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- Tu... ¿viniste solo para ayudar a Satsuki?- preguntó y yo asentí-. Te ves un poco distinta.

- ¿Gracias?- dije un poco confundida-. En fin, Sat-chan, en cuanto el queque se enfríe me iré.

- Satsuki, ¿me dejas hablar con ella?- pidió y yo la miré en forma amenazante para que no lo hiciera.

- Claro, iré a saludar al resto mientras tanto- dijo y salió de la cocina.

Permanecimos en silencio durante un tiempo, pero no duró mucho.

- ¿Te ha ido bien?- yo asentí-. ¿Estás mejor? Ya sabes, después de nuestra última charla.

- Se podría decir que si, o sea, admito que aún me duele el hecho de que me hayas evitado y todo eso porque de verdad me gustabas, pero he aprendido a vivir con ello- respondí sin mirarlo a la cara.

- ¿Por qué no me dijiste lo que sentías en algún momento?

- Porque tu dejaste bastante en claro que no querías una relación seria. 

- Lo lamento- dijo bajando la voz.

- Ya pasará, el dolor y la pena acaban pasando- aclaré.

- ¿Me dejarías abrazarte una última vez?- pidió y yo sonreí levemente.

- No tiene porque ser la última, después de todo jamás dije que no quería seguir teniendo una amistad común y corriente contigo- respondí y lo abracé.

No tardó en corresponderme el abrazo. No sé por cuanto tiempo estuvimos así, pero realmente pienso que fue lo mejor del mundo poder abrazarlo de nuevo. Cuando nos separamos, continuo sujetándome con un poco de firmeza para que no me alejará. Se porque lo hace, así que no lo detendré.

Acarició mi mejilla un par de veces y se acercó lentamente a mi. Se detuvo cerca de mis labios y consideró alejarse un poco de mí, pero lo sujeté del cuello y lo besé. Así de sencillo, ¿por qué no besarlo una última vez también? 

Me separé de él justo cuando sonó la alarma del horno que avisaba que habían pasado ya 45 minutos. 

-¿Podrías avisarle a Satsuki que ya sonó la alarma?- le pedí y él sólo asintió antes de salir. 

El resto del tiempo que permanecí en casa de Satsuki, me quedé en la cocina con ella hasta que se enfriaron. Guardé en trozos el queque que había preparado yo y me retiré sin llamar mucho la atención del equipo de Too. 

- ¿Quién es ella?- preguntó un chico con lentes.

- Akashi Seijun, mi mejor amiga- dijo Satsuki con orgullo-. Ahora vete, antes de que te regañen preciosa.

Le lancé un beso y simplemente continue mi camino. Decidí ir primero a por una malteada y luego pediría que me fueran a buscar para no tener que tomar el tren y luego tener que caminar a casa. Me gusta ser una niña mimada.

Apenas llegué al Maji Burger y pedí mi malteada, distinguí una cabellera celeste que se me hacía bastante conocida y que me haría bien hablarle en estos momentos, así que apenas recibí mi malteada, fui directo a mi conocido.

- Kuroko Tetsuya, ¿aún un adicto a las malteadas?- pregunté apenas estuve cerca.

- Akashi Seijun, ¿sigues por estos lares?- yo asentí.

- ¿No me darás un abrazo?- él se levantó y me dio un corto abrazo.

- ¿Quién es ella?- preguntó un chico que estaba frente a él.

- Eso debería preguntar yo- me quejé.

- Soy Kagami Taiga- se presentó.

- Akashi Seijun.

- En resumen, la mimada de la Generación Milagrosa- agregó Kuroko-. Ahora dime, ¿qué pasó?

Tomé asiento y comencé a contarle todo lo que había pasado esta tarde, sin guardarme ningún detalle, después de todo, Tetsuya siempre fue el que me dio los mejores consejos.

- ¿Puedo opinar?- preguntó el pelirrojo y ambos asentimos-. Averigua sus intenciones. No te creas que lo hizo a modo de despedida, por decirlo de alguna forma. No vaya a ser que quiera jugar contigo y tú no te ves como una chica que deba pasar por eso.

- Extrañamente, le encuentro razón a Kagami-kun- señaló-. Quizás Aomine-kun solo está probando si realmente lo olvidaste o no.

- Y el tema es que no lo he hecho- recalque-. Me sigue gustando.

- Entonces, ¿qué te impide que salgas con él?- preguntó Kagami a la vez que comenzaba a sonar mi celular con la llamada del conductor que venía a buscarme.

- Mi hermano y él mismo- señale mientras me ponía de pie-. Gracias, ya me voy.

Apenas salí del local, me subí al auto. Cuando llegue a casa, intenté evitar cualquier pregunta de mi hermano hasta que pude encerrarme en mi habitación. Marqué el número de Aomine, pero no contestó.

Realmente, ¿por qué lo llamé? Es solo porque quiero respuestas. Quiero saber si él también siente algo o solo quiso probarme.

Set FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora