Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cuando los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades, caen rendidos por su belleza?
Tras una relación amorosa con los tres grandes, Hemna concede...
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Pov Haris:
—Se ven hermosos juntos, ¿Verdad si?— le pregunto a mis hermanas las cuales junto a mí espiábamos a mamá y papá por la ventana de mi habitación.
—Parecen sacados de una revista adolescente, pero se ven hermosos. Nunca había visto a mamá así— Zell hizo un gesto de lado viendo la escena.
—Siento envidia, de la buena claro— aclaró Persa sonriendo con los ojos chicos y marcando sus hoyuelos que me pude percatar son muy notorios entre Poseidón y sus hijos.
—Ah y de la mala también, no lo niegues chiquilla que te conozco— Zell le pinchaba el estómago con sus dedos, yo no podía quitar los ojos de mis padres y hubiera seguido viéndolos pero una almohada golpeó mi cabeza.
Giré y Pers estaba con las manos en el aire diciendo un "Oops" mientras Zeze la señalaba. Es gracioso porque soy la más pequeña y me miran como si fuese la mismísima culpable de todos los males de la tierra. Las mayores son ellas yo debería tenerles un poquito de miedito, pero no, las mensas siempre andan haciendo tontadas que terminan divirtiéndome.
—Vas a pagar con tu cabeza— me arroje sobre ella haciéndole cosquillas en el estómago causando que le salgan lágrimas.
—¡Se están besando!— nos avisó Zell y todas volvimos a nuestras posiciones para seguir espiando.
Ellos detuvieron el beso y miraron directamente hacia nosotras, nos escondimos esperando que no nos hayan visto.
—Eh, ¿Qué hacen?— todas miramos a Ateia que se encontraba parada en el marco de la puerta mirándonos como si fuéramos tres bichos raros.
—Nada— me apresuré a decir pero ella caminó hasta la ventana agitando su mano en forma de saludo o despedida, no sé realmente.
—Es de muy mala educación espiar a las personas y más a una pobre pareja que se ven de mil años tres días— nos reprendió.
Solo espero que eso de los mil años solo sea un decir para dejarnos en claro que no se ven muy seguido.
—¡Uy si pobres! El Dios de el inframundo y la hija de Afrodita— el sarcasmo de Zell se notaba a kilómetros.
—Bueno, déjenlos disfrutar la vida y disfrutarse de ellos mismos— Ateia no podía ocultar su sonrisa pervertida y lo que quizo dejar dicho.
—Eh... incómodo pero ok—
—Ya vengan aléjense de esa ventana chicas— palmeo con su fuéramos cachorros siguiendo sus órdenes.
—Como digas tía— Pers la miró riéndose.
Ella solo nos fulminó con la vista antes de irse.
—Bastante acoso y pelea por hoy, debemos descansar— dicho eso Zeze nos dio un beso en la frente a cada una y se marchó.