#19

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- Voy a ir a ver a mi madre- dije poniéndome de pie- ¿Me acompañas Sat-chan?

- Lo lamento, tengo unas cosas que hacer todavia- dijo a modo de disculpa y yo asentí con una sonrisa.

- Tranquila, no importa- dije ahora calmarla.

- Yo te acompaño- dijo Aomine poniéndose de pie y antes de poder rechazarlo, Satsuki nos empujó a ambos fuera de su casa.

- Buena suerte- dijo con una sonrisa y simplemente ingresó a la casa de nuevo.

- ¿Aún puedo decirte que no me acompañes?- le pregunté y él nego-. Esta bien, vamos.

Comencé a caminar hasta llegar a cierto punto, el cual me serviría de referencia para ir al cementerio. Menos mal siempre guardaba algunas cositas en un pequeño bolsito que se podía enganchar en mis jeans y lo engancho siempre en el pantalón que me vaya a colocar. Debía comprarle flores a mamá, quizás rosas o algo de ese estilo, le gustaban demasiado.

- ¿Qué tal todo?- preguntó Aomine para intentar romper la tensión entre ambos.

- Sin Seijuro acá, todo es un caos- comenté y me encogí de hombros-. Pero pronto va a llegar y todo va a pasar.

- ¿Discutes mucho con tu padre?

Le comenté todas las discusiones de la semana y absolutamente todo lo que me había gritado mi padre. Él, cada vez que nombraba algo, iba frunciendo el ceño y cuando me quedé callada él simplemente me tomó del brazo y me jaló hacia él para abrazarme.

- ¿Qué le pasa por la cabeza a ese señor?- se quejó-. Tiene una gran hija y no sabe apreciarlo.

- Si, pero que se le va a hacer- dije y me separé de él para continuar avanzando-. Al menos nunca me va a levantar la mano, solo me va a gritar.

- Es maltrato psicólogo por dónde lo mires- comentó mientras continuaba siguiéndome.

Yo solo le dí la razón y continuamos nuestro camino hasta que llegamos al cementerio. En el camino había comprado unas cuantas flores, las cual Aomine me había ayudado a cargar. Mientras él iba a buscar algo de agua, yo comencé a arreglar la tumba mientras sencillamente iba recordando cosas.

- Nos haces falta mamá- murmuré.

Termine de arreglarla y le dejé agua limpia a las flores en cuanto Aomine llegó. Me despedí de mamá y ambos salimos del cementerio.

- ¿Quieres ir por una malteada y hamburguesas? Yo invito- dijo para intentar animarme un poco.

- Vamos.

Ambos comenzamos a caminar lentamente en dirección del Maji Burger. Estábamos esperando para cruzar la calle cuando Aomine decidió preguntar algo que no me gustó mucho:

- Seijun, ¿aún sigues sintiendo algo por mi?- preguntó y yo fruncí el ceño.

- ¿Te importa realmente?

- Por algo te estoy preguntando. Necesito saberlo.

- No, no necesitas saberlo- reclamé.

- Es que si necesito saberlo, porque tú si me gustas -me quedé en silencio cuando él dijo eso pero rápidamente supe que responder.

- ¿Y qué? ¿A ti te importo cuando yo sentía algo por ti?- le pregunté-. No, ¿cierto? ¿Y qué ganó si aún me sigues gustando? Nada.

- ¿Y cómo estás tan segura que no ganas nada?- preguntó de vuelta.

- ¡No lo sé! Mierda Aomine, admítelo, eres mujeriego- recalque-. ¿O quieres que te recuerde la vez que tuve que aguantarme las lágrimas porque te ví con otra chica solo por el hecho de que no éramos nada?

- Seijun déjame hablar.

- No, no quiero hablar. Sencillamente no quiero, porque no quiero crearme ilusiones en vano- me quejé-. Solo eso, pero cada vez que quiero olvidarte tu sencillamente reapareces y me ilusionas. Permíteme ser feliz Aomine.

Iba a hablar pero solo negué y me aparte de él y fui hacia otra parte, con tal de estar lejos de él. Le marque el número al chófer para que viniera a buscarme al lugar en el que estaba.

Para mí suerte Aomine comprendió que no quería hablar con él y me dejó sola. Cuando llegue a casa solo me fuí a mi habitación y no salí en todo el día y tampoco conteste las llamadas que recibía.

Seijuro tampoco se enterará de lo que sucedió hoy. Ni siquiera Satsuki (al menos de mi parte).

Set FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora