Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV SAM
Hoy es jueves y las chicas y yo iremos de compras, ellas quieren que compremos bikinis, no sé si sea buena idea, pero me convencieron. También iremos por unos pijamas, de esas que están de moda con diferentes formas de animales, siempre quise una, así que en eso si estoy de acuerdo de que las cuatro tengamos el mismo pijama.
Todas escogimos de unicornio, sin embargo, de colores diferentes.
— Nos tomaremos muchas fotos, y haremos cosas divertidas en estos dos días.
— Y llevaremos licor, de este modo que vayamos por él.
— ¿Licor? — dijimos Amy y yo al mismo tiempo.
— Sí, porque si no será aburrido. — dice Sandra.
— Pero no es necesario tener el licor para divertirnos Sandra. Me quedó de experiencia que el alcohol nunca te lleva a nada bueno. — digo.
— No seas aguafiestas, solo serán unas cuantas botellas.
¿Unas cuantas? Eso suena mucho.
— Como sea yo no tomaré. — A veces me pregunto cómo es que pueda tenerlas como amigas.
Como siempre dicen... Si tienes amigas como ellas, para qué quieres enemigas.
Exacto. Pero sean como sean yo las quiero un montón a cada una de ellas.
— Que aburrida eres, Sam.
— Soy pésima tomando alcohol. Lo demostré en la fiesta que monté, que por cierto salió muy mal. Y ustedes lo saben.
— Es verdad, que entonces tomemos nosotros, mientras tanto tu toma agüita.
— Que sea jugo de pera.
— Como siempre tú.
Todas ríen.
POV AMY
Hoy es el día que iremos con las chicas, todas están emocionadas, mucho más yo, ya que la razón por la que iremos es que Luke y yo cumplimos meses mañana sábado y estoy muy feliz.
— ¿Amy, ya tienes todo lo que llevarás? — pregunta Sandra.
— Sí, mi maleta ya está lista.
Sam empezó a toser se había ahogado, ya que estaba bebiendo su jugo de pera, como de costumbre.
— ¿Qué pasó? — pregunto preocupada.
— ¿Todas llevarán una maleta? — indaga sorprendida.
— Sí. — respondimos a unísono. — ¿Tú no?
— Pues solo llevo, un pequeño bolso con todo lo necesario.
— Y a que llamas lo necesario.
— Un par de sandalias, mi toalla y utensilios personales, ropa interior...
