Al nacer la hija de Afrodita, Hemna, ésta le da un don. El don de la belleza y el encanto, pero, ¿Qué pasa cuando los tres grandes, Zeus, Poseidón y Hades, caen rendidos por su belleza?
Tras una relación amorosa con los tres grandes, Hemna concede...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mamá solo cierra sus ojos soltando varios suspiros quizás en un intento por tranquilizarse. Su mano tiembla un poco cuando la lleva a su pecho.
—Amethyst tenía razón— dice entre dientes—¿Estás llamando a Zell?— pregunta caminando en mi dirección.
—Si, pero...— la llamada me envía al buzón—Ella no contesta— trato una vez más.
Veo a mama caminar buscando algo, la miro curiosa.
»¿Qué haces?— mantengo mi vista en ella aún escuchando el tono de llamada en mi oído.
Sintiendo la ausencia de Persa, a pesar que solo se encuentra a pocos metros.
—Busco mi látigo para ir por ella— responde como si fuera la cosa más obvia del mundo.
—Noo...— le hago una seña a su abdomen—No iras a ningún lado, puedes salir lastimada y también el bebé de paso. Así que te quedaras aquí con Angela, sin despegarle un solo ojo de encima— me giro en dirección a la pequeña—¿Verdad que si, Nubecita?— ella asiente.
Mamá va a soltar un comentario pero justo Zeze toma la llamada.
Pov Zell:
Miro curiosa la pantalla del móvil al ver una llamada perdida por parte de Hass y otra entrante.
Contesto sin pensarlo.
—¿Dónde estás?— pregunta al segundo de que tome la llamada.
—Antes que nada, buenas tardes— la escucho resoplar—Estoy saliendo del museo, vine con Hermes y...
—¿El está a tu lado?— parece algo nerviosa.
—No, estoy en el baño de chicas— le contesto colocando la llamada en altavoz para poder lavar mi rostro. La escucho gesticular un "gracias a los dioses"—¿Ocurre algo?
—Si...— hay unos segundos de silencios en los que aprovecho para llevar el agua a mi cara, voy a repetir la acción pero mis manos quedan suspendidas al escuchar su respuesta—Hermes es el asesino de Kozman— suelta con rapidez.
Mi respiración se detiene por un momento en los que me veo en la obligación de sostenerme del lavado para no caer.
—¿Qué tonterías dices?— pregunto con la esperanza de que responda riendo mientras asegura que solo se trata de una broma de pésimo gusto.
—Encontré cartas en la habitación de Mara, decenas de ellas por partes de él donde habla y deja muy en claro la relación amorosa que ambos mantenían— me siento perdida por sus palabras—También había una carta de ella donde decía que estaba embarazada de él y como supo todas sus intenciones, dijo que justo ese día se reuniría con él haciéndolo el completo responsable si algo le sucedía, la escribió el día de su muerte— finaliza mientras yo lucho por respirar.