Eran casi las cuatro de la tarde y mis padres justo se habían ido a trabajar. Axel estaba en la universidad y no llegaría a casa hasta las ocho. Dentro de poco llegaría Mark así que decidí preparar mi cuarto. Estaba todo recogido y listo para cuando el llegase, quería dar una buena impresión.
Cogí el móvil para hacer un poco de tiempo y tenía un mensaje Marina.
Luego me cuentas ehh
Ay Marina, Marina, Marina... Esta chica nunca cambiaría. Negué con la cabeza con una sonrisa en los labios ante el mensaje de Marina, cuando de repente sonó el timbre de mi casa. Mark.
Bajé rápidamente las escaleras y al llegar frente a la puerta me miré en el espejo para ver si estaba bien. Después de acomodarme un poco la ropa lo más rápido posible, abrí la puerta.
Me encontré con los profundos ojos azules de Mark mirando hacia un lado, después giraron hacia mí. Disimuladamente lo miré de arriba abajo. Llevaba una ropa distinta a la de esta mañana. Una camisa corta gris, unos vaqueros negros y unas vans del mismo color, y su pelo negro perfectamente desordenado.
Me regaló una sonrisa de medio lado y habló.
-Hola.
-Hola. -Sonreí y me eché a un lado haciendo un gesto con la mano. -Pasa.
Mark camino dentro de la casa mientras yo cerraba la puerta.
- ¿Quieres beber algo?
Negó con la cabeza. -No, gracias.
-Si te parece bien subimos a mi cuarto.
-Sí, vamos.
Le guie escaleras arriba y entramos a mi cuarto. Cerré la puerta detrás de mí.
-Es bonito. -Dijo Mark girándose hacia mí.
- ¿Hm?
-El cuarto, es bonito.
-Ah, sí. -Me limité a sonreír dando una mirada rápida al cuarto. -Gracias. -Estaba quedando completamente como una idiota.
-Tiene tu estilo. -Se encogió de hombros mientras hablaba.
- ¿Mi estilo? -Dije arqueando una ceja mientras me acercaba al escritorio. Mark se apoyo sobre este y se cruzó de hombros.
-Sí. No es que haga mucho que nos conozcamos, pero... -Hizo una breve pausa. -Por lo que he visto... Me gusta tú estilo.
Asentí lentamente y me senté en una de las sillas. Mark hizo lo mismo y se sentó en la silla de en frente.
-Y creo que he podido descubrir algunas cosas sobre ti. -Dijo cruzado de brazos.
- ¿Ah sí? -Arqueé nuevamente la ceja. -Dime.
-Para empezar, eres amiga de Marina, bueno, esa era obvia. -Sonrió al igual que yo. -Ahora en serio. -Se puso un poco más serio y miró hacia la estantería. -Te gusta leer. -Tenía razón. Bajó la cabeza hacia el escritorio y inclinó la cabeza hacia un libro que tenía en la punta, el libro que estaba leyendo actualmente. -Bastante. -Giró sus ojos hacía mí esperando una respuesta.
-Cierto. -Me limité a decir cruzando los brazos con una sonrisa. -Continua.
Esta vez sus ojos viajaron hasta el maniquí que tenía en frente de la ventana, donde solía acomodar las piezas cada vez que hacía alguna prenda de ropa.
-Te gusta la costura o la moda en general. Volviendo al tema de estilo... Tu ropa es bonita y... Diferente a la que la mayoría de chicas de nuestro alrededor lleva, me gusta.
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Hasta que te encontré
Genç Kurgu¿Hasta qué punto puedes pensar que sabes todo sobre ti? ¿Hasta que punto puedes imaginar que tu vida está perfectamente ordenada? ¿Y hasta que punto puede llegar a desordenarse esa perfección? Mark llegó a la vida de Iris en su momento más monótono...