Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
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POV SAM
La alarma no ha dejado de sonar, ha sonado dos veces y las dos veces han sido ignoradas. Llega la tercera vez y decido coger el celular que deje cargando desde anoche. Miro la hora, un cuarto para las siete.
Estaba atrasada, me levanto de la cama rápidamente y la arreglo.
Me di la ducha más rápida que me he podido dar. Escojo el mismo estilo de siempre ropa ancha, claro, no podría elegir otro estilo, ya que es el único con el que me siento a gusto y mucho más segura.
Agarro mi mochila ya lista, gracias que después de terminar mis tareas, puse todo lo que tocaba hoy.
Bajo a la cocina y mi madre no se encuentra y ahora que lo pienso no me ha tocado la puerta como de costumbre.
En la mesa está servido el desayuno acompañado de una notita.
*Cariño. Aquí tienes el desayuno servido, te preparé tu jugo de pera. He tenido que salir temprano por eso no te he levantado.
Vas con cuidado a la escuela. ¿Sí?
Claro está si es que te levantas.
No olvides que te quiero muchísimo.
Besitos <3*
Sonrío por el mensaje escrito. — Tan linda. — A veces mi madre puede ser tan cariñosa conmigo y otras tiene ganas de agarrarme a golpes.
Termino de desayunar y voy al garaje a sacar mi bicicleta. La misma que mi padre me regaló en mi cumpleaños número diecisiete.
Otra vez estoy llegando tarde, todo por no hacer caso a la alarma. Camino con paso apresurado, no quiero ganarme un regaño por parte del maestro Brown. Prometí no volver a llegar tarde y es lo primero que estoy haciendo.
Solo me faltaba cruzar la esquina, para poder llegar al salón. Pero un gran cuerpo se cruza en mi camino, ganándome un golpe en la frente.
— ¡Mierda! Debería fijarme con quien me cruzo. No es posible que me esté chocando con la gente a estas horas de la mañana. — digo por lo bajo.
— ¿Otra vez tú? Ya es la segunda vez que me chocas apropósito. — dice la voz de la persona que tenía en frente.
— ¿Apropósito? Tú eres el que te cruzas. — digo levantando ligeramente el rostro. — Tampoco voy a hacerme a un lado para que tú pases.
— No sabes quién soy ¿Verdad pobre diablo?
Al verlo bien, ya sabía de quien se trata. Es el mismo idiota de ayer.
Ahora viene acompañado de un chico pelinegro con risos. Y por lo visto sigue creyendo que soy un chico ¿Cómo es que no puede reconocer la voz de una chica con la de un chico? ¿Tan estúpido es?
