CAPÍTULO 17

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CHRISTOPHER

—Es broma —suelto una risa al verla tan sonrojada—, te estoy molestando.

Aunque si me lo diera no lo rechazaría.

—Ya deja eso por la paz —habla entre dientes—, me avergüenzas.

Disimuladamente observa a los apartamentos vecinos, confirmando que efectivamente, nadie haya visto la escena, mi risa se rompe de golpe y no puedo evitar pensar en las palabras de Vanessa.

Hasta mi asistente se a...

—Oye, ¿estás bien? —Sophia posa su mano en mi brazo, sacándome del trance y asiento en automático.

—Lo siento —me disculpo—, no era mi intención... —comienzo a pensar en cosas que no debo y no es el momento— Yo...

—No pasa nada —pasa su mano de arriba abajo sobre la tela de mi camisa—, mi vecina es muy metiche, no quería...

—Tengo que irme —la interrumpo y me giro—, gracias por todo. —Comienzo a caminar rumbo al ascensor.

—Chris... —Me grita y el que por primera vez diga mi nombre sin un señor o ingeniero como antecesor, me hace girarme, está apoyada en el umbral de la puerta, tiene una sonrisa en el rostro y agita su mano diciéndome adiós.

Su vecina sale de la nada con una escoba en mano, humeando entre Sophia y yo.

—Descansa, cariño. —Me guiña un ojo como solo ella sabe hacerlo y niego con la cabeza mientras estoy extendiendo otra sonrisa.

Mis pesados pensamientos se esfuman, vuelvo la vista a mi camino.

Lana, mi asistente me dicta la agenda mientras trabajo en el computador.

—Junta a las dos de la tarde con el señor Williams en la sala de reuniones.

—Confírmala de nuevo una hora antes, le da por cancelar en el momento. —Ordeno.

—Su padre llamó y pidió estar en la reunión con Carter —lo tutea porque lo conoce, su madre también es amiga de la señora Gibson.

—Sin problema. Anota enviar un detalle a mi padre de parte de la empresa, le gusta mucho un vino que Sophia le dio en un cumpleaños, creo que se llamaba Claire Moon, pero confírmalo con ella.

Tengo que agradecer a Bernard Hartell, estuvo al frente de la empresa en mis semanas de ausencia, no rebajó en absoluto lo rebasado que me sentía ni me obligó a aparecer aquí como si nada pasara, no salió con el estúpido discurso de que un hombre de verdad no haría lo que yo.

Las semanas fuera me ayudaron, no puedo decir que estoy bien del todo, y de eso me pude dar cuenta ayer, sin embargo, por mi maldito orgullo que lo estaré.

Tengo objetivos personales y el primero es disfrutar mi vida, no darle el control de mi vida a los medios de comunicación o a Vanessa, yo no fui el que lo hizo mal. Si me da la gana salir, divertirme y conocer gente, eso haré.

Segundo, no buscar pareja, ya estoy totalmente renuente a eso, así que lo mejor será mantenerme alejado de cualquier mujer que piense en tener algo serio conmigo. No creo tener secuelas, pero si creo importante no caer en un rebote, en buscar un reemplazo.

Tercero y no menos importante; seguir expandiendo mi empresa, no fue algo fácil lograr hacerme de un nombre ni llegar a donde estoy, la mayoría piensa que por ser el hijo del fundador todo estaba estipulado, pero no, tuve que trabajar duro y demostrarle a mi padre que era el indicado, no fui el único buscando la presidencia, sin embargo mi constancia y resultados hablaron por mí.

La asistente perfecta [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora