo que me hace preguntarte el porqué mi madre no vino con él.
—Hola, papá. —lo abrazo cuando llego hasta él, dejando mi maleta a un lado, haciendo que esta se caiga a causa de la falta de una rueda. Suspiro viéndola y niego un poco con mi cabeza.
—Hija. —dice mi padre cuando nos separamos, este me mira un poco y aprecio una pequeña sonrisa en su rostro. Luego, papá recoge mi maleta para y comenzamos a caminar. —Te ha crecido un poco el cabello.
—Sí. —digo instantáneamente tocándolo. Me hace falta un corte, quizás le diga a mi madre que vamos a una peluquería de la ciudad— ¿Por qué mamá no vino?
—Se quedo haciendo la cena. Peter llegará esta tarde por lo que quiere que todo esté perfecto. —responde mi padre haciendo que recuerde que mi hermano y su novia también estarán en casa.
Caminamos hacia el auto y una vez dentro de este mi padre enciende la radio. El camino es largo y silencioso, por lo que solo miro por la venta y escucho la música que suena en la radio.
—¿Cómo te ha ido en tus clases? —pregunta papá luego de un tiempo dándome un pequeño vistazo para luego fijar su vista nuevamente en la carretera.
—Mis notas van bien. —respondo dándole un pequeña sonrisa—. Creo que pediré un beca el próximo año.
—Eso suena bien. —es todo lo que dice, por lo que un silencio se instala en el pequeño espacio, aunque este no es incómodo. Creo que ambos ya estamos acostumbrados a los silencios, lo que no encuentro mal.
Cuando llegamos a casa puedo ver que casi nada ha cambiado, sólo que ahora el jardín se encuentra con flores y pequeños arbustos.
—Tú madre las plantó. —dice mi padre sacando mi maleta y comenzando a caminar a la puerta de entrada— dijo que te quería sorprender cuando volvieras.
Miro los jazmines y tulipanes, estas son mis flores favoritas por lo que sonrío ante las palabras de mi padre y al pensar que mi madre hizo todo eso por mi.
Desde que era pequeña el sueño de mi madre siempre había vivir en el campo, por lo que cuando por fin pudieron conseguir el dinero suficiente para poder comprar un pequeño terreno y construir una casa esta se encontraba feliz, luego, cuando nos mudamos, mi madre planto toda clase de flores y plantas en el jardín. Pero luego, cuando todo sucedió las plantas se marchitaron y mi madre nunca más volvió a preocuparse de plantar otras.
—¡Kate! —grita mi madre al abrir la puerta. Se acerca y me abraza fuertemente haciendo que ría un poco, ya extrañaba sus abrazos— Entra, entra. Está helando afuera.
—¿Y para mi no hay un abrazo? —dice mi padre mirando a mamá, por lo que esta simplemente golpea su brazo juguetonamente.
Saco mi abrigo haciendo que mi madre lo reciba para luego colgarlo en un perchero de la entrada.
—¿Cómo fue tu viaje? —pregunta mi madre mientras subimos las escaleras hacia mi habituación. Le comienzo a contar mi viaje y como la señora a mi lado hizo de este un martirio.
Mi habitación sigue igual, absolutamente nada a cambiado, lo que me alegra. Aún sigue pintada de blanco, con las cortinas estampadas con mariposas y mi típica almohada rosada sobre mi cama.
Estoy en casa.
~º~
—¿Necesitas que te ayude? —pregunto viendo a mi madre sacar algo de horno.
La cocina se encuentra con un olor delicioso. Había extrañado las deliciosas comidas de mi madre ya que con Melissa solo salimos a comer o comemos en el comedor del campus, ninguna de los dos sabe cocinar.
—No, cariño. —responde mi madre justo cuando el timbre suena—. Debe ser tu hermano.
Suspiro un poco cuando mi madre sale de la cocina. Estoy un poco nerviosa de ver a mi hermano, ya que además de no haberlo visto en meses, este también viene con su novia, la cual, por cierto, es una total extraña.
—Te estoy observando Kate. —grita mi madre desde la entrada de la casa cuando estoy llevando a mi boca una galleta. Sonrío ante sus palabras mientras muerdo la deliciosa galleta.
Escucho voces desde la sala y camino hacia allí, un poco nerviosa y jugando con mis manos. Nuevamente me siento como el primer día de universidad y eso no me gusta.
—Hola, Kate. —saluda mi hermano con una sonrisa, este se encuentra junto a mi madre y no me sorprende cuando no intenta acercarse a mi.
Cuando éramos pequeños Peter solía llamarme "Kitty", pero luego cuando nos alejamos ese apodo quedó en el olvido.
—Hola. —digo con una pequeña sonrisa mirando de él a la chica a su lado, esta es castaña y un poco más baja que mi hermano. La chica me mira con una sonrisa.
—Esta es Camille, mi novia. —nos presenta Peter tomando la mano de novia. La chica intenta acercarse a mi y besar mi mejilla, pero antes de que esto suceda me alejo.
—Kate, tu hermano me ha hablado mucho de ti. —dice Camille sonriendo y abrazando a mi hermano por su cintura. Rezo mentalmente que Peter realmente no le haya contado nada de mi, pero todo fue en vano—. Me contó lo que te sucedió, debió ser muy difícil para ti.
La quedo mirando y parpadeo un poco incrédula de sus palabras, ¿Acaba de decir lo que estoy pensando o solo fue una imaginación mía?
Unas ganas de golpearla y quitar la sonrisa de su cara llenan todo mi ser, pero me contengo.
Escucho a mi madre carraspear para luego decir con una sonrisa un poco falsa:
—¿Vamos a cenar?
Chicos/as ahora actualizaré todos los SÁBADOS ❤️
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Aleteo de mariposa
Teen Fiction"Me gustaría ser como una mariposa, ¿Sabes? Sentirme libre y hermosa, pero las cosas no son así. Soy prisionera de mi mente, sufriendo día a día al pensar en el pasado." Un nuevo comienzo. Eso era todo lo que Kate quería. Al fin ha encontrado el val...