Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cuando los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades, caen rendidos por su belleza?
Tras una relación amorosa con los tres grandes, Hemna concede...
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Reprimo las lágrimas a leer una vez más la nota.
"Si deseas volver a verla, ven mañana a las ruinas del estadio Olímpico. No olvides traer a tus hermanas.
Las espero.
5:30 pm"
Suelto una lagrima imaginando el miedo que debe estar sintiendo mi pequeña. Solo pienso en ella, ¿Tendrá frío? ¿Calor? ¿Hambre? ¿Acaso él escucha con atención todas las aventuras que a ella les pasan por la cabeza? ¿Le responderá diciendo que algún día las cumplirán juntos? Esas preguntas no abandonan mi mente y solo me matan con cada segundo que pasa.
Si algo le llegara a pasar nunca me lo perdonaría.
Ella es mi hija y aún cuando solo llevamos pocos meses juntas, la amo con todo mi corazón porque ella me enseñó el amor en sus formas más puras. Con caricias juguetonas, cosquillas traviesas, dibujos hermosos, sonrisas que derriten el alma más fría y con esa peculiar forma de ver al mundo con tanta inocencia aún cuando él te haya arrebatado tantas cosas.
Esta ha sido una de las noches más difíciles de vida. No sentir su pequeño cuerpo acurrucándose a mi lado por la madrugada mientras me susurra con voz dulce que tiene miedo, eso me deja un sentimiento de pérdida en mi.
No sé cómo la quiso su verdadera madre, pero yo la amo con cada célula de mi cuerpo. La amo como si hubiese pasado todos esos años de vida junto a ella, como si realmente hubiese venido de mi.
Y la extraño muchísimo.
—Haris, hija, debes descansar un poco— mamá se sienta al otro lado de la cama sin alejar su vista de mi— Necesitas tener energías para hoy. Mira que anoche no dormiste nada.
—Dormir es lo que menos importa en estos momentos. Solo necesito tenerla aquí, conmigo a mi lado contando cuentos con finales de ensueños— me hago un mohín apretando las almohadas.
—Hermes y las chicas están ideando un plan, él no se ha ido en toda la noche, también está muy preocupado. No puede imaginar qué clase de monstruo haría algo así, nosotros tampoco.
»Otra persona que también está bastante preocupada es Xena, no quiere apartarse de tu lado— se acerca a mi con un poco dé pesadez—Ella es una gran chica, valiente, fuerte, amable, honesta, cariñosa...
—Lo es— susurro dejando caricias en su vientre.
—...Y merece a alguien que la cuide, respete y ame con cada fibra de su cuerpo— me mira con atención.
»Y espero que tú le estés dando todo eso— detengo mi caricias abruptamente, la observo con sorpresa—¿De qué te sorprendes? Una madre conoce bien a sus hijos. Lo sé hasta por la forma en que hablas de ella, con adoración y amor. Ella también hace lo mismo.
—Y-Yo, mmm... planeaba decírtelo— evito mirarla a los ojos.