- Así que hoy vas a esperar a tu hermano acá- pregunto Nijimura y yo asentí-. ¿Te vas a portar bien?
- Obviamente, si yo soy un angelito- respondí con la cara más angelical que pude y tanto mi hermano como Shintaro, que estaban cerca, me observaron confundidos- ¿Qué?
- Seijun- comenzó mi hermano- no es bueno mentir.
- Si estuvieramos en casa te habría dado 10 segundos para escapar- lo amenacé y solo me ignoró.
- Si te aburres mucho habla con Momoi o con alguna otra de las chicas que andan siempre por acá- me pidió Nijimura-. Pero si nada de eso sirve para entretenerte, puedes ir a golpear a alguno de esos- señaló a los compañeros de mi hermano y a este último-. Aunque ten cuidado con el nuevo, Kuroko Tetsuya, te puede asustar.
- Ya entendí, tranquilo senpai, quédese tranquilo.
Cuando él se fue, al instante Momoi Satsuki se acercó a mi y me sonrió. Permanecimos en silencio por un rato viendo entrenar a los chicos pero yo me distraje al escuchar como unas muchachas de primer año hablaban de MI HERMANO.
- Te cambio la cara al instante- comentó Satsuki al ver como hacía una que otra mueca y arrugaba la nariz.
- Odio que cualquiera hable sobre mi hermano, aunque digan que es lindo- espeté lo suficientemente fuerte como para que ellas escucharan y lo hicieron, porque se alejaron un poco asustadas.
- A veces asustas un poco, Seijun-san- afirmó mientras negaba divertida.
- Es que es mi hermano. Mio- reclamé como niña pequeña y ella se puso a reir.
- ¿Y el día en el que consiga pareja?
- Sobre mi cadáver. Y es exactamente lo mismo para mí, si algún día llego a estar con alguien deberá ganárselo a él y a nuestro padre.
Ella iba a preguntarme otra cosa, pero los muchachos se acercaron a nosotras para descansar. Aomine, el amigo de infancia de ella, se sentó entre ambas, separándonos y casi botándome de la banca.
- Apestas Ahomine- reclamé mientras arrugaba la nariz.
- Serán mellizos, pero no se parecen mucho- indicó Murasakibara mientras abría un paquete de frituras.
- Somos mellizos, no gemelos. No tenemos porqué parecernos gigantón- mascullé la última palabra, pero él igual me escuchó.
- Enana- me recriminó.
- Hey, no discutan- nos reprendió el chico de cabello celeste.
- Igual me agradas.
- Tu también, pero no te soporto.
- Ella esta bien así como es- dijo mi hermano de la forma más calmada del mundo.
- Por ti que fuera tranquila- reclamé haciendo puchero.
- De hecho no, sería aburrido si fueras tan tranquila, ¿qué sería de mi vida sin ti Seijun?- preguntó pellizcando mi mejilla.
- Sería pacífica probablemente- respondí y me golpeó en el brazo- ¿Y eso por qué?
- Yo intentando decirte algo tierno y tu con tus idioteces.
- Sabes perfectamente como soy Seijuro.
- Y sabes que así te quiero- me recordó y solo sonreí.
Si bien somos muy distintos en carácter, para nosotros eso esta bien porque así nos queremos. Desde el día en que falleció mamá pasamos a ser nosotros contra las estrictas reglas de papá, que debíamos ser perfectos, que no debemos pasar tanto tiempo juntos, que soy mala influencia para mi hermano por mi comportamiento. Acompañar a nuestro padre a eventos no es de nuestro agrado, por nosotros solo estaríamos en casa, jugando shogi o alguna partida de Mortal Kombat o viendo películas. Pasando tiempo de calidad como hermanos.
Y eso es lo que más intentamos hacer, porque es lo último que le prometimos a mamá pero aquel hombre no parece gustarle mucho que sus hijos no sean muy individualistas.
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Set Fire
FanfictionTodo el mundo piensa que los herederos de la familia Akashi son tranquilos, ordenados y educados. Si... Eso es lo que piensan de Seijuro y Seijun. Con él no están tan equivocados, solo les falta agregar que es demasiado temperamental. Pero con ella...