Todo el mundo piensa que los herederos de la familia Akashi son tranquilos, ordenados y educados. Si... Eso es lo que piensan de Seijuro y Seijun.
Con él no están tan equivocados, solo les falta agregar que es demasiado temperamental. Pero con ella...
Me quité el uniforme y me apresuré en colocarme el vestido que había elegido. Creo que lo mejor de tener a Seijuro de hermano es que le puedo pedir que elija conjuntos para mi, porque tiene muy buen gusto. Colgué el uniforme como correspondía y antes de siquiera poder maquillarme un poco, entró Seijuro con una camisa del mismo color que mi vestido y unos pantalones a juego y con el pelo húmedo.
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- ¿Me secas el pelo?- pidió y yo negue-. Seca mi cabello, me lo debes.
- Mi li dibis- lo remendé y él solo tomó asiento en MI tocador, analizando el maquillaje que tenía pensado usar mientras yo secaba su cabello con calma.
- Usa solo brillo, si te arreglas lo suficiente para hacer a papá feliz, te golpearé- rodé los ojos ante sus ordenes y le hice caso, dejando mi cabello suelto.
- ¿Qué diría mamá al vernos combinar ropa aún?- pregunté una vez ambos ya estuvimos listos y nos miramos al espejo.
- Seguramente diría que nos vemos guapos y probablemente sacaría muchas fotos. Amaba combinar nuestras ropas, se nota en las fotos de cuando eramos pequeños.
- No has crecido mucho que digamos- me burlé y me jaló un mechón de pelo-. Ya vamos, debe estar por querer matarnos.
Literalmente, llegamos justos, pero no aplicamos nuestro diálogo habitual, solo guardamos silencio mientras escuchamos a los adultos hablar sobre negocios antes de que llegará la comida. A mitad de la cena, Seijuro me pateo por debajo de la mesa a modo de indicarme que debía contarle a nuestro papá que querían que yo cantará en la graduación.
- Padre- dije, intentando que no me temblara la voz.
- ¿Qué sucede ahora Seijun?- preguntó luego de suspirar.
- Hoy el profesor a cargo del club al cual pertenezco me pidió que cantará en nuestra graduación- conté sin mucho animo después de su reacción.
- Normal que lo haga querida, si eres tan buena como dices- respondió como si fuera muy obvio y yo solo asentí.
Pero de todas formas patee a Seijuro por haberme obligado a hablar. Apenas acabó la cena, debimos permanecer unos 5 minutos más presentes para poder retirarnos para poder practicar las canciones.
- No debí haberle dicho- dije agarrando una almohada de la cama de mi hermano y abrazándola.
- Déjalo. Ahora tienes que practicar- me paso un auricular y él se colocó el otro, sentándose a mi lado-. Posición correcta- dijo golpeando mi espalda, logrando que me enderezará-. ¿Primera canción que quieres practicar?
