Llegar a una escuela donde no conoces absolutamente a nadie es frustrante, y más si terminas por conocer a Dylan Donnet, un irritante y completo idiota, con un ego grandísimo. Que gracias a él formarás parte de una apuesta. ¿Verdad que es un idiota...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
POV SAM
Ya ha pasado casi un mes desde la fiesta de graduación, fue una de las mejores noches y aunque no haya hecho muchos amigos en el salón la pasé muy bien con mis compañeros.
— ¡Sam! ¡Dylan ya está abajo esperándote!
— ¡Ya bajo, Verónica! — Dylan y yo no hemos hablado nada al respecto de lo que pasó esa noche, lo hablamos la misma noche en la que pasó todo y le pedí que solo quedara entre los dos y así ha sido.
Termino de abrochar el collar que Dylan me regaló para mi cumpleaños y con eso concluyo en lo que queda de arreglarme, llevo el obsequio que realicé para Dylan y bajo rápidamente. Dylan está esperando en el sofá.
— ¡Ya estoy aquí!
— Que hermosa estás. Bueno, siempre estás hermosa.
— Tu igual te ves muy bien. — Me acerco y le doy un beso en los labios.
— Esto es para ti. — Me entrega una caja cuadrada llena de rosas rojas con rosas doradas formando una "S".
— Que hermoso detalle mi amor. — recibo la caja y le doy un beso. — Yo también tengo algo para ti.
— ¿En serio? — asiento.
Saco la caja y se la entrego.
— Tienes que apoyarla en la mesa para que puedas observarla bien.
— Está bien. — Se acerca a la mesa y empieza a abrirla. Empieza a leer lo que le he escrito, les puedo asegurar que no soy tan buena en hacer estos tipos de detalles hechos a mano, pero he hecho mi mayor esfuerzo.
Es una caja explosiva, estuve dos semanas completas en el detalle, vi vídeos en YouTube y compré cartulinas e imprimí imágenes con frases bonitas y fotos nuestras.
Y compré un reloj que detrás grabé una frase *Ojalá algunas noches duraran para siempre* y mi nombre tal y como él me llama "Sammie"
— Me encanta. — Me abraza, yo le abrazo de la mejor manera.
— Feliz primer mes, mi amor.
— Feliz primer mes, bonita.
— Si no se van, me moriré de diabetes. — Antonio interrumpe nuestro momento.
— No lo arruines Antonio. — dice mi madre.
— ¿Puedo ponérmelo?
— Claro, es para ti. — saco el reloj de la caja y se lo pongo en la muñeca.
— Eres la mejor ¿Lo sabes?
— Lo sé. — Le di un beso en los labios.
— Es tiempo de que se vayan. — dice mi madre sacándonos hasta la salida.
