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Habían pasado varios días desde que acepté ser la novia de Daiki, pero fue una gran lástima que no hubiera podido responderle antes de Navidad porque podríamos haber pasado esa fecha juntos. A papá no le hizo mucha gracia que tuviera novio, pero solo guardó silencio.

Hoy era la víspera de año nuevo y tanto mi hermano como yo estábamos estresados gracias a papá. Él quería que lo acompañaramos a un evento pero nosotros le comentamos que deseábamos pasar la fiesta en casa, solo los 3, como una familia normal, pero él nos insistió en el hecho de que debíamos asistir a la fiesta y todo eso, por lo que ahora mi hermano y yo estábamos enojados pensando en que hacer.

- No quiero ir- me quejé.

- No iremos- respondió-. Y tampoco nos arreglaremos o algo porque así le vamos a dar un motivo para que nos saque obligados de la casa.

- Buen plan- me burlé y él iba a contestar, pero sonó mi celular-. Es Da-chan.

- Is Di-chin- me remendó mientras yo contestaba y le tiraba una almohada-. ¡Te odio baboso!- gritó y solo escuché la risa de mi novio al otro lado del celular.

- Que ya superé que le quité a su melliza- comentó burlón, haciéndome sonreir-. ¿Cómo estás bebé?

- Enojada, creo que ya te comenté el porqué- me quejé.

- ¿Mal día para decirte que mis padres quieren conocerte pronto y por eso me dijeron que te invitará para mañana a ti y a tu familia entera para ir al templo y luego a que pasen un tiempo con nosotros y la familia de Satsuki?

- Si, mal día. Si se lo digo a papá probablemente diga que si quiero que diga que si que debemos asistir al evento- me quejé y mi hermano me miró con la ceja alzada-. Nos quieren invitar para mañana para lo típico de año nuevo- le aclaré rápidamente a mi hermano, quien asintió y concordó conmigo.

- No pierden nada con intentarlo. Anda, envíame el número de tu padre y mis padres intentarán hablar con él.

- Bien, dejaré que tus padres lo intenten- dije y lo escuché reír.

- Lo van a conseguir. Te quiero, cuídate y no pases muchas rabias bebé- dijo a modo de despedida, haciéndome reír.

- Yo también te quiero- respondí y mi hermano al fondo dijo "Y yo te odio"-. Y Seijuro te adora.

- Si, como no, quiere matarme- comento divertido y corto la llamada.

- No le mientas al pobre, no se vaya a ilusionar con que yo lo amo o algo- comentó mi hermano y yo volví a tomar una almohada para tirarla-. ¡Ya para Seijun!

- No quiero- respondí con una sonrisa y Seijuro me devolvió la primera almohada que le tiré-. Ahorita si te las mandaste.

Ambos comenzamos a golpearnos con las almohadas disponibles hasta que alguien tocó la puerta e interrumpió nuestra batalla.

- Chicos- dijo cuando abrió la puerta, pero él frunció el ceño cuando nos observó- ¿Qué hacen?

- Pelear- respondí y golpee una vez más a mí hermano- ¿Qué sucede?

- Tus suegros llamaron señorita. Mañana a las 9 de la mañana nos encontraremos en el templo con ellos- respondió y recogió una de las almohadas que estaba cercana a la puerta. Si, somos un poco desastroso con las batallas de almohadas-. Así que si van a discutir, haganlo ahora- comentó, lanzando la almohada, la que nos golpeó a ambos y luego cerró la puerta.

- Es joda, ¿no?- preguntó mi hermano.

- ¿A qué te refieres?- pregunté, porque sinceramente no le entendí.

- Una, papá nos logró golpear a ambos con una almohada, ¡Una sola almohada y nos golpeó a los dos de una! Y segundo, debo soportar a Aomine todo el día.

- Punto bueno, va a estar Satsuki también- le recordé y él se encogió de hombros-. Y tienes razón, lo de papá nos tomo por sorpresa.

- De tal palo tal astilla- recordó mi hermano y reanudó el ataque, aprovechando que estaba distraída.

Set FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora