EL PEQUEÑO DEL ALPHA

25

-Vamos cachorro sal de ahí-Arthit intenta quitar algunas mantas pero mi gruñido se lo impide, tiene el olor de diferentes vampiros, cosa que me vuelve loco.

-Hueles a ellos, no te acerques...-

-Vamos pequeño, quítame su olor con tu cuerpo-Las ganas de hacerlo no me faltan pero aún hay vampiros, puedo sentirlos y olerlos, no quiero salir de mi escondite.

-No quiero, aún hay muchos vampiros, da miedo...-Con rapidez sale de la habitación.

Puedo escuchar gritos que hacen temblar un poco la habitación, en cuestión de segundos esta enfrente de mi.

-Te dije que no quería ir, por cierto, a que se refería con ¿De nuevo?-Arthit da un innecesario suspiro, para luego sentarse en el pequeño sillón.

-Hace muchos años tenía una hermosa mujer, sus ojos y cabello eran preciosos, me enamoré...Yo en ese entonces era un tonto, creía que era mi pareja, le di el cielo y las estrellas, pero Marcus la sedujo para llevársela, intente encontrarla pero jamás supe de ella, hasta hace tiempo, está muerta....Si ella estuviera nunca te habría encontrado-Unos enfermizos celos comienzan a recorrerme, las profundas ganas de vomitar aparecen después de un tiempo.

-Entonces....Ella es hermosa....Yo no-Pone sus manos en mis mejillas y hace que mire directamente sus ojos, para luego besar tiernamente mis labios.

-Cachorro, tu eres bellísimo, si bien estuve enamorado, eso se acabó cuando te encontré, te volviste la persona por quien vivo, tu me encantas~il mío amore-Gruñe muy bajo, atrayendo toda mi atención ya que es un gruñido seductor.

Gimiendo bajito, abro lentamente mis piernas, el se encarga de retirar toda mi ropa hasta dejarme desnudo.

Sus frías manos me estremecen.

-Tan mojado-Mi entrada ya palpita deseoso, su larga lengua me recorre desde mi cuello hasta mi vientre.

Alza mis piernas y las pone en sus hombros, apenas su lengua toca mi miembro, estoy gritando de alegría.

-Tan bello-Baja su lengua hasta mi delicada entrada donde la mueve de una forma que me vuelve loco.

-Rápido, por favor-Muevo mis caderas a los lados por mi desesperación, sus dedos se entierran débilmente en mi tierna piel impidiendo que me mueva.

-Pero si no tenemos prisa-El cosquilleo en mi vientre se vuelve mucho más fuerte.

-Vamos Arthit..-De nuevo tiene esa desgraciada sonrisa burlona que me hace enojar.

-No quiero-Sabiendo perfectamente que lo hará enojar, también yo sonrío y cierro mis ojos.

-Entonces tendré que imaginarme con ese hermoso vampiro de cabellos rojos.....Y esos bonitos ojos blancos.....Tan sexy-Un muy fuerte gruñido me hace gemir y abrir mis ojos, me esta mostrando sus dientes, intimidándome.

Estoy a punto de gemir para calmarlo pero quiero ver hasta dónde es capaz de llegar.

-Cachorro no digas, sentiste eso por su seducción, todos la tenemos pero el, es un desgraciado-

-No creo, ahora que recuerdo, mi cuerpo reaccionó, me sentí....-Todo mi cuerpo se estremece impidiéndome seguir hablando, ya una fuerte atracción hacia el crece, me estiro para intentar tocarlo pero se aleja riendo.

-¿Que pasa? Bebé-Mis piernas comienzan a temblar, mi respiración se ha vuelto errática, lo único que quiero es frotarme contra el.

-Montame...-El ardor en mi vientre crece con cada segundo que pasa.

-No quiero-Camina hasta la mesa para sentarse, con sus largas uñas rasga su camisa dejando su marcado pecho al aire, mis dedos cosquillean queriendo pasar por ahí.

Intento pararme pero mis piernas están muy entumecidas.

Sabiendo perfectamente a que quiere jugar, acaricio mi miembro con mis manos.

Arthit frunce el ceño, sus labios están hechos una fina línea.

-El cachorro está rompiendo una regla, no juegues con fuego, podrías salir he-ri-do-Puedo sentir su enojo, sin poderlo evitar comienzo a gemir bajito, mientras muestro lo más que puedo mi cuello.

-Por favor, solo estaba jugando....-El sigue sin hacerme caso, solo me mira, con unas inmensas ganas de llorar, me acurruco de tal forma que mi mano llega a mi entrada, donde introduzco un solo dedo.

No pasa ni un segundo cuando una fuerte mano en mi muñeca me estremece, la cual retira bruscamente.

Suelto un grito de placer cuando su frío miembro me invade, mis uñas se entierran en sus antebrazos.

-Nunca pruebes mi paciencia, no deseo hacerte daño ¿Entiendes?-Asiento con rapidez, sus embestidas me hacen ver estrellas, las lágrimas ya salen de mis ojos.

-Perdón-Niega con la cabeza y sonríe como siempre, se acerca más, casi haciendo que nuestros pechos se toquen, sus enormes brazos me rodean.

Tronados besos en mis mejillas, me hacen sollozar por hacerlo enojar.

-Solo quería hacerte sentir bien, pero ya no importa~Te amo-Aún abrazándome comienza con las lentas embestidas, con mis temblorosos brazos envuelvo su espalda, acercándome más.

-Te amo-Cierro mis ojos, disfrutando del inmenso placer, también de la gran felicidad.

-Ya te habías tardado pulgoso-Da unas cuantas lamidas a mi cuello, por instinto hago de lado mi cabeza, sus colmillos de inmediato perforan mi piel.

Sus embestidas comienzan a ser más rápidas y fuertes, nuestros cuerpos chocan entre sí, dejando un obsceno sonido que reina la habitación.

-Arthit....¡Ahhh!-Me estremezco por completo cuando Arthit da una fuerte estocada que me hace correr.

Sus dientes por fin salen de mi piel, dejando una muy deliciosa sensación.

-Tan bello, tan hermoso y solo mío-Unas ultimas embestidas y siento su frío semen dentro de mi.

-Mio-Sin tener control de mi cuerpo, restriego mi mejilla en su pecho, dejando mi olor, mi boca se abre y muerde su piel para así dejar una marca.

-Tan lindo-Sale de mi interior y nos acomoda mejor en la cama, yo arriba de el, descansando cómodamente.

Respiro profundamente intentando recobrar el aliento, sus dedos trazan líneas imaginarias en mi espalda.

-Me iré cachorro-El miedo y la tristeza de estar solo hacen que mis ojos se llenen de lágrimas.

-¿Que?-