Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
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POV SAM
Estaba en la sala de espera, aún no nos daban noticias de él. Los testigos que estaban cerca cuando ocurrió todo, dijeron que fue con dos autos, al parecer Dylan logró esquivar a uno, pero no le dio tiempo de hacerlo con el otro, el auto de Dylan resultó ser el más afectado y que los dos autos se dieron a la fuga dejando a Dylan.
— ¿Familia del paciente Donnet? — dice el doctor apareciendo en la sala donde estuvimos casi una hora esperando.
— Nosotros. — dijeron los padres de Dylan.
— El accidente no fue muy grave. Sin embargo, pudo ser peor. — dice el doctor.
Que buenas vibras nos trae.
— Dylan solo sufrió algunos golpes que tienen que ser tratados, por esa razón estará aquí hasta el día de mañana y asegurarnos de que no exista ninguna hemorragia interna. Solamente tiene que descansar y no hacer mucho esfuerzo.
— ¿Está fuera de peligro? — pregunta su madre preocupada.
— Si, no tienen nada de qué preocuparse. Y otro día díganle que no manejo cuando haya estado tomando.
— Este idiota se quedó bebiendo. — dice Amy algo molesta.
— Pueden entrar a verlo de dos personas. — dice el doctor. — ¿Quién irá?
— ¿Puedo entrar a verlo? — pido mirando a los Donnet.
— Claro que sí cariño.
— Entraré yo. — digo dirigiéndome al doctor.
— Bien, puede seguirme. — Me dice —. Buenas noches. — Se dirige a los demás.
Empecé a seguirlo un poco nerviosa porque a pesar de todo lo que pasó estas últimas horas, no le desearía nada de esto a Dylan, es él la persona a la que amo demasiado y el futuro padre de mi bebé, si le sucede algo malo me devastaría.
— Aquí es, procure que el joven no haga mucho esfuerzo.
— Entiendo y muchas gracias por todo.
— No agradezca es mi trabajo y que tenga buena noche. — dice y finalmente me deja al frente de la puerta.
Entro a la habitación y hay estaba él, aún estaba dormido, respirando torpemente. Tenía varios raspones en sus brazos y rostro, un leve corte en el labio.
Se veía tan vulnerable, que, si estuviéramos en otra circunstancia, en estos momentos lo golpearía por lo estúpido que es.
Me acerco a la camilla y me siento en la misma, beso su mejilla delicadamente sin tratar de despertarlo.
— ¿Sammie? — Ni cuidadosa puedo ser.
— ¡Hey, cariño!
— ¿Qué pasó? — pregunta mirando todo a su alrededor. — ¿Dónde estoy?
