No quiero entrar y es por algo: porque no quiero ver a Seijuro. El hecho de que este actuando así conmigo me ha causado ya ciertos problemas porque él era (y lo sigue siendo) mi apoyo fundamental para la ansiedad que tengo y todo porque papá no quiso llevarme a psicólogo.
Desde siempre Seijuro ha sido mi mejor amigo por sobre todas las cosas, es quien me apoya en todos mis proyectos y quien conoce todos mis secretos. El tema es, como él esta actuando así, me está haciendo algo de daño. Llevo meses aguantando las últimas discusiones con nuestro padre por temas de mi ropa, por cosas que deseo hacer y él no acepta. Ya perdí la cuenta de cuantos castigos he recibido o cuantas veces me grito cosas hasta el punto de hacerme llorar y desear desaparecer de su vista.
De tanto recordar todo eso ya siento como se me esta apretando el pecho y siento que todo da vueltas. Solo espero que si pasa, sea rápido.
P.O.V Seijuro
- Seijuro- habló mi padre- ¿Tu hermana no ha llegado?- negué-. Llámala, debió haber llegado hace 15 minutos.
Asentí y marqué el número de Seijun, pero rápidamente me envió a buzón. Lo intenté unas 10 veces más y lo mismo.
Ya estaba empezando a preocuparme un poco, o sea, es mi melliza pero ella sabe cuidarse sola, pero el tema es que últimamente ha tenido muchos problemas con papá y no cuenta con nadie más aparte de Momoi, ni siquiera conmigo. He estado muy ocupado con temas del club que sencillamente opte por ocupar el tiempo que pasaba con ella en cosas del club.
Y me arrepiento.
Quizás en estos momentos esté con una crisis y esté sola. La última vez que paso eso terminó con marcas de rasguño una semana. Decidí que lo mejor sería ir a buscarla, así que fui a buscar una chaqueta.
- ¿A dónde vas Seijuro?- preguntó mi padre- No te he autorizado a salir.
- Voy a buscar a Seijun, cosa que tu deberías hacer también si es que te preocupa tanto como a mí- respondí sin pensar y salí de casa mientras marcaba su número una y otra vez, así hasta que escuché sonar su celular.
Y la encontré, abrazando sus piernas mientras con suerte lograba respirar y apretando su mandíbula con rabia hasta el punto de que sus dientes sonaban. Las mangas de su chaleca estaban arremangadas y notaba marcas rojas en sus brazos.
En parte, esto es mi culpa, la dejé sola, pero una parte de mi dice que esta bien haberlo hecho, pero la otra parte dice que sencillamente fue un grave error que es momento de enmendar. Hacía frío, por lo que la cubrí con mi chaqueta y me ubique a su lado para indicarle que todo iba a estar bien, que ya no estaría más sola.
Al cabo de unos minutos, se comenzó a apegar a mi, por lo que decidí que era mejor ir a casa.
- Sube a mi espalda- le pedí y ella solo lo hizo, sin rechistar-. Probablemente nuestro padre nos regañe a ambos, retrasamos la hora de la cena.
- Es un viejo gruñón, dime cuando no se enoja- comento lo más claro que pudo.
Cuando cruzamos la puerta de la entrada, nos esperaba de brazos cruzados y el ceño fruncido pero al ver el estado en que se encontraba Seijun, no dijo nada y sólo se apartó del camino. Antes de subir para dejarla en su habitación para que se colocará pijama, le pedí a una mucama si podía ir a dejarnos la cena a la habitación de Seijun, a lo cual ella accedió.
- Seijun- llamé su atención-, tranquila, no pienso apartarme más- acaricie su cabello y ella solo me abrazó.
- Me hacías mucha falta Seijuro- reclamó en voz baja mientras yo solo acariciaba su cabello-. No me gusta como eres ahora.
- Tranquila- toque su nariz-, no seré así de cortante contigo, es una promesa- entrelacé mi meñique con el de ella y sonreí levemente-. Si rompo la promesa, me corto el dedo.
- ¡No exageres!
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Set Fire
Hayran KurguTodo el mundo piensa que los herederos de la familia Akashi son tranquilos, ordenados y educados. Si... Eso es lo que piensan de Seijuro y Seijun. Con él no están tan equivocados, solo les falta agregar que es demasiado temperamental. Pero con ella...