Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cuando los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades, caen rendidos por su belleza?
Tras una relación amorosa con los tres grandes, Hemna concede...
Hola solo dejo esta nota por acá para decirles que perdón por la tardanza, tuve poco tiempo que escribir estos capítulos en la semana así que hoy tuve que escribirlos con mucha rapidez, espero lo entiendan.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Han pasado dos días desde que sabemos quienes son nuestros padres, nos han servido para conocer más sobre el tema y a mi hermano, es increíble, nunca creí tener un hermano es simplemente maravilloso.
—¡Vamos Persa! Tienes que ponerte de pie— me animaba Kozman pero no podía levantarme del piso.
Llevamos desde ayer practicando lucha y defensa, ya me siento desfallecer y solo han sido horas.
—No puedo seguir, me has reventado la existencia— me quejo con los brazos abiertos viendo el cielo—¿No es más fácil utilizar nuestros poderes? Por lo menos así no me dolería el trasero— hago un puchero esperando que acepte.
—Claro que no hermanita, si no se pueden controlar como humanas mucho menos como diosas, harían un desastre con tanto poder desconocido— me tendió una mano para que me pusiera de pie—Ahora vamos quiero que me des una patada en el trasero— me levanté y tomé impulso para darle lo que pedía pero este tomo mi pierna con rapidez—No era literal— río con fuerza dejando ver unos hoyuelos que lo hacían ver increíblemente parecido a mi—Me refería a que me des una paliza en la pelea—.
—Lo sabía solo que quería golpearte— le dije mientras me vendaba nuevamente las manos—Tenía que aprovecharme— ocupé mi lugar viendo como Haris luchaba con Xena y Zell con Ateia a Haris no le iba tan mal como a Zeze y a mi, dábamos asco.
Kozman corrió hasta mi dispuesto a golpearme pero lo esquivé con velocidad, le di con mi codo en su brazo haciendo que soltara un grito de dolor aproveché ese momento para darle un golpe en su costado derecho él cayó al piso.
—Así se hace— le ayudé a incorporarse—Vas manejándote, siempre es bueno estudiar el comportamiento y movimiento de nuestro oponente, eso es lo que acabas de hacer, estudiaste mi comportamiento y supiste que movimientos usaría aunque no lo hicieras conscientemente es algo que tú mente va guardando— me miró con algo de duda—Cada vez que logres alguna victoria te enseñaré algo sobre nuestro poder, ¿Te gustaría?— sugirió dudoso.
—Claro eso me gustaría más que nada— me iba a fracturar el cuello de asentir tantas veces y con tanta fuerza— Me tienes que mostrar ahora , quiero mover el agua de la piscina, ¿Puedo hacerlo?—pregunté y él asintió.
Me dio unas indicaciones fáciles que seguir, me instruyo y me dio una demostración que fue increíble, él hacía que el agua se elevara formando esferas de todo tamaño yo solo sonreía como una niña pequeña.